Luis Guillermo Solís niega que razones político electorales motivaran hueco presupuestario

Expresidente alegó que nadie le advirtió de que era necesario presentar un presupuesto extraordinario y que no se tenía claro el monto adicional que se debía solicitar al Congreso

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El expresidente de la República Luis Guillermo Solís rindió explicaciones, este jueves, sobre el faltante en el Presupuesto Nacional 2018 para la amortización de deuda que dejó su gobierno a la administración Alvarado Quesada.

“Nunca hubo acción u orden de ocultar o posponer el envío de un presupuesto extraordinario por razones políticas electorales”, alegó el exgobernante, bajo juramento, ante la Comisión para el Control del Ingreso y el Gasto Público.

El expresidente aseguró que la deuda de corto plazo contraída a finales de 2017 y que se tenía que pagar a inicios de 2018 se pretendía pagar con la colocación de bonos de largo plazo por $1.500 millones.

Afirmó Solís que no se envió un presupuesto extraordinario a tiempo, porque en su administración ningún órgano técnico brindó una cifra precisa del monto que se debía solicitar a la Asamblea Legislativa.

Según dijo, ese dato estuvo listo hasta julio, cuando finalmente Hacienda envió un presupuesto extraordinario para estudio de los legisladores.

Luis Guillermo Solís dice que nunca le plantearon elaborar un presupuesto extraordinario aunque, desde enero, el Ministerio de Hacienda se quedó sin presupuesto para el pago de deuda de corto plazo.

Había incertidumbre en la cifra que había presentar en el presupuesto extraordinario, alegó el exmandatario. Solís insistió, además, en que la elaboración de los presupuestos es un proceso técnico en Hacienda, a propósito de certificaciones de ingresos hechas por el Banco Central de Costa Rica y la Contraloría General de la República.

Ante las consultas de la liberacionista Franggi Nicolás, Solís Rivera alegó que durante su mandato se hicieron esfuerzos, tanto para la colocación de deuda en buenas condiciones, como para la aprobación del proyecto fiscal.

"Cuando hablo del mal llamado ‘hueco fiscal’, que en realidad es solo un faltante presupuestario, se podría haber solucionado si se hubiera aprobado el plan fiscal. Es mal llamado ‘hueco’, porque no fue que desaparecieron los recursos de la noche a la mañana.

“Rechazo la insinuación que ocultamos información con fines políticos”, respondió Solís cuando la diputada Nicolás increpó al exmandatario por no advertir al Congreso sobre el faltante presupuestario.

“Era muy complicado hacer estimaciones de los requerimientos financieros en tiempos de crisis”, defendió el expresidente, por no haber presupuestado la totalidad de la deuda.

A pesar de que el presidente de la Comisión de Gasto Público, Jonathan Prendas, le cuestionó a Solís si estaba consciente de que desfinanciaba el Presupuesto en sus partidas para pago de deuda, con el decreto para trasladar partidas, el expresidente dijo que esos movimientos no desfinanciaron el segundo semestre.

“Lo hice de acuerdo a la legalidad disponible y teniendo siempre el objetivo de salvaguardar las finanzas del Estado”, insistió el exgobernante.

El expresidente de la República Luis Guillermo Solís apuntó que, ante los diputados de la Comisión de Control del Ingreso y del Gasto Público, que con frecuencia se reunía para discutir sobre los presupuestos y los faltantes con los jerarcas de Hacienda, el ministro Helio Fallas y la tesorera nacional (y entonces viceministra de Egresos), Marta Cubillo.

“Efectivamente, uno discute sobre esto como presidente de la República, trae al ministro de Hacienda y a sus técnicos para que hable con uno sobre los presupuestos y los faltantes, pero no de la manera cómo se define aquí”, alegó Solís.

En su extensa audiencia ante el foro legislativo, el expresidente insistió en que se ha calificado de forma errónea ese faltante presupuestario como un “hueco fiscal” y agregó que los técnicos hacendarios hicieron lo posible, constantemente, por paliar la situación.

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“El Ministerio de Hacienda no se sienta con los faltantes a contemplarlos, activan sus procesos de negociación en la compra de bonos, hablan con las instituciones, hablan con los mercados, resuelven a partir de ello y los números que nos traen se modifican", dijo el exgobernante.

