Argel. El presidente del Consejo Constitucional de Argelia, Tayeb Belaiz, una de las principales personalidades del régimen objeto de las protestas, presentó este martes su dimisión, dos semanas después de la del expresidente Abdelaziz Buteflika, de quien era muy cercano.
Belaiz, de 70 años, formaba parte, junto al jefe de Estado interino, Abdelkader Bensalah, y el jefe de Gobierno, Nureddin Bedui, de las “3B” que los manifestantes quieren sacar del poder, desde la dimisión el 2 de abril, bajo la presión de la calle y del Ejército, de Buteflika.
Su puesto hacía de él uno de los miembros más importantes del Estado argelino y le daba un papel clave en las elecciones presidenciales previstas el 4 de julio
El Consejo Constitucional se encarga, entre otras funciones, de validar las candidaturas a los comicios y de controlar la regularidad de las operaciones de voto en Argelia.
"¡Le toca a Bensalah!", gritaban miles de estudiantes congregados en Argel al conocer la noticia de la dimisión de Belaiz, quien, según la Constitución, debería ser presidente interino en caso de que Bensalah dimitiera.
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Exmagistrado y ministro casi sin interrupción durante 16 años, Belaiz fue nombrado el 10 de febrero al Consejo Constitucional por Buteflika para sustituir a Murad Medelci, fallecido.
Ya presidió el Consejo Constitucional de marzo del 2012 a setiembre del 2013.
Justamente era él quien debía iniciar el proceso para constatar el “impedimento” de gobernar del jefe de Estado, cuando Buteflika, víctima de un accidente cerebrovascular, fue hospitalizado durante 80 días en Francia en el 2013. Resistió a las críticas de la oposición y la prensa por ello.
También resistió a finales de marzo a los llamados del jefe del Estado Mayor del ejército, el general Ahmed Gaïd Salah, que sugería este proceso constitucional para apartar a Buteflika del poder y poner término a las protestas masivas.
Siguen las manifestaciones
La dimisión de Belaiz tuvo lugar el primer día de la revisión excepcional de las listas electorales, que tiene que durar una semana, con vistas a las presidenciales del 4 de julio.
Para los manifestantes, el hecho de mantener a la cabeza del Estado estructuras y personalidades pertenecientes al "sistema" de Buteflika no garantiza unos comicios libres y justos para elegir a su sucesor.
Decenas de miles de estudiantes salieron de nuevo el martes a la calle en varias ciudades del país: Argel, Constantina, Annaba y Bugía.
En la capital, aunque al principio se les impidió acceder a la plaza de Grande Poste, epicentro de las protestas, los estudiantes consiguieron finalmente acceder al lugar.
La Policía restringe cada vez más la libertad de las acciones de los manifestantes, salvo el viernes, el día de descanso semanal en Argelia y día de las movilizaciones más multitudinarias desde el 22 de febrero.
El martes pasado, los policías intentaron, por primera vez desde el inicio de las protestas, dispersar una manifestación de estudiantes.
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Desde el final de las vacaciones universitarias, a principios de abril, se han producido varias huelgas en diferentes campus.
Los estudiantes de una decena de universidades indicaron que sus establecimientos hacían huelga, prorrogable cada fin de semana, para exigir la salida del conjunto del “sistema” del poder.
“Terminamos lo que hemos empezado”, manifestó Linda, de 20 años, estudiante en telecomunicaciones en la principal universidad de Argel, la USTHB, que participó en la manifestación del martes.
“Estamos en huelga indefinida en la USTHB hasta que todo el ‘sistema’ se vaya, empezando por Bensalah y Bedoui, que nos envían a los policías para impedir que nos manifestemos, aunque nosotros somos pacifistas”, precisa.
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