Letras de cambio: Los símbolos de la Navidad

El árbol de Navidad, el portal de Belén y los villancicos nos ayudan a exaltar el ambiente festivo, en preparación para la celebración del nacimiento de Jesús.

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El árbol de Navidad, el portal de Belén y los villancicos son tradiciones típicas de esta época. Son símbolos que ayudan a exaltar el ambiente festivo, en preparación para la celebración del nacimiento de Jesús.

Cuenta la historia que, a mediados del siglo VII, san Bonifacio cortó un árbol que era sujeto de adoración por los pobladores paganos del norte de Europa, y en su lugar sembró un pino.

Luego adornó el pino con manzanas, para simbolizar el pecado original y las tentaciones, y con velas, que representaban la luz de Jesucristo, como luz del mundo. Con el tiempo, las manzanas y las velas fueron sustituidas por bolas, luces y adornos, que hoy utilizamos.

Más tarde vino la costumbre de rodear el árbol con regalos, en representación del gran obsequio que conmemoramos los cristianos en esta época, con la venida de Jesús.

El primer portal de Belén es atribuido a san Francisco de Asís, allá por el año 1223. Cuentan que construyó un establo, donde puso un pesebre, que es un cajón donde come el ganado. Luego invitó a los vecinos del pueblo para que trajeran animales, y así completó la representación de la escena de la Natividad, cuando Jesús fue visitado por los pastores. La tradición fue agregando elementos al portal, a veces interpretado por seres humanos y en otras ocasiones con figuras.

Detrás de esta escenificación, subyace la idea de que recordemos cómo fue que Jesús nació, en condiciones desfavorables, en un establo rodeado de animales, el amor de sus padres y la adoración de muchos.

Nos ayuda a reflexionar por qué debemos vivir con sencillez, sin apego a los bienes materiales. Lo importante no es cuánto tengo, sino cómo vivo mi vida siguiendo el mandamiento de amar al prójimo.

Los villancicos empezaron como una forma de dar a conocer la buena nueva a la gente del pueblo que no sabía leer. Los aldeanos eran llamados villanus en aquel tiempo, y de ahí derivó la palabra villancicos. Cantarlos con alegría es una forma de dar gracias al Señor. Escucharlos ayuda a preparar nuestros corazones para celebrar el nacimiento de Jesús.

El árbol, el portal y los villancicos, si bien son símbolos externos, deben ser tomados como instrumentos de preparación para lo que en realidad debemos celebrar en estos días: el nacimiento de Jesús en nuestros corazones, para llenar de alegría y bendiciones nuestras vidas y las de todos quienes nos rodean. ¡Feliz Navidad!

lmesalles@ecoanalisis.org