Según Luis Guillermo Solís, “el público no tiene por qué saber eso” e insistió en que es una situación que se maneja a nivel técnico y que “lo han hecho todos los gobiernos”.

"Hay momentos en que se llega al fin de la quincena, sin que se tenga todavía el jueves en la noche, de la quincena que se paga el viernes, los recursos necesarios para pagar salarios.

“Cuando uno oye a funcionarios del Hacienda que lo llaman a uno contentos o contentas, diciéndole que lo único que falta ya por resolver el tema de la quincena son ¢30.000 millones, porque han logrado gestionar después de una sequía en los mercados, en las subastas hasta de ¢200.000 millones en cuatro días, uno se da cuenta de la magnitud que tiene eso”, indicó Solís.

El nivel de participación del expresidente era tal que, aseguró, participó en buscar salidas que ayudaran a resolver las obligaciones a corto plazo.

“Yo participé en lo que me tocaba y en lo que no me tocaba, que son decisiones técnicas de Hacienda, no”, apuntó.

Según el expresidente Solís, a él nunca le llegaron a decir que era necesario presentar un presupuesto extraordinario para cubrir el faltante presupuestario que iba a enfrentar el gobierno durante este año.

También alegó que nunca se determinó, durante el primer cuatrimestre del año, cuando aún era presidente él, la cifra del faltante presupuestario.

Afirmó que no se envió un presupuesto extraordinario a tiempo porque en su administración ningún órgano técnico brindó una cifra precisa del monto que se debía solicitar a la Asamblea Legislativa. Alegó el presidente que se manejaron hasta siete montos diferentes, pero nunca se pudo determinar cuánto era finalmente.

Según dijo, ese dato estuvo listo hasta julio, cuando finalmente se envió un presupuesto extraordinario para estudio de los legisladores.

El expresidente descartó que hubiese ilegalidad en el pago de deuda de corto plazo sin contenido presupuestario en febrero y marzo de este año, antes de que se firmara y publicara un decreto de traslado presupuestario de la deuda de largo plazo para pagar las obligaciones inmediatas.

“Al tratarse de un acto legal de carácter interno, la validez y eficacia (del decreto del traslado presupuestario) no depende de la publicación en La Gaceta que se postergó hasta el 6 de abril).”

Sin embargo, la Contraloría General de la República es del criterio de que los traslados presupuestarios no pueden ser retroactivos si así no se especifica en el decreto ejecutivo, como en este caso.

Jefe del PLN a Solís: ‘Su gobierno fue uno de los más irresponsables’

La comparecencia del expresidente de la República Luis Guillermo Solís llegó a fuertes niveles de tensión, este mediodía, en el Congreso, cuando el jefe de la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), Carlos Ricardo Benavides, empezó sus cuestionamientos.

El liberacionista fue uno de los más implacables con el exmandatario Solís.

“Asusta que usted intente engañar a la gente diciendo eso (que había recibido un déficit mayor a cinco puntos porcentuales del PIB). Su gobierno, y usted particularmente, fueron uno de los más irresponsables de los que la historia de este país tenga memoria”, le dijo el verdiblanco.

Benavides agregó que, como candidato, Solís les dijo a los costarricenses que no se requería plan fiscal y aseguró que eso está “muy lejos de lo que dijo ahora”.

“Se dio el tupé de decirles a los costarricenses que, por dos años, no íbamos a hablar del plan fiscal. Escogió a Helio Fallas, que no solo fue negligente, sino que fue alcahueta con usted”, siguió sus ataques Benavides.

Según el vocero del PLN, a Solís se le olvidó que durante el gobierno de Laura Chinchilla (2010-2014), el expresidente de la Asamblea y hoy ministro de Comunicación, Juan Carlos Mendoza, y la mayoría de la bancada del PAC en el 2010-2014 se opusieron “ferozmente, absurdamente" y con “argumentos irrisorios al plan fiscal” de Chinchilla.

El liberacionista, entonces, le espetó que luego Solís hubiera nombrado a Mendoza como embajador.

Benavides achacó al expresidente de haber aumentado el Presupuesto Nacional del año 2015 para subirle el salario a los empleados públicos. “Y para subirle el presupuesto a su clientela en las universidades públicas”, aseveró el jefe de fracción del PLN.

En respuesta, Solís le dijo que en realidad, dicho aumento presupuestario se realizó para pagar deuda pública.

