Foro: La socialdemocracia que funciona

Don Pepe tiene una respuesta para quienes creen que los mejores tiempos del PLN pasaron

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Las redes sociales potencian nuestras libertades de expresión y comunicación. Participo en foros liberacionistas para mantenerme cerca de las dirigencias, sentir el clima prevaleciente y opinar sobre el país y nuestras responsabilidades.

Ahí, también tenemos una «nueva normalidad». Algunos creen que los mejores tiempos del partido pasaron y somos el mejor museo de logros políticos en Costa Rica. Los invade el pesimismo sobre el futuro del PLN.

A estos, don Pepe los anima con su llamado: «Lucha sin fin. Cuando las cosas van mal hay que luchar. Cuando van bien, hay que emprender nuevas luchas».

Unos son abanderados de sus gremios o colectivos, defienden a ultranza las conquistas, aunque sean abusivas. Las consideran derechos, jamás privilegios, como las pensiones de lujo, los pluses y los salarios exagerados, contra el espíritu de don Pepe que proclamaba el mayor bienestar para el mayor número.

Otros blanden espadas contra los controles de las leyes financieras y defienden altos intereses sobre las tarjetas de crédito, el financiamiento de electrodomésticos, los microcréditos y las comisiones por uso de datáfonos. Visualizan la quiebra del sistema financiero si se aprueban leyes contra la usura.

A estos, nuestro fundador los confronta: «¿Por qué, entonces, no volver a la banca privada?, preguntan algunos que no saben lo que dicen y otros que sí saben lo que quieren. Si los automóviles tienen fallas, ¿por qué no volver a las carretas? Si los estudiantes tiran piedras, ¿por qué no volver a los [analfabetos]?».

En lo económico, los nostálgicos quieren volver al aislamiento del mercado interno con políticas proteccionistas. Y, pese a los fracasos acumulados en el orbe, hay quienes creen que la socialdemocracia debe volver al Estado empresario y al aumento de la burocracia.

Don Pepe proponía: «Marx proclamó que para repartir mejor la leche se debía traspasar la vaca al Estado. Mills señaló que el Estado podría repartir la leche con justicia, dejando la vaca en propiedad del vaquero».

Bienestar de la mayoría. Don Pepe, inteligente y práctico, sintetizó en una frase la socialdemocracia: «El mayor bienestar para el mayor número». Muchos se autoproclaman socialdemócratas, pero sepultan la máxima aspiración de la «lucha sin fin», por el mezquino «primero mis dientes y después mis parientes».

El PLN es una herramienta vigente, sólida y moderna para mejorar la vida en sociedad. Don Pepe dejó claro cómo lograrlo: «Se dice que la línea más recta que puede seguir un barco es una constante rectificación del rumbo, a través de pequeños desvíos».

Un verdadero socialdemócrata debe impulsar el mejor clima de negocios; solo con emprendimiento personal y colectivo podemos dar buena calidad de vida a los habitantes y, simultáneamente, crear empleo que, según el caudillo, es la mejor política social.

El anhelo liberacionista para Costa Rica debe ser desatar los tractores de la producción para la creación de riqueza y los violines para ensanchar, con su música, la cultura del bienestar y la inclusión.

La economía azul debe ser nuestra gran aliada: cultivar múltiples especies, evitar el saqueo de piratas internacionales, modernizar y racionalizar la pesca a gran escala. Aliarnos con el sol, el hidrógeno y el viento para producir masivamente energía barata y renovable y ser competitivos con nuestros bienes y servicios en los mercados locales e internacionales.

Mucho se habla del uso de los suelos para cultivo, pero existen pocas políticas en cuanto a la vivienda en el Valle Central. Las familias de menos ingresos se ven forzadas a vivir fuera de la ciudad para obtener los beneficios del bono de vivienda.

Repoblar las ciudades por medio de multifamiliares urbanos abarataría los costos y reactivaría la economía en diversos lugares del Valle Central. Es también la garantía del respeto de los territorios, las culturas y los patrimonios indígenas.

Más propuestas. También debemos impulsar polos de desarrollo en las fronteras y costas, acelerar el canal seco que conectará nuestros dos océanos, ser productores de inteligencia artificial, construir el complejo de edificios gubernamentales que se financiaría con lo que hoy se paga de alquileres y agilizar la movilidad urbana.

Es preciso liderar cambios en la educación y la salud cimentados en tecnologías de punta, potenciar la investigación para salvaguardar y aprovechar nuestra biodiversidad, atraer nómadas digitales, turismo con sellos verdes y banderas azules, extraer con métodos amigables con el ambiente las riquezas minerales y energéticas, sembrar en gran escala cáñamo y árboles maderables, y mejorar la agroindustria.

Nos corresponde eliminar los trámites del Gobierno que no generan valor y crear alianzas público-privadas para maximizar la eficiencia de los servicios a costos razonables, impulsar programas para estimular las habilidades blandas y promover la democracia, los derechos humanos y las libertades contra las amenazas totalitarias internas y externas.

«Muchas de esas noches salí a pesar del frío, a recorrer las veredas de la finca, soñando con alcanzar las estrellas. Cosas de la juventud, era la ilusión de los que soñamos siempre con el mañana. Así comprendí mejor la sentencia del profeta Isaías, cuando exclamaba en Idumea: Centinela, ¿qué veis en la noche? Veo brillar la mañana», escribió Figueres en 1987.

El autor es exdiputado.