• Cruceros agitan las aguas del sector turístico nacional

    Esta actividad económica generó $20 millones en divisas durante el último año

    Lo que pareciera un mar en calma es una actividad económica que va tomando fuerza: el turismo de cruceros, que en el último año trajo $20 millones en divisas al país.

    El dato se desprende del reciente informe Economic contribution of cruise tourism to the destination economies (traducido al español como Contribución económica del turismo de cruceros para las economías destino), un estudio de la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe (FCCA, por sus siglas en inglés).

    La medición, elaborada por la consultora Business Research & Economic Advisors (BREA), analiza el impacto económico tomando en cuenta tres variables: los pasajeros, la tripulación y los gastos de las líneas de cruceros que atracaron en 35 destinos del Caribe, México, Centroamérica y Suramérica entre el 2014 y el 2015.

    En nuestro país, grandes pero sobre todo pequeñas embarcaciones llegan al Pacífico, a los puertos de Caldera y Puntarenas, y a Limón.

    Cifras de cruceristas en el país

    Según datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) proporcionados para dicha publicación, 216.767 turistas arribaron en barco a territorio nacional entre mayo de 2014 y abril de 2015. De ellos, un estimado de 187.720 pasajeros desembarcaron y visitaron diversos destinos locales.

    El estudio de la FCCA muestra el número de turistas y de tripulación (trabajadores de los barcos) por aparte. De hecho, entre 2014 y 2015, 111.732 tripulantes llegaron al país, pero solo 39.992, es decir, el 36%, desembarcó y visitó la región.

    En cuanto a los gastos reportados por crucerista en suelo tico, la estimación es de $163.20 por persona. Y, ¿en qué gastan este tipo de turistas? En orden:

    -Excursiones cortas

    -Bares y restaurantes

    -Taxis y otros medios de transporte

    -Relojes y joyería

    -Vestimenta

    -Entretenimiento (clubes nocturnos/casinos)

    -Otras compras (no especificadas)

    -Perfumes y cosméticos

    -Artesanías y souvenirs

    -Licores

    -Aparatos electrónicos

    -Otras compras

    -Telefonía e internet

    Fuente de empleo

    El documento también revela el aporte que hace la industria naviera al país desde el punto de vista laboral. En el último año empleó a 397 personas residentes en Costa Rica, para un monto de $2.3 millones en salarios al año.

    Si se toman en cuenta los empleos indirectos, el número correspondiente al pago de planilla asciende a los $3.20.

    En el proceso intervienen agencias de viajes, tour operadores, agentes navieros, entre otros actores.



    Principales hallazgos de las encuestas

    Las cifras de este informe se derivan de 1.755 cuestionarios aplicados a los turistas que visitaron el país en crucero entre mayo de 2014 y abril de 2015.

    De esos sondeos, se desprenden datos como los siguientes:

    -Dos terceras partes de los encuestados (66%) visitaban el país por primera vez.

    -El 95% de los pasajeros desembarcó para conocer los distintos destinos nacionales.

    -De los turistas en tierra, casi tres cuartas partes (el 73%) hizo al menos una compra.

    -El 78% de los viajeros compró paquetes para realizar excursiones cortas en suelo local.

    Mar abierto para embarcaciones de todo tamaño

    Al país llegan desde grandes cruceros con miles de viajeros, hasta barcos pequeños con menos de 100 personas

    Las costas ticas no solo atraen enormes buques turísticos, sino también pequeños barcos que, con ocupaciones de menos de 100 personas cada uno, aportan gran dinamismo a la actividad de cruceros.

    Estas embarcaciones de menores dimensiones atracan, sobre todo, en el Pacífico, principalmente en el muelle de Caldera. A Limón también llegan, pero en menor cantidad, asegura Wagner Loría, gerente de operaciones de cruceros de la agencia naviera Scan ILG Logistics.

    “En el país, la temporada de grandes cruceros se da entre setiembre y mayo, mientras que la de barcos pequeños, entre diciembre y marzo.”

    “A Costa Rica vienen cruceros grandes, pero también hay un mercado de cruceros pequeñitos que es muy importante. Viajan en las costas del Pacífico costarricense. Es un mercado que está desatendido, que las autoridades no ven tan interesante”, explica.

    Se trata de líneas con cruceristas provenientes de sitios como Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Francia, Mónaco y Grecia.

    El 70% de los viajeros que llegan a Costa Rica vía crucero son norteamericanos.

    Son turistas con un perfil distinto al de quienes vacacionan en cruceros de grandes corporaciones como Carnival o Royal Caribbean, cuyos barcos son construidos para transportar a miles de personas.

    “Los cruceros grandes abarcan un abanico más amplio de pasajeros porque tienen un enfoque turístico y de diversión. En cuanto a los pequeños, muchos hacen investigaciones científicas. Otros, los barcos de vela, vienen con gente aficionada a este tipo de navegación. Están también los amantes de las expediciones a sitios que consideran exóticos; por eso les llama la atención conocer, por ejemplo, el canal de Panamá o la flora y fauna de Costa Rica”, comenta Loría.



    Desafíos a la vista

    Una infraestructura portuaria más robusta es parte de los retos del sector para atraer más cruceristas

    Aunque es optimista, la travesía del turismo de cruceros en el país está plagada de retos como muelles con mejor infraestructura e impuestos portuarios más atractivos para los barcos pequeños.

