Caso Pecci: Así cayeron los autores materiales del crimen

El lunes serán imputados por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas agravado. Luego, la Fiscalía pedirá medida de aseguramiento en centro carcelario.

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Asunción. “Su lucha no se acaba con balas, su lucha la seguiremos todos. Marcelo vive”. Ese mensaje se escuchó durante la ceremonia en la que fue despedido en Asunción, Paraguay, el fiscal antimafia de ese país, Marcelo Daniel Pecci Albertini.

El 15 de mayo, cinco días después de su homicidio en Colombia, el destacado fiscal paraguayo fue llevado por última vez a la iglesia de San José, donde unas semanas antes se había casado con la periodista Claudia Aguilera.

La pareja viajó a Cartagena el 4 de mayo para disfrutar de su luna de miel y seis días después el funcionario recibió tres disparos que le costaron la vida y generaron alerta por los alcances de la acción armada, que tendría detrás a redes criminales de varios países.

Los indicios apuntan a una red de Paraguay que tendría nexos con carteles de Brasil y Bolivia que comercializan cocaína colombiana. Con la operación Guaraní, desplegada el viernes en Medellín, en la que fueron capturadas cinco personas, una de ellas de nacionalidad venezolana, la Fiscalía y la Policía llegan a los presuntos autores materiales del homicidio de Pecci y se siguen varias pistas para llegar a los determinadores del crimen, que habrían ordenado el ataque en represalia por los golpes que el funcionario dio a redes criminales transnacionales.

”La investigación va dirigida a que el crimen se ordenó y pagó desde Paraguay, pero hasta el momento no se tienen indicios de fuera ejecutado por una red de narcotraficantes en Colombia; todo apunta a que contrataron individualmente a cada uno de los hasta ahora involucrados”, le dijo a El Tiempo uno de los encargados del caso.

Un informante los delató

Con la información que estaría en los celulares de los capturados y elementos encontrados en los allanamientos, tras 24 días de investigación, las autoridades buscan identificar a quienes dieron la orden de asesinar al fiscal.

Los investigadores no descartan que los primeros capturados puedan buscar algún tipo de negociación para entregar información que permita llegar a los cerebros del crimen a cambio de algún beneficio.

El director de la Policía Nacional, el general Jorge Luis Vargas, junto con delegados del Gobierno, viajó a Paraguay y entregó los resultados de la investigación, mientras el fiscal general, Francisco Barbosa, indicó que un equipo viajará para hacer intercambio de información con el fin de avanzar en una nueva fase de la investigación.

Se conoció que una fuente humana se presentó el 29 de mayo ante las autoridades y aseguró que tenía información sobre los responsables del homicidio, entregó sus descripciones, como señales particulares, tatuajes, y las direcciones de sus casas. Esa información fue verificada por la Dijín y la Fiscalía y sirvió para fortalecer la investigación que se venía adelantando, ya que su veracidad era plena.

El día del homicidio del fiscal Pecci, las autoridades ofrecieron una recompensa de dos mil millones de pesos a quien dé información sobre las personas vinculadas al crimen. De acuerdo con una fuente del caso, Francisco Luis Correa Galeano, uno de los capturados, se encargó de organizar el crimen.

“Él, en Medellín, ubicó a los sicarios, a un conductor y a los ‘marcadores’, quienes no se conocían entre sí; y aunque se reunió con ellos tanto en Medellín como en Cartagena, lo hizo en encuentros separados, así se evidenció con el trabajo de las cámaras de seguridad”, puntualizó.

Correa Galeano, dijo la fuente, tiene antecedentes por concierto para delinquir y acceso carnal violento, en hechos registrados en Montería, Córdoba. Este hombre llegó a Cartagena y arrendó un apartamento en el exclusivo sector de Bocagrande, desde ahí estuvo al tanto del crimen.

