Vacunados y no vacunados viven realidades distintas en la zona norte

CCSS, Ministerio de Salud y activistas buscan llegar a las regiones con más reticencia para así llegarle a más brazos y evitar más internamientos

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Cuando se les pregunta por la vacuna a los hospitalizados por covid 19 de la zona norte, queda en evidencia la desigualdad de la inoculación en esa región, que incluye los cantones de San Carlos, Los Chiles, Guatuso y Río Cuarto. Es una de las áreas más diversas en población y en donde la gente está más dispersa.

Lo que también salta a la vista es que las comunidades con menor vacunación son las que más internamientos registran, como lo confirma un análisis de la Dirección Regional Huetar Norte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Hospital San Carlos y el Ministerio de Salud.

Especialistas de estas tres entidades analizaron a los hospitalizados que no estaban vacunados y confirmaron este fenómeno. “Esto nos hace ver que trabajamos con vacunas altamente efectivas”, resumió Melvin Anchía, epidemiólogo de la CCSS.

Al corte de este lunes 27 de setiembre, el 39,6% de toda la región contaba con ambas dosis, pero al ver por zonas, hay algunas, como Ciudad Quesada, con más del 55%. Otros están superando apenas el 30%.

“En Ciudad Quesada ya había más de un 50% de vacunación desde antes del Vacunatón, y hemos visto cómo la incidencia no solo de casos sino también de hospitalizaciones, ha venido decreciendo”, explicó Anchía.

Un caso de éxito en Ciudad Quesada fue el brote en el Hogar de Ancianos San Vicente de Paúl, donde enfermaron 38 residentes y ninguno requirió hospitalización.

El especialista indicó que, por ejemplo, una zona en la que hubo un repunte tardío pero que se incrementó rápidamente fue La Fortuna, pero ahí también la tendencia fue de menos internamientos. A finales de setiembre, una de cada tres personas ya había completado su esquema.

“Hemos visto cómo a medida que las vacunaciones han aumentado también han bajado las personas que necesitan un hospital”, subrayó el epidemiólogo.

Mario Esquivel, médico que atiende covid-19 en el Área de Salud de La Fortuna, reconoció que siguen encontrando rechazo, por lo que se hace un “trabajo de hormiga” para llegarle a quien no está inoculado.

“Tenemos las estadísticas de los positivos por localidad. Al tener bien identificadas esas comunidades, podemos acercarnos y vacunar a quien tal vez tenga reticencia. Por ejemplo, una comunidad como Zeta Trece, que es muy grande, es donde hemos tenido más casos positivos, entonces hacemos giras informativas, lo mismo en El Tanque o en Los Ángeles”, expresó.

Caso contrario ocurre en Pital, donde la inmunización tiene todavía una baja cobertura y se refleja en mayor necesidad hospitalaria. Aquí, al menos se ha podido aumentar el ritmo de aplicación de dosis.

“En Pital hemos tenido un rezago en las coberturas de segundas dosis. Los esquemas completos andan en un orden del 25%, lo cual todavía no es suficiente. Esta población es muy dispersa y la renuencia es mayor, debemos seguir trabajando ahí”, recalcó el epidemiólogo.

“Conforme nosotros vayamos cerrando la brecha vamos a notar un factor protector a más población”, añadió.

Alianzas

El distrito La Fortuna ha tenido un comportamiento atípico en vacunación, porque comenzó muy leve y repuntó de forma tardía. Este repunte se logró gracias a alianzas con la Cámara de Turismo, así como con comercios y cooperativas para poder hacerle llegar el fármaco a más personas.

Con esas alianzas, dijo Esquivel, se ha logrado llegar a más gente y evitar el desperdicio de dosis.

Tadeo Morales, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo Arenal, relató que pusieron a disposición el transporte para salir a vacunar y que en casos en los que había sobrante de vacunas que podían perderse, se coordinaba para proteger a trabajadores de la zona.

“A veces nos llamaban y nos decían ‘no vinieron cinco personas, ¿podrían mandarnos cinco personas que quieran vacunarse?’ y así fuimos acomodando todo para que las vacunas se aprovecharan y llegaran a otras personas que las necesitaban”, manifestó.

Las cooperativas, por su parte, instalaron los toldos para los vacunatorios y aportaron vehículos y choferes para ir a buscar personas, como informó Luis Allan Alfaro, director comercial de Coocique.

“Para motivar más, entre nuestros asociados estamos haciendo una rifa. Entre las personas que se pongan la primera dosis a entre el 1.° de octubre y el 31 de diciembre estamos rifando tarjetas de compra. Así ayudamos a tener más vacunados”, señaló Alfaro.

Por Facebook o teléfono

Para Randall Chavarría, director de la región Huetar Norte, la comunicación directa con el usuario ha sido primordial. Visitas casa por casa, llamadas telefónicas y el uso de las redes sociales son claves en la estrategia.

En los diferentes sitios públicos, personal de la CCSS y del Ministerio de Salud atiende las dudas sin juzgar, sin imponer, simplemente con una actitud de escucha.

“Siempre va a haber gente que no se quiere vacunar del todo, no entenderá razones y no se vacunará, pero en nuestra experiencia, la mayor parte de la gente tenía dudas y cayó en desinformación, cuando se le explicó bien y pudieron preguntar todo lo que querían sí se vacunaron”, manifestó el jerarca.

Como Facebook es la red social más utilizada entre los vecinos, se crearon diferentes perfiles, uno por área de salud y otro de la Dirección Huetar Norte. Este último es administrado directamente por Chavarría.

“Ahí hacemos publicaciones, les informamos a las personas los mitos y verdades, los motivamos a plantear sus dudas. Yo personalmente las contesto y me pongo a disposición de ellos”, comentó el jerarca.

Anchía recalcó que se tienen los nombres, números de teléfono y direcciones de cada persona que se resiste a la vacuna, y se le contacta con el fin de entender sus razones y responder sus preguntas.

Por esa vía, por ejemplo, se logró contactar a 45 personas para hablarles sobre la vacuna; 22 llegaron a una actividad a la que se les invitó y 20 se inocularon allí mismo.

“Esto es de paciencia, pero estamos consiguiendo llegarle a gente que antes estaba rechazando inmunizarse”, aseguró el funcionario.

Según el estudio que realizó el Hospital San Carlos, si un miembro de una familia no estaba vacunado, las probabilidades de que el resto tampoco lo estuviera era mayor. Aunque en principio esa situación pareciera negativa, los trabajadores sanitarios lo convierten en una oportunidad.

“Sabemos que si logramos vacunar a una persona, es muy probable que gracias a eso vayamos a vacunar a toda su familia. Y si esa familia es de mínimo cuatro personas, con esas 20 que convencimos en esa actividad, vamos a tener 80 vacunados más”, concluyó Chavarría.