Enfermero tico halla en Alemania la estabilidad laboral que no tuvo en Costa Rica

El herediano Dereck Chaves cumplirá tres años de laborar en el hospital universitario de Düsseldorf, en el área de hemato-oncología; por ahora, no piensa regresar

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Dereck Chaves trabajó casi tres años en varios call centers antes de arriesgarse a cruzar el Atlántico en busca de su sueño: ejercer como enfermero profesional, carrera que estudió en la Universidad de Costa Rica (UCR) con mucho esfuerzo personal y familiar.

Lleva dos años y medio como enfermero del área de hemato-oncología en el Hospital Universitario de Düsseldorf y, según cuenta, por ahora no tiene planes de regresar al país. Al contrario, dice, sus oportunidades profesionales y personales hoy echan raíces al otro lado del mundo.

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Chaves, herediano de 29 años, casi no pudo trabajar como enfermero en Costa Rica después de que se graduó en la UCR. Mientras laboró en call center buscó trabajo en Enfermería, pero en un sitio donde él se sintiera cómodo. Nunca lo encontró.

“Obivamente estaba la oportunidad de trabajar como auxiliar en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) pero decidí no hacerlo para aportar un grano de arena en la dignificación de esta profesión.

“Despueś de cinco años de estudiar en la UCR y la tesis, y los desafíos que involucra este proceso, no me parece justo que, como profesionales, tengamos que trabajar como auxiliares por cinco o más años para lograr una plaza de enfermería en condiciones muy precarias de trabajo”, comentó a La Nación desde Alemania.

Dereck Chaves se refiere a las difíciles condiciones laborales que enfrentan los profesionales de Enfermería para optar por una plaza como profesional en la CCSS.

Según el Colegio de Enfermeras, hay quienes pasan hasta diez años o más trabajando como auxiliares, con un salario mucho menor, y sin plaza fija, mientras esperan que la CCSS abra puestos para ejercer como enfermeros profesionales.

Los interinazgos prolongados, atrasos en el pago de salarios de varios meses, recarga laboral, y el no reconocimiento profesional y de especialidades en Enfermería, son parte de una lista de asuntos que se discuten desde enero en una mesa de diálogo entre enfermeros y autoridades de la CCSS.

También son el germen de la salida de profesionales en Enfermería hacia el extranjero, como es el caso de Dereck Chaves.

Esta diáspora se incrementó entre el 2021 y el 2022, al pasar de nueve enfermeros que salieron de Costa Rica a trabajar al extranjero a 48, según los registros que lleva ese colegio profesional.

La CCSS, además, enfrenta la fuga de médicos especialistas, que se ha incrementado en los últimos dos años, cuando salieron 208 según registros de la Unión Médica Nacional.

Para conocer más qué empuja hacia el exterior a estos profesionales, La Nación contactó a Dereck Chaves en Düsseldorf. Aquí le compartimos la historia que el joven accedió a contar.

Tras un sueño

“Estuve tres años en call centers, pasándome de uno a otro; yendo de vez en cuando a diferentes entrevistas en Enfermería, en las cuales no pasaba más. Estuve en ese proceso y al final estaba ganando igual que un enfermero pero en un call center hasta que mi mamá me dijo que ya era suficiente, y que debía encontrar algo en Enfermería.

“Fue cuando me encontré un anuncio para trabajar en Alemania. Solo decía ‘trabajar como enfermero’ y apliqué. Los únicos requisitos que me pedían eran el título en Enfermería y manejo básico del inglés.

“Yo había empezado un proceso similar en Estados Unidos pero el proyecto se cayó. Lo hice porque estaba un toque desesperado en encontrar algo en Enfermería. Apliqué para Alemania y seguí buscando mientras estaba en el call center.

“Luego me avisaron que estaba preseleccionado. Me entrevisté en línea con una chica colombiana y pasé a la siguiente ronda, a la cual vino a San José el director de la empresa alemana. Me dijo que este era el primer grupo de ticos pues la empresa había llevado enfermeros de Brasil, Colombia, México, Filipinas y Tailandia.

“Mientras estaba en ese proceso, paralelamente, pude encontrar trabajo como enfermero en un hospital privado como parte de un programa de medicina de empresa. Ahí trabajé cuatro meses antes de irme a Alemania.

“Cuando empecé a trabajar en el sector privado me di cuenta que los enfermeros ahí somos fácilmente reemplazables. Si en algún momento hay una situación que incomoda al empleador, esa misma tarde nos sustituyen. Lo hacen sentir a uno como que le debe un favor al empleador por contratarlo.

