El mandatario Luis Guillermo Solís afirmó ayer que la capilla de la Casa Presidencial debe ser abierta a creyentes de todas las religiones y no solo de la católica.
“No me enteré de que había una capilla, sino hasta hace poco tiempo. Creemos que es una capilla que debe de mantenerse como un sitio de reflexión para todos quienes quieran tenerlo y que sea una capilla interdenominacional, porque no todos los que estamos en la Casa Presidencial somos católicos”, declaró el mandatario.
En declaraciones que brindó en la Cancillería, Solís no precisó si adecuaría la capilla ubicada en Zapote para recibir a creyentes de otras denominaciones, en vista de que esta tiene imágenes católicas.
Boris Ramírez, director de Comunicación del Gobierno, precisó que la postura del gobernante se refiere al sitio de oración en Casa Presidencial y no a los que existen en el resto de instituciones públicas.
Capellán. Al tiempo que el mandatario anunció la decisión, la sede del Ejecutivo informó de que se le pidió a la Iglesia católica nombrar a un nuevo capellán para la capilla.
La solicitud se la hizo Solís al obispo de Cartago, José Francisco Ulloa, miembro de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, durante un almuerzo realizado el domingo 18 de mayo, luego de asistir a una misa en la basílica de los Ángeles.
Ese día, el presidente fue recibido sin reproches por parte de la jerarquía católica, pese a que, dos días antes, colocó la bandera de la diversidad sexual en Zapote.
Luis Guillermo Solís ha insistido en el respeto a la pluralidad de criterios, tanto los religiosos como en temas relacionados con preferencias sexuales.
José Rafael Quirós, arzobispo de San José, señaló a La Nación que el nombramiento del capellán es un tema que debe resolver la Conferencia Episcopal.
Dijo que se puede designar uno nuevo o bien prorrogar el del prelado que estaba asignado a la administración Chinchilla Miranda.
De hecho, Chinchilla inauguró su gobierno con la bendición del capellán Jorge Solórzano.