Robert Malone, autoproclamado ‘inventor’ del ARN mensajero, ataca con mentiras la vacuna anticovid

Robert Malone divulga mentiras sobre las vacunas contra la covid-19 sin presentar una sola prueba. Explicamos la más reciente gota en su mar de desinformación.

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Robert W. Malone, un médico que se atribuye haber “inventado” las vacunas con tecnología ARN mensajero (ARNm) utilizada en la vacuna de Pfizer/BioNTech contra la covid-19, aparece con frecuencia en videos de WhatsApp, Facebook, Twitter y otras redes sociales, con alertas sobre presuntos efectos adversos que dicho biológico ocasionaría a las personas inoculadas, sobre todo menores de edad.

Pero lo que Malone dice es falso. Así lo afirman la pediatra infectóloga María Luisa Ávila Agüero, el virólogo Christian Marín Müller y la comunidad científica, quienes se apegan a pruebas tangibles. Las proteínas que producen estas vacunas no son tóxicas ni dañan permanentemente los órganos, no esterilizan a las personas ni modifican sus genes. Las reacciones adversas en niños son poco frecuentes y, en esta población, no se ha detectado oficialmente un solo caso de trombosis.

Además, tampoco es cierto que Malone sea el creador de las tecnologías de ARN mensajero. El médico fue una de tantas personas que hicieron algunos aportes en las primeras fases de experimentación con esta tecnología, la cual tomó forma en las últimas tres décadas, sin su participación.

Lo que afirma Malone Vs. realidad

Malone es un doctor de cabello gris y un candado canoso de barba y bigote. En uno de los videos virales lee aparece leyendo un documento, el cual afirma que la proteína de espiga de las vacunas de ARNm es “tóxica” y que “provoca daños irreversibles” en niños.

“Estas proteínas normalmente causan daños permanentes en los órganos críticos del niño”, afirma Malone sin demostrar nada con pruebas. “Y estos órganos incluyen al cerebro y al sistema nervioso. Su corazón y vasos sanguíneos incluyendo coágulos de sangre, su sistema reproductivo y sobre todo, lo más importante es que esta vacuna puede ocasionar cambios fundamentales en el sistema inmunológico. El punto más alarmante sobre esto es que una vez que estos daños hayan ocurrido, son irreparables, no pueden ser revertidos”, dice Malone.

El virólogo Christian Marín Müller explicó a #NoComaCuento que las proteínas que se producen a raíz de estas vacunas no son tóxicas ni dañan permanentemente los órganos.

“No ocurren lesiones en el cerebro. Como con todo medicamento, pueden ocurrir eventos adversos, pero son eventos muy raros, y en niños, nada serios. Por ejemplo, en niños han habido ocho casos reportados de inflamación en el corazón después de más de cinco millones de vacunaciones (0.00016%), y ninguno de los casos fue serio ni requirió algún tipo de intervención.

“No ha habido un solo caso de trombosis en niños, ni un solo caso de daños o lesiones en sus órganos o cerebros, ni cicatrices en el corazón. Las vacunas no causan problemas reproductivos; eso es físicamente imposible. Tampoco ocurre ningún ‘reseteo genético’ del sistema inmune; eso ni siquiera es algo real que pueda ocurrir bajo ninguna condición”, corrigió Marín Müller.

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¿Cómo funciona realmente la vacuna con ARNm?

Estas inyecciones introducen en el cuerpo instrucciones para que las células produzcan una proteína distintiva del coronavirus, con el objetivo de que el sistema inmunitario pueda reconocerla en un eventual contagio futuro y sepa cómo destruirla.

Para introducir estas proteínas, la vacuna usa un ARN mensajero, abreviado como ARNm. La vacuna no contiene al coronavirus como tal ni puede enfermarnos. Antes de la pandemia de la covid-19, no existían biológicos licenciado o autorizados en el mundo que usaran este sistema. Es una tecnología nueva en vacunas y de las más seguras que existen.