    Así lo expresan los líderes del sector y los touroperadores (encargados de las gestiones de los pasajeros en tierra).

    “Además del tema de infraestructura, están los asuntos comerciales; por ejemplo, los incentivos a las navieras para que traigan más gente”, asegura Nicolás Staton, presidente de la Asociación Costarricense de la Industria de Cruceros.

    Una opinión similar tiene Wagner Loría, gerente de operaciones de cruceros de la agencia Scan ILG Logistics.

    “Las tarifas están bien para los barcos grandes. Uno de 2.000 pasajeros debe pagar alrededor de $17.000 por costos portuarios y municipales; ese monto, dividido entre 2.000 pasajeros, da como resultado unos $8 dólares por persona. En uno pequeño, de 100 espacios, la tarifa es como de $6.000. Eso, dividido entre 100 turistas, representa $60 por cabeza. Y hay barquitos que traen 60 pasajeros. O sea, que cada quien paga $100 o más. No es un tema de que lo puedan pagar o no, sino de que seamos atractivos para las líneas de cruceros”, comenta.

    Otro de los desafíos para la industria local es la posibilidad de que las embarcaciones grandes hagan bases aquí, es decir, que salgan desde nuestro país.

    No obstante, aunque la idea suena prometedora, sería necesario acondicionar el país para eso.

    “Costa Rica no tiene la infraestructura para que aborden miles de pasajeros si no son locales. Decir que vamos a recibir 2.000 gringos o europeos se haría un problema por el tema de las autopistas, porque no hay suficientes hoteles cerca, por las distancias del aeropuerto al barco, etc”,
    agrega Loría.

    Pese a esta realidad, la touroperadora Travelia, por medio de la agencia Viajes Colón, demuestra que no solo los barcos pequeños pueden hacer bases en las costas nacionales y se echó al agua con un crucero para más de 2.000 personas que pronto zarpará de Limón con rumbo al Caribe.

    Se trata de una embarcación comprada a la firma española Pullmantur, la cual, entre el 6 de diciembre de 2014 y el 27 de marzo de 2015, realizará 16 salidas desde este puerto costarricense.

    Sary Valverde, vicepresidenta de Viajes Colón, cuenta que, a un mes de haber iniciado con la comercialización del crucero, más de 8.000 ticos han comprado espacios.

    Más aun, la proyección de esta empresa de capital nacional es atraer con estos paquetes vacacionales a más de 20.000 personas.

    Esta es la primera vez, en más de 20 años, que un crucero turístico zarpa de Limón con tantos pasajeros.

    Valverde enfatiza en la gran apertura por parte de Japdeva, acondicionando el lugar con toldos y demás facilidades para el abordaje de turistas, pero está consciente de que es necesario unir esfuerzos entre el Gobierno y el sector para contar con muelles totalmente aptos para la movilización de viajeros.

    “Para convertirnos en un home port (puerto base) hay que tomar en cuenta seis ejes: instalaciones para crear una terminal de pasajeros en los muelles, mejoras en carreteras, mejoras en los aeropuertos rurales, un proyecto de ley para cambiar la forma de recaudar impuestos portuarios por tonelaje de los barcos, hacer diferenciación entre los barcos de carga y pasajeros y, por supuesto, no subir los impuestos portuarios”, concluye.

    ¿Intervención privada?

    Una de las alternativas que ven viable los miembros del sector para una pronta inversión en infraestructura portuaria, es la de otorgar concesiones a empresas para que asuman las obras.

    “El reto principal es reconocer que el Estado no tiene los recursos técnicos ni económicos para desarrollar puertos para crucero y que no es pecado la participación privada. Es cuestión de saber alinear los intereses de éxito para el sector privado con los del país”, comenta Martí Jiménez, presidente de la touroperadora Veragua Rain Forest.

    Nicolás Staton, presidente de la Asociación Costarricense de la Industria de Cruceros, asegura que la intervención de las grandes firmas en distintos puertos alrededor del mundo ha sido clave para el éxito.

    “En el muelle de San Maarten (Holanda), Carnival invirtió alrededor de $50 millones. Esta corporación ha construido muelles también en Ocho Ríos (Jamaica), Cozumel (México), Roatan (Honduras) y Puerto Plata (República Dominicana)”, concluye.

    Un muelle solo para cruceros

    La Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) asegura que existe una propuesta de convertir el muelle Hernán Garrón Salazar, de Limón, en una terminal exclusiva para cruceros.

    Dicha iniciativa se contempla en el Plan Maestro Portuario, el cual sugiere concentrar todas las operaciones de carga en la terminal Gastón Kogan, de Moín, y así liberar la de Limón para la recepción de barcos turísticos.

    “La especialización de la terminal consiste en crear la infraestructura necesaria para este tipo de actividad. Es decir, áreas acondicionadas para el embarque y desembarque de pasajeros, tipo aeropuerto, áreas de servicios, comercio, restaurantes, hoteles, entre otros”, explica Ann Mc Kinley, presidenta ejecutiva de Japdeva.

    De ser ejecutado, en este proyecto también colaborarían el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), la Dirección General de Aduanas, la Dirección de Migración y Extranjería, entre otras instituciones.