¿Su oído produce mucha cera? Conozca cómo lo puede afectar

Uno de cada 13 adultos padece endurecimiento de la cera del oído; un error frecuente es limpiar con ‘aplicadores’ o hisopos de algodón

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Detrás de los mareos frecuentes, zumbidos en el oído y pérdida de equilibrio que padecen muchas personas podría estar el endurecimiento de la cera o cerumen, que naturalmente producen los oídos para lubricarse y protegerse de las infecciones. Uno de cada 13 adultos padece este problema, que genera grandes molestias y hasta discapacidad, como sordera temporal.

El cerumen tiene la función de limpiar, lubricar y proteger el oído de agresiones externas, incluidas las infecciones por microorganismos patógenos. Sin embargo, por diferentes razones, a veces la cera puede secarse, acumularse, endurecerse y bloquear el tímpano.

“En la población de adultos, hasta un 4% consulta por tapón de cerumen, siendo el retiro de ese tapón el procedimiento más frecuente en la práctica de Otorrinolaringología general”, explicó el médico Walter Monterrosa Ordeñana, de la Fundación Clínicas sin Fronteras, organización costarricense sin fines de lucro.

Según la Clínica Mayo, en Estados Unidos, estos son los signos y síntomas sugestivos de una oclusión por cerumen:

  • Dolor de oído
  • Sensación de inflamación en el oído afectado
  • Zumbido o ruidos en los oídos (tinnitus)
  • Disminución de la audición en el oído afectado
  • Mareos
  • Tos

Cuando el cerumen se endurece y causa problemas serios, lo recomendable es acudir a un médico para que limpie el oído con un procedimiento llamado irrigación, que protege el tímpano de cualquier lesión.

Previo a esa limpieza, para ablandar y facilitar la extracción de la cera se recomienda el uso de gotas con algún aceite como oliva, aceite mineral o algún cerumenolítico (sustancia con capacidad para ablandar o lubricar la cera). Este último producto es de cuidado pues algunas personas pueden tener reacciones alérgicas.

Según Monterrosa, un error frecuente en la limpieza de los oídos es utilizar hisopos de algodón, o aplicadores. Estos dispositivos, además de impulsar el cerumen hacia adentro pueden dejar un pedazo de algodón en la parte interna del oído y complicar el problema.

La principal recomendación para la limpieza diaria del oído es el uso de la punta de un paño suave en la parte externa.

“En la mayoría de las personas, una pequeña cantidad de cerumen viaja regularmente a la abertura del oído, donde se elimina con el lavado o cae a medida que se segrega cerumen nuevo para reemplazarlo. Si segregas una cantidad excesiva de cerumen o si este no se elimina de forma eficaz, puede acumularse y bloquear el canal auditivo.

“Las oclusiones por cerumen ocurren comúnmente cuando las personas tratan de limpiarse los oídos ellas mismas introduciendo hisopos de algodón u otros productos en ellos. Esto, por lo general, empuja el cerumen hacia adentro del oído en lugar de sacarlo”, indica la Clínica Mayo.

Para la limpieza correcta y cuidadosa del oído se recomienda:

  • Lavarse las manos antes de hacer la limpieza, o limpiar los oídos suavemente mientras se ducha.
  • No introduzca hisopos en el conducto auditivo. Mejor use la punta del paño para limpiar el oído externo.
  • Jamás utilice cuerpos extraños o artefactos punzocortantes porque podrían perforar el tímpano o causar una infección.
  • La limpieza debe ser periódica, en especial en personas con prótesis auditiva y discapacidad mental.
  • Si utiliza audífonos con frecuencia, recuerde visitar al médico.