Trabajo: ¿En la empresa, en la casa o en ambas?

Una de las grandes preguntas que se hacen empleados y empleadores es si deberían volver al trabajo presencial

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En diciembre del 2019 surgió la pandemia. En Costa Rica, apenas escuchábamos las noticias y ni siquiera dimensionábamos el impacto que tendría a largo plazo en lo personal y familiar y en lo laboral y empresarial.

El 6 de marzo del 2020 se detectó el primer caso de covid-19 en el país. Las empresas no sabían cómo reaccionar al mandato del Ministerio de Salud de mantenerse en casa y procurar no salir. ¿Cómo trabajarían nuestros colaboradores desde sus casas? ¿Con qué recursos? ¿Cómo los mediríamos? ¿Cómo aseguraríamos metas, objetivos, ventas, etc.?

No quedó otra que acatar y acoplarnos a la nueva realidad sobre la cual no teníamos claro qué pasaría ni durante cuánto tiempo sería. En aquellos momentos, las empresas ganadoras fueron las que dentro de sus políticas de empleo tenían esquemas de teletrabajo, pero las que no contaban con ello debieron empezar por invertir en equipo y nuevas metodologías de trabajo y hasta por reinventar la forma de comunicarse y liderar a sus colaboradores.

¿Qué ha pasado en el mercado laboral desde el 2019? Aparecieron nuevas modalidades de trabajo que retan a las organizaciones a ser más creativas, flexibles y competitivas, pues este elemento ya no es un beneficio; se le considera parte de las nuevas tendencias de atracción y retención de talento.

De acuerdo con la experiencia de nuestra firma, con 25 años de estar en el mercado, el fenómeno es distinto en cada sector. No existe una norma establecida, pero sabemos que las empresas y posiciones cuyas funciones lo permitan optan por una modalidad híbrida que cada día se vuelve más común. Si no se ofrecen esas condiciones, se corre el riesgo de perder talentos valiosos, pues otro lo incorporará en sus esquemas de trabajo.

En manufactura y producción, por ejemplo, un gran porcentaje adoptó sistemas presenciales; sin embargo, algunas posiciones en las áreas de apoyo tienen flexibilidad para elegir el modelo híbrido.

En la industria de la tecnología, la mayoría trabaja el 100% en remoto. Y es que la naturaleza de su negocio les permite trabajar no solo a distancia, sino también a escala global, lo que quiere decir que un colaborador en Costa Rica se desempeña para una compañía que se encuentra en Europa.

Un dato muy curioso es que si estas modalidades no están presentes en las organizaciones los mismos colaboradores buscarán una que sí las tenga, pues es la norma dentro del nicho de mercado en el que se desarrollan este tipo de compañías.

En el área comercial y de servicios, se decantaron principalmente por esquemas híbridos, y, en algunos casos, otorgan libertad al colaborador para definir la cantidad de días que desea trabajar en remoto.

La tendencia de las empresas competitivas es dar a sus colaboradores un valor adicional como parte de la estrategia de retención, y se denomina flexibilidad. Esto permite que el personal (para los puestos aplicables) tenga un equilibrio entre su vida y el trabajo mediante la modalidad híbrida.

A pesar de ser considerado un beneficio para los empleados, es una práctica para atraer y retener personal calificado en las organizaciones. En definitiva, hay posiciones específicas, como por ejemplo profesionales en tecnologías de la información que en su gran mayoría el trabajo 100% en remoto no es negociable. Este talento, sin duda, es uno de los de mayor demanda, por lo cual las empresas deben negociar y, en ciertos casos, aceptar esta condición para contratar.

La mayor parte de las empresas en Costa Rica son testigos de los beneficios que el teletrabajo brinda a los colaboradores y sus organizaciones también, en términos de costos y productividad.

Pareciera que una propuesta híbrida es la más atractiva en este momento para que los empleados gocen de la flexibilidad de trabajar unos días en casa y otros en la oficina. Claro está, debe ser ejecutada en la medida en que nuestra cultura organizacional esté alineada con las nuevas exigencias del mercado, que retan a las empresas a ser cada vez más creativas, flexibles e inclusivas, considerando las preferencias de los colaboradores.

fmendez@dorispeters.com

La autora es consultora en Doris Peters y Asociados.