“Ese fue el momento decisivo donde dije que definitivamente no podía quedarme aquí porque Costa Rica no me estaba ofreciendo ni la estabilidad ni el trabajo digno que valorara todo lo que pasé para decir ‘soy licenciado en Enfermería’”.

Primeros meses fueron difíciles

“Venir a Alemania resultó también toda una travesía porque estaba empezando lo de la covid-19. Cuando llegué acá tampoco fue fácil.

“La empresa fue muy clara en que la beca que me daban era para necesidades básicas, pero no para comida fina o viajes o ropa. Me recomendaron que si tenía un ahorro extra para la ropa de invierno, era importante que lo usara.

“Cuando llegué, en efecto, de lo que me dijeron que me iban a dar me rebajaron para departamento, transporte, y no quedaba para comida. Al inicio, tuve que usar mis ahorros mientras completaba el curso de alemán, que se prolongó seis o siete meses.

“Teníamos que pasar en seis meses de cero alemán a trabajar en un hospital alemán. Esto también fue desafío que, claramente, representó mucho esfuerzo.

“Yo pasé el examen al primer intento. Luego, tenía entrevistas en los hospitales y debía escoger uno. Me decidí por el de Düsseldorf, en la estación hemato-oncológica.

“Desde entonces, han venido tres o cuatro grupos más de Costa Rica. De los 14 compañeros del primer grupo, todos estamos trabajando en diferentes hospitales.

“Cuando empecé a trabajar acá, a los seis meses me di cuenta que sí me quedaría aquí más de los dos años iniciales del contrato.

“Varios de los que vinieron conmigo, al principio decían que se devolvían después de los dos años. Pero eso cambió como a los seis meses. Ahora, prácticamente todos queremos quedarnos. Ya no me imagino devolviéndome a trabajar a Costa Rica.

“La única desventaja de trabajar acá es tener a la familia y a los amigos lejos. A mí se me murió mi abuelito, a quien adoraba con toda el alma. Yo deseaba salir corriendo para Costa Rica.

“Pero sucedió algo que a muchos de mis colegas en Costa Rica nunca les ha pasado. En muchos hospitales no les dan permiso ni para ir al entierro. Yo le conté a mi jefa sobre la muerte de mi abuelo, y me dio un día libre para procesar la pérdida.

Vacaciones y vida personal

“Las ventajas aquí, según mi experiencia personal, no se comparan con lo que hay en Costa Rica. En Alemania tenemos como mínimo 42 días de vacaciones al año. El año pasado, hubo varias huelgas por situación laboral, y a raíz de esas manifestaciones se nos dieron dos semanas más de vacaciones.

“Este año tengo 52 días de vacaciones en total. Eso es una ventajota. En cuanto a la paga, en realidad, en Enfermería hay países como Estados Unidos y Canadá donde uno como enfermero puede hacer una cantidad exagerada de dinero. En Alemania no te vas ni a hacer rico ni comprar lote, casa ni carro rápido, pero sí se vive muy bien.

“Otra diferencia es el costo de la vida. Aquí se paga menos por comida de lo que se paga en Costa Rica. También Alemania queda muy céntrico en Europa y eso lo hace bastante cómodo para viajar.

“Con tantos días de vacaciones uno tiene mucho por hacer fuera del trabajo. Esto me ha permitido tener un muy buen balance entre mi vida y el trabajo y no tengo que sacrificar uno por el otro, como pasaba en Costa Rica.

“Conozco colegas en Costa Rica que por trabajar un mes completo solo tienen un día libre, que puede ser un jueves. Aquí se trabaja diferente. Tengo un horario variado.

“Esta semana, por ejemplo, tuve turno en la tarde, de lunes a viernes, ahora me tocan tres días libres. La semana que viene tengo turno en la noche, de martes a viernes, y después tengo cinco días libres. La siguiente semana tengo tres turnos en la mañana, y dos noches, con cuatro días libres.

“A veces me tocan hasta nueve turnos seguidos pero luego tengo una semana completamente libre. Ese balance se logra muy bien.

“Aquí, además, hay muchas oportunidades para crecer porque hay un faltante enorme en Enfermería. Uno nunca va a estar sin trabajo. Si algo llega a pasar ese mismo día en la tarde uno ya tendría trabajo. Las oportunidades de crecer aquí son increíbles”.