Iglesia: 'Si la reforma fiscal no ha avanzado es porque hay intereses sectoriales muy fuertes'

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Este lunes 9 de julio, el Gobierno y los sindicatos se reunirán para definir si conforman una mesa de diálogo sobre el déficit fiscal, luego de que los gremios paralizaran servicios para oponerse a las reformas que impulsa el presidente Carlos Alvarado.

Por acuerdo de ambas partes, la Iglesia católica fungirá como garante. Su tarea será escuchar, llevar la minuta y, si se concreta la mesa de negociación, darle seguimiento a los acuerdos que se pacten.

El encargado de esa labor será el sacerdote Edwin Aguiluz, secretario ejecutivo de la pastoral social Cáritas, quien fue enviado por el arzobispo de San José, José Rafael Quirós.

Aguiluz sostiene que se deben derribar barreras e intereses en nombre del bien común y que la reforma fiscal debe responder a ese mismo objetivo. No es aceptable que alguien se salga de la solución, dijo, "los costos tienen que ser asumidos por todos y de igual manera".

Según el sacerdote, "si la reforma fiscal no ha avanzado es porque hay intereses sectoriales muy fuertes".

El diálogo girará en torno a ocho ejes propuestos por el Gobierno: Impuesto al Valor Agregado (IVA), impuesto al salario, ganancias de capital, renta global, evasión y elusión fiscal, exoneraciones, pensiones de lujo y normativa para la contención del gasto público.

A continuación, una entrevista concedida por el enviado de la Iglesia católica.

¿Qué ambiente encontró en la reunión de la semana pasada?

Yo diría que muy positivo, yo al menos salí muy optimista por la disposición de ambas partes y definitivamente el gobierno con una apertura total, con una agenda amplia. Creo que casi no quedan puntos fuera de la agenda que también plantearon los sindicatos.

¿Están de acuerdo en lo que se tiene que hablar?

Me parece que sí están de acuerdo en lo que se tiene que hablar, porque en la parte de contención del gasto también hay un montón de puntos, donde están también las preocupaciones de los sindicatos sobre el empleo público, las implicaciones de las medidas para el ingreso de los trabajadores, entonces ese apartado número ocho es muy amplio, pero lo interesante es que en la agenda entran puntos que tendrán que verse no solo con el expediente de ley, sino que con medidas administrativas.

Los sindicatos están teniendo una actitud constructiva, están yendo más allá de su interés, obviamente el empleo público, pero también tienen preocupaciones sobre el impacto que pueda tener la reforma fiscal en pequeños y medianos productores, en la pobreza, entonces están con una agenda más amplia que la mera reivindicación sindical, lo cual es positivo.

¿Cuáles son sus expectativas como garantes? ¿Cómo esperan que se desarrolle el proceso?

Lo que esperamos es que realmente haya una acuerdo para esperar la mesa de diálogo, ojalá que el lunes mismo ya pudiera ser la primera sesión de la mesa de diálogo, sería el ideal, que se pongan de acuerdo. Aunque tal vez no sea tan fácil en esa primera reunión porque tienen que ponerse de acuerdo en discutir las posiciones de ambos, pero lo que deseamos es que se instale.

Primero, porque se va a postergar la solución a esta crisis en la medida en que si las medidas se toman unilateralmente, sin tomar en cuenta a sectores como el movimiento social, lo que se avecina es convulsión social, y eso hay que evitarlo, entonces nuestro sueño es que esto salga adelante.

Usted habla de la urgencia de resolver la situación fiscal. ¿A lo interno de la Iglesia hay una posición sobre la reforma?

Hasta ahora no ha habido una posición de la Iglesia respecto de las medias específicas, por ejemplo sobre el expediente de ley, sobre los decretos y directrices que puedan venir de parte del gobierno, porque son aspectos técnicos que no son las especialidad de la Iglesia.

Lo que sí ha venido recordando la Iglesia, no de ahorita sino en varios mensajes desde hace tiempo y con algunos obispos, como monseñor Garita, de Ciudad Quesada, son algunos principios. Cualquier reforma fiscal en primer lugar no puede ser regresiva, no puede actuar en contra de las personas mas débiles. Tiene que haber equidad y, por supuesto, tiene que ser una reforma en la que quienes más tienen más deben pagar, en un contexto de un país que ya ha estado sobre el tapete que es cada vez más desigual.

Pero el papel de la Iglesia en los tiempos más recientes, más que iluminar sobres aspectos más técnicos, ha sido tratar de favorecer que haya un diálogo, porque pensamos que es el papel principal de la iglesia.

Nadie tiene la totalidad de las respuestas, porque tiene que ver con intereses sectoriales también. Lo que hay que ir es a ir derribando barreras e intereses en el nombre del bien común, que la Iglesia defiende que la reforma fiscal responda a la búsqueda del bien común. Y si la reforma fiscal no ha avanzado es porque hay intereses sectoriales muy fuertes, y por eso estamos pegados.

Entonces, aunque haya diálogo, dependerá de la voluntad para ceder.

Exacto, hay intereses y luego visiones y la razonabilidad. Vamos a ver. El déficit fiscal tiene causas, causas que tienen que ver con la evasión fiscal por ejemplo, con el concepto del gasto público, con el sistema de recaudación. Hay una serie de factores que juntos han producido lo que tenemos. Hay sectores, como es el caso de los sindicatos, que dicen '¿por qué vamos a pagar nosotros el déficit fiscal, si no somos los causantes?' Entonces ahí se complica la cosa, porque los costos tienen que ser asumidos por todos y de igual manera. Entonces, el asunto es que estamos en una crisis, que no puede seguir creciendo.

Ciertamente hay que contener el gasto y hay que preguntarse cómo, y ahí viene la discusión de si afectando el empleo público o no. Lo cierto es que no podemos seguir financiando el 40% del presupuesto con deuda, y esa deuda es creciente.

Por supuesto, nosotros veríamos bien una mesa multisectorial, pero eso sí, no eterna, sino muy puntual, con un plazo muy corto y con una metodología que permita llegar a acuerdos.

Podrían ponerse de acuerdo en esa mesa, pero la aprobación del plan fiscal se hace en la Asamblea Legislativa. ¿La Iglesia ha pensado en entrar a dialogar ahí, o en acercarse a los diputados?

Esa es una de nuestras interrogantes, cómo esta mesa de diálogo va a influir en la Asamblea Legislativa. Entonces, lo que le puedo decir es que estamos atentos a eso, y sabemos que ese problema está ahí. Y que eventualmente propondremos que, de alguna manera, se dialogue sobre eso. Obviamente, el ministro de la Presidencia tiene un papel importantísimo, pero la Asamblea ya sabemos la composición que tiene y la pluralidad que tiene, entonces ese es un tema que tendrá que salir.