Así funciona, en tres claves sencillas de entender:

1- La vacuna de Moderna y la de Pfizer utilizan ARN mensajero, o ARNm (ácido ribonucleico que transfiere código genético) para darle instrucciones a las células. Con este manual, el cuerpo fabrica la proteína de espiga o “spike” presente en el coronavirus, la cual le permite pegarse a las células humanas. Es la llave de acceso del coronavirus al organismo.

2- Con esta información, el organismo produce la proteína de espiga, no el virus. Las proteínas incitan al sistema inmunológico a generar anticuerpos contra esas espigas o llaves del coronavirus.

3- Una vez vacunada, si el coronavirus responsable de la covid-19 entra al organismo de una persona, los anticuerpos lo reconocerían porque ya están familiarizados con la llave de acceso a las células. El organismo se defendería y sería menos probable enfermar gravemente, aunque la persona sí podría transmitir el virus.

Ojo: el ARNm no contiene al coronavirus responsable de la covid-19. Es imposible que la vacuna transmita la enfermedad.

Ojo 2: las vacunas que funcionan con ARNm han pasado todos los controles que exigen las agencias reguladoras de Estados Unidos y Europa para ser administradas en personas, adultos y menores.

¿Quién es Robert Malone?

Como detalla un artículo de la revista científica Nature, titulado “La Enredada historia de las vacunas ARNm”, en los años 80 y 90 Malone sí estuvo relacionado con esfuerzos por mejorar la tecnología ARNm —que ya existía— en aras de desarrollar medicamentos o vacunas contra enfermedades como el cáncer. Nunca lo consiguió, pero sí participó en un logro importante.

A finales de los 80, Malone retomó tácticas avanzadas de científicos de Harvard para sintetizar el ARNm para sus experimentos, pero agregó un nuevo tipo de liposoma (una partícula muy pequeña) que mejoraba la capacidad del material. A pesar de este importante avance, no logró terminar su doctorado, pues se peleó con su director de tesis y se fue a trabajar a Vical, una empresa que apenas nacía en San Diego, California.

Tras más problemas con colegas en Vical, como apunta Nature, Malone se fue de allí y mantiene hasta la actualidad que esa empresa se quedó con su propiedad intelectual y lo relegó a él como un autor, entre muchos otros, de algunos aportes técnicos. Pero mientras Malone se empecina en llamarse el “padre” de esta tecnología, muy poco tuvo que ver realmente con todo el avance científico que siguió en los treinta años posteriores a sus disputas. En este tiempo nacieron BioNTech, en Alemania, y Moderna, en Estados Unidos.

“¿Cuál es su motivación?”, se pregunta el virólogo Marín Müller. “Pues no puedo decirlo con seguridad. Pero este doctor comenzó la pandemia promoviendo ivermectina e hidroxicloroquina junto con Pierre Corry, dos drogas que definitivamente no sirven para nada; pero ellos han recibido millones para promocionarlas y lograron que se inviertan billones para probarlas y demostrar que no hacen nada”, contó el virólogo.

“Ese doctor Malone fue una persona que trabajó hace muchísimos años en tratar de pasar partículas de ADN hacia ciertas células buscando la terapia génica para ciertos tipos de cáncer y para ciertas enfermedades de tipo genético”, comentó la infectóloga María Luisa Ávila-Agüero.

“Pero nunca estuvo ni cerca de lo que se está haciendo ahora. Entonces, como él considera ser el creador de las vacunas ARN mensajero, ha tomado una actitud revanchista contra las personas que sí lo hicieron posible. Él tiene una participación muy ínfima en el proceso y ahora, lamentablemente, sale con esto. Yo creo que debe ser un asunto de ego”, agregó la médica costarricense.

La evolución científica que ha permitido la existencia de vacunas con tecnología ARNm data de hace más de 30 años, e involucra a cientos de científicos de diversas nacionalidades.

“Si hay una persona a quien los científicos del mundo atribuyen más crédito por liderar el camino con estas vacunas es la doctora Katalin Karikó, quien trabajó en estos desarrollos desde sus inicios y hoy en día lidera el desarrollo en BioNTech, donde se desarrollaron las vacunas de Pfizer. Y ella misma dice que ha sido un trabajo de muchos y que ella solo puso una pequeña parte”, dijo Marín Müller.