“Si usted quiere oféndame a mí, pero no ofenda a los empleados públicos y a los universitarios”, dijo Solís.

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“No les endilgue a mis colegas universitarios el calificativo de clientela, que no es precisamente ese el calificativo que admito para ellos, que son quienes en mucho le han dado a este país la competitividad”, le espetó el expresidente.

Benavides prosiguió recordándole a Solís que en cuatro años de gobierno no tuvo manifestaciones en contra del sector universitario, y acusó al expresidente de haberlos “alcahueteado”.

El independiente Erick Rodríguez y Otto Roberto Vargas, del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC) intentaron tentar a Solís para repetir su calificativo de “heroico” para el manejo de las finanzas en su administración, tal como lo destacó en su último informe de labores en el Congreso.

Sin embargo, el expresidente evitó repetirlo.

Aunque la situación actual de las finanzas públicas es crítico, con el faltante presupuestario que generaron decisiones de su mandato, Luis Guillermo Solís insistió en que no puede calificar si no es de “heroico” el manejo de las finanzas que hizo su administración.

“Cómo puedo calificar a un gobierno que, a pesar de no tener recursos, que a pesar de la situación, fue capaz de reducir la desigualdad, mantener la desigualdad casi en cero, atender crisis humanitarias y atender crisis naturales”, dijo ante los congresistas.

En cuanto a las acciones acometidas por la administración para paliar la crisis fiscal, Solís alegó que ya para agosto del 2015, al inicio del segundo año de su gobierno, se habían presentado una serie de proyectos de ley, en cuenta los específicos de reforma en el impuesto de valor agregado (IVA) y el impuesto sobre la renta.

“La reducción del déficit que alcanzamos en los primeros dos años de gobierno no fueron accidentales, fueron resultado de las acciones que se emprendieron”, dijo el expresidente y negó, de nuevo, que él haya girado instrucciones para “ocultar la situación económica del país”.

‘Faltante presupuestario, no hueco fiscal’

Debido a los cuestionamientos de los parlamentarios de varias fracciones políticas, Luis Guillermo Solís respondió que durante los primeros dos años de la administración, se tomaron “una gran cantidad de medidas que permitieron reducir los problemas que se tenían en ese momento: fraude fiscal, contrabando, caja única y pensiones de lujo”.

“Las calificadoras han estado advirtiendo sobre la fragilidad de las finanzas desde hace muchos años. Son altamente sensibles a esas acciones o no acciones. Al menos en una de las ocasiones, mencionaron la falta de consenso como una de las causas”, manifestó el exgobernante.

Aparte, Solís enfatizó que la discusión no se trata de un “hueco fiscal”, sino que lo que hay es un “faltante presupuestario”.

“Las discusiones sobre ese faltante tienen como trasfondo una multiplicidad de montos, que son hasta siete diferentes. Tanto así que hasta el 10 de mayo, don Melvin (Quirós, exdirector de Crédito Público) hace la primera advertencia a esta administración y no es sino hasta el 27 de junio que el presupuesto se presenta”, dijo el exmandatario.

Según Luis Guillermo Solís, el equipo de Hacienda tiene “centenares de técnicos” y que al presidente de la República no se le pide involucrarse en el proceso de las decisiones que ese ministerio toma.

El exgobernante agregó que, aunque la responsabilidad de la construcción del proyecto de Ley de Presupuesto Ordinario para el Ejercicio Económico 2018 era de la administración, este fue aprobado por los diputados de la Asamblea Legislativa. En ese sentido, recordó la corresponsabilidad de esas decisiones.

Por otra parte, Luis Guillermo Solís pidió a los diputados tener cuidado con sus afirmaciones, porque los mercados están “escuchando” y se puede perjudicar al país. Mencionó, por ejemplo, que se dice que no se honró la deuda, luego de una intervención de la liberacionista Yorleny León.

Sin embargo, el examandatario insistió en que eso no fue así y que, precisamente, varias de las decisiones que tomó su administración fueron para nunca dejar de pagar la deuda.

Solís dice que advirtió a Alvarado

Cuando el diputado independiente Erick Rodríguez Steller le cuestionó sobre si advirtió al presidente entrante, Carlos Alvarado, sobre la situación real del faltante presupuestario, Luis Guillermo Solís agregó que cuando se reunieron, hablaron “de la situación del país”.

