Violencia en vivo, el lado oscuro de las plataformas de ‘streaming’

En vivo de la matanza en la plataforma Twitch de Amazon fue retirado en dos minutos, según la empresa, mucho más rápido que el ataque a una mezquita de Nueva Zelanda transmitido en Facebook en el 2019, que estuvo 17 minutos al aire

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San Francisco. La transmisión en directo de un asesinato masivo en Nueva York fue cortada en cuestión de minutos, un tiempo suficientemente largo para que esas imágenes circulasen libremente por cualquier esquina de internet.

Las leyes sobre libertad de expresión de Estados Unidos no impiden postear este tipo de contenido, advirtieron expertos a la AFP, por lo que la decisión de mantenerlas o no en línea depende en buena medida de cada empresa tecnológica.

Pero incluso los sitios que quieren eliminarlos tienen dificultades para hacerlo, ya que una vez que se transmiten por internet, los videos pueden ser editados y compartidos nuevamente.

En el caso del tiroteo de Buffalo, en el que murieron 10 afroestadounidenses en un supermercado el sábado, es particularmente aterrador el hecho de que escritos atribuidos al sospechoso resaltaran que se inspiró en otra masacre transmitida en directo.

“Si (las empresas) se comprometen a transmitir en vivo, se comprometen a transmitir cierto número de violaciones, asesinatos, suicidios y otro tipo de crímenes”, dijo Mary Anne Franks, profesora en la escuela de derecho de la Universidad de Miami.

El en vivo de la matanza en la plataforma de streaming (transmisión) Twitch de Amazon fue retirado en dos minutos, según la empresa, mucho más rápido que el ataque a una mezquita de Nueva Zelanda transmitido en Facebook en el 2019, que estuvo 17 minutos al aire.

Las empresas de tecnología dicen luchar fuertemente para mantener ese tipo de imágenes fuera de sus plataformas, con esfuerzos automatizados y manuales de trabajadores que buscan desconectar la emisión de videos de ataques como el de Buffalo.

Pero las imágenes pueden ser editadas, los títulos y nombres cambiados y los contenidos reposteados en sitios que aceptan generar tráfico con un producto que otros rechazaron. Por ejemplo, el miércoles fue posteado un tuit que citaba al sospechoso de Buffalo por su nombre, Payton Gendron, de 18 años, agregando un enlace a un video del ataque que no mostraba los asesinatos.

Pero en el sitio se ofrecían otros videos, entre ellos uno que mostraba más de 90 segundos del atentado y que decía tener casi 1.800 visitas desde el domingo. “No hay nada ilegal en postear en Estados Unidos un video en vivo de la transmisión de matanzas como la de Buffalo”, indicó Ari Cohn, asesor de libertad de expresión del grupo de expertos TechFreedom.

De vida o muerte

Una vez que un tiroteo masivo es transmitido en una plataforma en línea, puede perpetuarse de diferentes maneras, por ejemplo al ser grabado por usuarios. Estas nuevas versiones editadas para evitar su eliminación pasan luego a ser parte de un juego del gato y el ratón con las empresas que los cazan, indicó un vocero de Meta, la casa matriz de Facebook.

El mismo problema se observa en otras plataformas como Twitter, que tiene la política de eliminar las cuentas de los autores de atentados masivos “y también puede eliminar tuits que difunden manifiestos u otros contenidos producidos por los autores”, dijo.

Pero las empresas deben trazar una fina línea, ya que un filtro demasiado amplio puede acabar afectando sin querer a otros contenidos, declaró a periodistas el vicepresidente de integridad de Meta, Guy Rosen, en una reunión el martes.

Las retransmisiones en directo son uno de los ámbitos en los que las plataformas de medios sociales se enfrentan a acusaciones de fomentar la violencia y el odio. El profesor de derecho Franks dice que no es prudente ofrecer esa capacidad al público en general. “El mayor problema es que cuando las empresas de tecnología toman estas decisiones para el público”, lo hacen considerando que son “una herramienta que es útil en formas que superan sus desventajas”, agregó.

La fiscala general de Nueva York, Letitia James, anunció el miércoles la apertura de una investigación a varias empresas de tecnologías por el ataque de Buffalo, incluyendo Twitch. La falta general de políticas actualizadas sobre medios sociales a nivel nacional en Estados Unidos también contribuyeron a los problemas asociados a los videos transmitidos en directo en línea.

Los estados crearon sus propias políticas, que pueden reflejar las fuertes diferencias partidarias sobre lo que puede ser permitido en línea. Texas, por ejemplo, aprobó una controversial ley sobre redes sociales que prohíbe a las grandes empresas “discriminar” la libertad de expresión, fuertemente criticada por ser tan amplia que interfiere con la moderación de contenido.

“La reciente tragedia (en Buffalo) pone de manifiesto que no se trata solo de una cuestión partidista”, dijo Matt Schruers, presidente de la Computer & Communications Industry Association, en una mesa redonda sobre la ley celebrada esta semana.

“Hay consecuencias de vida o muerte al atar las manos de la industria para responder a los malos actores en Internet”, añadió.