La iniciativa del Gobierno de reactivar algunas de las rutas de buses intersectoriales para paliar las presas, sigue patinando.
Los autobuseros acudieron ayer a una segunda reunión con jerarcas del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) para tratar del tema, pero alegan que no existe una propuesta concreta.
Los empresarios piden detallar los recorridos, horarios, cantidad de buses y tarifas por cobrar.
Mientras tanto, Silvia Bolaños, viceministra de Transportes, quien presidió el encuentro con los transportistas, guardó silencio.
A la funcionaria se le llamó en reiteradas ocasiones a su teléfono celular y se le dejaron mensajes en su oficina, pero no contestó.
El ministro del MOPT, Pedro Castro, declinó referirse y dijo que la encargada es Silvia Bolaños.
Castro anunció el viernes que algunas de esas rutas estarían habilitadas en las próximas semanas. Eso, como parte de las medidas para afrontar el caos vial debido al cierre de un tramo de la vía de Circunvalación en Hatillo 8 .
Los recorridos con mayor posibilidad de empezar a operar son: Hatillo-Guadalupe, Guadalupe-La Uruca y Moravia-Desamparados.
Según Castro, las empresas estarían anuentes a dar el servicio con la tarifa de ¢350 establecida por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) en 2008.
No obstante, para Maritza Hernández, presidenta de la Cámara Nacional de Transportes, ese es de los puntos que no está sobre las íes.
El problema, advirtió, es que las rutas anunciadas por el ministro son distintas, a las que según Aresep, están autorizadas para operar.
“Les pedimos que nos digan cuál proyecto, porque ellos nos dicen una cosa y la Aresep dice otra”, manifestó Hernández.
Pasajes. El otro punto árido es la tarifa porque el monto fue establecido hace cinco años con base en estudios de demanda y costos distintos a los vigentes.
Para actualizar la cifra, se necesitaría un nuevo estudio tarifario por parte del ente regulador, lo que implica al menos dos meses.
Alex Álvarez, dueño de la empresa de buses de Moravia y Sabana Cementerio y uno de los involucrados en el proyecto intersectorial, abogó por una propuesta más planificada y no solo una respuesta rápida a un problema coyuntural.
“Poner a funcionar las interlíneas es difícil porque los empresarios deben ponerse de acuerdo. Es un proyecto que necesita varias mejoras. Es difícil poner a funcionar eso; se debe saber si se tienen que sacar buses, de dónde vienen los nuevos buses, ver la demanda insatisfecha de usuarios”, precisó.
Otro punto, que según Álvarez debe aclararse, es el impacto de las interlíneas en los servicios especiales y hasta en los mismos piratas.
Los empresarios sí aplaudieron la iniciativa del Gobierno de establecer vías exclusivas para el servicio público de autobuses para el ingreso al casco capitalino.
Álvarez explicó que preliminarmente se les propuso desde la calle 11 (plaza Cleto González Víquez) hasta calle 42 (estatua de León Cortés en Sabana Este) y desde avenida 6 (costado norte de la Corte Suprema de Justicia) hasta avenida 9 (detrás de la Cancillería).
El director de la Policía de Tránsito, German Marín, advirtió de que antes de habilitar vías exclusivas, se debe hacer un estudio de ingeniería de tránsito para administrar bien el tráfico de buses y carros que entran a San José.