“Evidentemente, hablamos del tema fiscal con tanto detalle como pudimos. Ningún funcionario conocía de un monto para hacer esos cálculos. Sabiendo que las nuevas autoridades tuvieron información desde el 10 de mayo, queda en evidencia que la comunicación siempre fue activa”, dijo Solís.

Solís llegó a Cuesta de Moras antes de las 8 a. m. y se reunió con diputados del Partido Acción Ciudadana (PAC) en la oficina de la presidencia del Congreso. La comparecencia se realiza a partir de las 9.28 a. m. en el Salón de Expresidentes.

Mientras tanto, en las afueras de la Asamblea se desarrolla un fuerte dispositivo de seguridad, debido a la constante presencia de manifestantes contra el plan fiscal desde hace una semana.

Solís llegó a la Comisión de Ingreso y Gasto del Congreso, luego de que se aprobó una moción presentada por la diputada liberacionista Franggi Nicolás.

La audiencia de Solís estaba prevista para el pasado 10 de setiembre; sin embargo, coincidía con el inicio de la huelga de empleados públicos y por motivos de seguridad se trasladó para este jueves.

El exmandatario actualmente reside en Florida, Estados Unidos, debido a compromisos que adquirió con una universidad para que den clases allí él y su pareja, Mercedes Peñas.

La investigación legislativa, que se realiza bajo el expediente 20.949, pretende conocer las razones por las cuales la administración Solís no presupuestó los recursos suficientes para pagar la deuda de corto plazo que adquirió entre noviembre y diciembre del 2017, cuyo vencimiento estaba para mediados de este año.

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Este hueco presupuestario obligó a la actual ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, a pagar deuda sin tener el aval del Congreso para el uso de recursos.

La administración pasada no solicitó a tiempo un presupuesto extraordinario a la Asamblea Legislativa. Las nuevas autoridades ni siquiera quedaron advertidas del inminente hueco presupuestario.

El actual director de Crédito Público, Melvin Quirós y la tesorera nacional (viceministra de Egresos en la pasada administración), Marta Cubillo, confirmaron que el entonces vicepresidente de la República y ministro de Hacienda, Helio Fallas, sabía del faltante presupuestario desde febrero, cuando se agotó el dinero previsto para la deuda de corto plazo de todo el año.

¿Qué es un pago sin contenido presupuestario?

Cada año, el Ministerio de Hacienda solicita a la Asamblea Legislativa una autorización de gastos en la que incluye salarios, pensiones, inversiones, intereses de deuda y amortización de deuda pública.

La amortización consiste en devolverle al financista la totalidad del dinero que le prestó al Gobierno. Existen dos tipos de deuda que puede adquirir el Estado: de corto plazo (menos de un año) y de largo plazo (más de un año).

Al gastar más de lo que recibe, el Ejecutivo se endeuda cada vez más.

Para financiar las operaciones del año pasado, el gobierno adquirió una gigantesca deuda de corto plazo que debía pagar en los primeros meses de 2018. No obstante, subestimó la cifra en el presupuesto que presentó a la Asamblea para cubrir esa obligación.

Solo en el segundo semestre de 2017, el gobierno colocó títulos de corto plazo por ¢891.000 millones, los cuales en su mayoría vencían en el primer trimestre de 2018. Esa cifra está muy por encima de los ¢372.000 millones que presupuestó para esa amortización.

De acuerdo con los datos de Crédito Público, en enero de este año, los pagos de corto plazo ascendieron a ¢373.000 millones, lo cual agotó de inmediato la autorización para todo el año.

Fue por eso que, entre marzo y febrero, Hacienda pagó ¢211.000 millones sin contenido presupuestario y, luego, emitió un decreto para cubrir la operación anterior y financiar el resto del año con dinero de la partida de corto plazo.

No obstante, como la deuda de largo plazo es más previsible, el gobierno sí presupuestó un monto más realista, pero al quitarle ¢413.000 millones, el monto autorizado se agotó también en junio.

A partir de ese mes, la administración Alvarado empezó a amortizar deuda de corto y largo plazo por encima del monto que inicialmente la Asamblea Legislativa había avalado en noviembre.

Por eso, se vio en la obligación de enviar a la Asamblea Legislativa, en agosto, un aval por ¢600.000 millones para cubrir la deuda del resto del año.