Sintrajap cerró muelles para apoyar Ebáis del este

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Diego Bosque G.

Limón. El Sindicato de Trabajadores de Japdeva (Sintrajap) cerró ayer, por dos horas, los muelles de Moín y Limón en apoyo a la huelga que realizan los empleados de los Ebáis administrados por la Universidad de Costa Rica (UCR).

El cierre de las terminales portuarias se dio desde las 9:45 a. m. y se mantuvo hasta el mediodía. Luego de esa hora, los puertos volvieron a trabajar de manera normal.

“La medida es en solidaridad con los trabajadores de los Ebáis que están luchando por sus derechos laborales”, dijo Carlos Brenes, fiscal de Sintrajap.

Desde el 11 de noviembre, varios empleados de los Ebáis de Curridabat, Montes de Oca y La Unión, están en huelga en protesta por la adjudicación de estos servicios a una universidad privada. Estos trabajadores laboran para la Universidad de Costa Rica (UCR), actual administrador de esos Ebáis.

Los sindicalistas también detuvieron labores para reclamar mejores equipos, y la anulación de la concesión a la empresa holandesa APM Terminals, responsable de construir un megapuerto en Moín.

Además, exigen la salida de Allan Hidalgo, presidente ejecutivo de Japdeva.

Debido a que el paro fue algo imprevisto, gran cantidad de traileros se vieron obligados a esperar por más de dos horas a la entrada de los muelles para entregar o retirar sus cargas.

Allan Hidalgo, presidente ejecutivo de Japdeva, afirmó que procedieron a solicitar la declaratoria de ilegalidad del paro ante el Juzgado de Trabajo de Limón.

El jerarca explicó que en caso de conseguir la declaratoria de ilegalidad procederán a rebajar las horas no laboradas.

“Teníamos dos barcos esperando para atracar y dos para ser desatracados y se hicieron grandes colas de furgones”.

”El movimiento consiste en cerrar los portones de acceso y, lamentablemente, los oficiales de seguridad son afines al sindicato porque no se plantan a la hora en que los sindicalistas llegan a cerrar los accesos”.

El 11 de noviembre, una huelga en el muelle evitó la llegada de un crucero a Limón, lo cual causó pérdidas cercanas a los ¢48 millones, según datos de Japdeva.