Una familia de perezosos ya no tendrá que cruzar una calle ubicada de Getsemaní, en San Rafael de Heredia y exponerse a ser atropellados por algún vehículo.
La Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) instaló un paso colgante para que los cinco miembros, aproximadamente, no tenga que atravesar la vía.
“Existe una familia de osos perezosos en esta zona conocida como calle Tanque 90, que se desplaza entre estos árboles para alimentarse. Quisimos aprovechar la ruta entre un árbol de cedro amargo y un roble de altura para colocar un puente biológico y que crucen a través del mecate y no tengan que usar la calle”, dijo Luis Diego Carballo, funcionario de la ESPH.
Este puente aéreo forma parte de un proyecto para colocar 10 pasos similares en las montañas heredianas.
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“Nosotros conocemos estos animales. Ellos tienden a cruzar por la carretera ya que los árboles no están cercanos, el peligro es por los carros, que alguno los pueda atropellar o se cuelguen de un cable y terminen electrocutados, de ahí nació la iniciativa”, mencionó Juan Carlos Rojas, empleado de la ESPH encargado de la finca en que se instaló el paso.
Según datos del Sistema Nacional de Áreas de Conservación, cerca de 5.000 animales mueren al año en el país por electrocuciones o atropellos.
Próximo símbolo nacional
El pasado 30 de junio los diputados aprobaron un proyecto para declarar al perezoso como símbolo nacional de Costa Rica.
Se trata de una iniciativa de la liberacionista Yorleny León que recibió el voto unánime de los 13 legisladores que estaban presentes en la comisión con Potestad Plena Tercera.
Específicamente, el plan propone declarar como símbolo nacional el perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmanni) y el de tres dedos (Bradypus variegatus).
De esa forma, esta especie se sumaría a los otros 15 símbolos que ya existen.
La iniciativa asigna al Ministerio de Obras Públicas y Transportes la responsabilidad de regular los límites de velocidad en las cercanías de sitios identificados por el Ministerio de Ambiente y Energía como sensibles para el libre movimiento de los perezosos, tanto en áreas protegidas como fuera de ellas.