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Sexualidad con prejuicio

“Mi primera mamografía fue todo un trauma”
  • Jose Pablo Román
    PERIODISTA
  • La silla de ruedas no fue un impedimento para que Murillo siguiera disfrutando de su vida sexual con su esposo, pero cuando le tocó ir al ginecólogo descubrió un problema que pone en riesgo su salud sexual: en Costa Rica los servicios ginecológicos no están adaptados a las necesidades de las mujeres con discapacidad (MCD) física.

    Las carencias en este servicio aumentan la vulnerabilidad de estas mujeres a no detectar enfermedades como el cáncer en el cuello uterino o enfermedades de transmisión sexual, y otros padecimientos que pueden resultar mortales y podrían prevenirse por medio de una adecuada atención a la salud sexual.

    “Recuerdo mi primera mamografía en el San Juan de Dios, me subieron a una silla de madera espantosa y a como pudieron me la hicieron. Fue todo un trauma. Era una silla improvisada y muy peligrosa. Uno no tenía de dónde sujetarse ni nada… casi me caigo”, recordó Murillo luego de que el Centro Nacional de Rehabilitación (CENARE) la refiriera al San Juan de Dios, porque en aquel entonces el Hospital de las Mujeres (CARIT) no pudo brindarle el servicio.

    Después de este episodio que vivió Eunice, hace tan solo dos años (2016), la CARIT y el CENARE hicieron una alianza para habilitar el primer, y único, consultorio ginecológico en todo el país adaptado a las McD física, cuyo servicio cuenta con una camilla especial para las necesidades de accesibilidad de estas mujeres.

    Sin embargo, sus servicios son insuficientes: está ubicado en San José, lo que complica el acceso para personas que viven fuera de la capital, solo da atención dos veces al mes de 8 a.m a 12 m.d y ven apenas a un promedio de seis personas por jornada, según información brindada por María Luisa Badilla, Directora de Enfermería del CENARE.

    “Muchas McD física tienen enfermedades y nunca se dan cuenta porque no les hacen una citología, ni las atienden como se debe, primero porque muchos médicos piensan que las McD no tienen una vida sexualmente activa, y segundo por la falta de accesibilidad a estos servicios”, denunció Karla Ballesteros, quien –al igual que Murillo– es usuaria de silla de ruedas.

    El consultorio, ubicado en las instalaciones del CENARE, y atendido por especialistas de la CARIT, es apenas un plan piloto cuyo objetivo es sentar las bases para replicar el modelo a lo largo de todo el país, según César Delgado, coordinador del programa de discapacidad, accesibilidad y rehabilitación de la Caja Costarricense del Seguro Social.

    Delgado admite que hay un atraso en el país con respecto a la atención ginecológica de las McD física, pero ve con optimismo el plan que comenzó con este primer centro en San José, y espera que durante el 2019 sean más centros ginecológicos los que cuenten con la accesibilidad y el equipo necesario para atender a las mujeres usuarias de silla de ruedas.

    ¿Qué dice la ley?

    En Costa Rica las personas con discapacidad gozan del derecho de poder acceder en igualdad de condiciones, sin ningún tipo de discriminación, a los servicios médicos, según el artículo 31 de la Ley de Igualdad de Oportunidades Para Las Personas Con Discapacidad (Ley N° 7600) y el artículo 25 de la Convención sobre los Derechos De Las Personas Con Discapacidad.

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    Director de carrera: Lic. Erick Valdelomar M.

    Un servicio brindado por la Universidad Santa Paula como parte de este reportaje.

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