Investigación clínica urge un nuevo despegue

Industria calcula hasta en $650 millones los ingresos que se podrían generar en diez años; pero se requiere garantizar las condiciones para no menos de cien ensayos anuales

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En el hub de Ciencias de la Vida, al que Costa Rica aspira convertirse, se vislumbra un elemento estratégico e infaltable: un sistema robusto y bien coordinado que posibilite el desarrollo de investigaciones clínicas mediante alianzas entre el ámbito público y privado.

Según Virginia Cozzi, líder de proyecto de investigación biomédica de la Federación Centroamericana de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma), Costa Rica podría ambicionar a tener ingresos en investigación biomédica de $350 millones a $650 millones en diez años.

Este horizonte económico solo se tornaría viable si el país logra establecer un mecanismo que permita la ejecución de no menos de cien estudios anuales de alta complejidad, involucrando a unos 300 o 600 pacientes en áreas como la Oncología y las enfermedades poco comunes.

Virginia Cozzi participó en el Foro de Salud 2023, organizado el 31 de julio por La Nación en alianza con la empresa farmacéutica Roche. La actividad permitió que representantes de diferentes sectores discutieran avances y necesidades para fortalecer el llamado “ecosistema sanitario” de la Costa Rica pospandémica.

Uno de los aspectos cruciales en esta estrategia es la investigación biomédica, la cual se considera un pilar fundamental en el marco del hub de Ciencias de la Vida, una iniciativa que congrega el interés de la academia, la industria farmacéutica y de dispositivos médicos, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Ministerio de Salud y las autoridades estatales de Comercio Exterior.

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La investigación clínica no solamente posibilita la comprensión del comportamiento de diversas enfermedades, sino también el hallazgo de nuevas alternativas de tratamiento. Según lo expuesto en el Manual de Investigación Clínica de Guillermo Rodríguez Gómez, los beneficios derivados de esta actividad son variados, abarcando aspectos sociales, económicos y profesionales.

El Manual puntualiza: “Es una fuente de trabajo para los profesionales de la salud, promueve el desarrollo científico y ofrece oportunidades terapéuticas para una gran cantidad de pacientes que no tienen mejores alternativas para el tratamiento de sus dolencias”.

Para realizar investigación clínica de primer mundo, es fundamental la participación de la Caja, que podría obtener convenios que beneficien a los pacientes con terapias innovadoras que hoy solo pueden obtener interponiendo recursos de amparo ante la Sala Constitucional.

Promover la investigación clínica en el marco del hub de Ciencias de la Vida, considera Cozzi, significa una gran inversión para una institución como la Caja. Esto le permitiría tener la posibilidad no solo de generar recursos y encadenamientos, sino invertir en lo que es más necesario.

Dar el siguiente paso

“El stream de estudios clínicos del hub de Ciencias de la Vida no es un tema nuevo para el país. Tenemos dos años de estar trabajando intensivamente, tratando de articular e implementar estudios clínicos dentro de la seguridad social, que nos permitan llegar a la mayor cantidad de pacientes posibles. No solamente por el evidente beneficio que tiene para una persona participar en un estudio clínico, sino por todos los beneficios asociados que tiene participar en un estudio de investigación”, explicó Virginia Cozzi.

Dentro de los beneficios resaltados, se encuentran la transferencia tecnológica y la generación de datos que propician una toma de decisiones más informada en el ámbito de la salud, además de una mayor comprensión de cómo se manifiestan las enfermedades en nuestro país.

Cozzi también destacó los vínculos y su efecto positivo en la reducción de las listas de espera, así como en el acceso a recursos para adquirir medicamentos e invertir en la misma investigación biomédica.

Hasta este momento, manifestó, el país ha logrado ciertos avances en cuestiones regulatorias y contractuales con miras a posicionarse en escenarios donde su eficacia y competitividad sean notorias tanto a nivel local como internacional.

De acuerdo con Cozzi, el equipo también ha abordado los modelos tarifarios con el propósito de comprender los costos de los estudios clínicos tanto en el país como en el ámbito internacional. Sin embargo, hizo hincapié en que aún queda un largo trecho por recorrer.

“Aspiramos a tener un modelo que nos permita ser muy pero muy efectivos haciendo investigación clínica. A tener una gran cantidad de estudios a nivel nacional que nos permitan hablar de reactivación económica y no de buenas anécdotas qué contar”, dijo.

Fanny Chan, quien se desempeña como directora de Investigación, Desarrollo e Innovación en la Facultad de Ciencias Médicas de la Ucimed, confirmó el compromiso que la academia ha adquirido en la formación de profesionales capacitados para enfrentar este escenario, donde la investigación clínica de alto nivel asuma un papel protagónico.

“Tenemos la industria, tenemos la voluntad pero llegamos hasta cierto punto. Necesitamos brincar esa barrera y llevar al sistema de salud nacional todas estas ideas, porque no lo podemos hacer solo en un centro de investigación. Tenemos que extender esto a nivel nacional”, dijo Chan.