Incluso contrató a una trabajadora sexual para que lo acompañara en sus movimientos por la ciudad y así poder pasar como una pareja de enamorados de vacaciones. Galeano fue quien contrató en Medellín, en una plaza de mercado, a Marisol Londoño Bedoya y a su hijo, de 22 años, Cristian Camilo Monsalve Londoño; su papel era seguir a Pecci y a su esposa en el hotel de Barú donde pasaban su luna de miel, esto se conoce como ser los ‘marcadores’.

Ellos, según el resultado de la revisión de las cámaras de seguridad, nunca estuvieron en la playa, en la piscina o en los puntos de recreación del hotel, pero sí aparecen siguiendo a Pecci y su esposa en las zonas sociales, indicó el investigador.

De hecho, la mujer y su hijo —que viajaron de Medellín a Cartagena en moto— se registraron para pasar tres días en el hotel, del 9 al 11 de mayo, “pero tras el asesinato de Pecci abandonaron el lugar rápidamente, sin pedirle al hotel la devolución de su dinero; otras dos familias se fueron del hotel, argumentando temas de seguridad, estaban con niños y adultos mayores, pero estos sí pidieron el reembolso de lo pagado”, indicó la fuente.

Y aunque Marisol les dijo a las autoridades que se encontraba en Barú celebrando el Día de la Madre, en su celular se identificó que el 10 de mayo, día en el que mataron a Pecci, hizo tres llamadas a los sicarios ocho minutos antes del crimen. “Ella de seguro se angustió al ver que no llegaban sus cómplices para cometer el crimen y pensó que la víctima se iba a salir de la playa y empezó a llamar a los sicarios”, aseguró la fuente.

La demora al parecer se debió al proceso del alquiler de la moto acuática. En esa tarea estaban Wendre Still Scott Carrillo, ciudadano venezolano que habría sido el sicario que disparó en tres ocasiones con una pistola 9 milímetros contra Pecci, y Gabriel Carlos, también venezolano, quien llevó la moto acuática y quien se encuentra prófugo de la justicia, contra él ya se emitió circular azul de Interpol.

“De este hombre estamos seguros que alcanzó a huir a Venezuela”, dijo el investigador.Estos dos hombres estuvieron el día anterior al homicidio de Pecci en Playa Blanca en compañía de Francisco Luis Galeano, desde ahí observaron la playa privada del hotel en donde iban a atacar al fiscal.

Luego de cometer el homicidio, el sicario se trasladó a un hotel donde dejó abandonado el pantalón que llevaba puesto en el momento de disparar contra el fiscal. En la casa de los sicarios, en los allanamientos, la Policía y la Fiscalía encontraron un altar de magia negra, hecho que llamó la atención de los investigadores.

El otro capturado es Eiverson Adrián Zabaleta Arrieta, quien viajó desde Medellín para manejar el carro de placas IRL662, que recogió a los sicarios tras el crimen. Esa misma tarde, todos regresaron a Medellín, Galeano viajó por tierra a Montería y siguió con destino a la capital antioqueña. Los ‘marcadores’ –madre e hijo– lo hicieron por tierra y la moto la enviaron por carga. Los otros tres viajaron en avión, en diferentes vuelos y horas.

Autoridades decomisaron dinero y armas.

“Tras revisar 2.000 horas de imágenes se logró reconstruir una línea de tiempo, al igual que un trabajo técnico y de manejo de fuentes humanas para obtener las órdenes de captura, que se ejecutaron el viernes en las primeras horas del día, en Medellín”, le aseguró la fuente a El Tiempo. Los detenidos fueron trasladados el viernes en horas de la tarde a Cartagena, donde un juez de control de garantías legalizó las capturas y los allanamientos.

El lunes serán imputados por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas agravado. Luego, la Fiscalía pedirá medida de aseguramiento en centro carcelario.

En la audiencia se conoció que a Correa Galeano, calificado como el articulador del crimen, se le encontraron al momento de su captura en vía pública dos celulares, un arma nueve milímetros, dos proveedores, cartuchos y 6.450.000 pesos en efectivo (aproximadamente ¢1 millón).

En uno de los allanamientos realizado en el barrio Robledo de Medellín se encontraron, entre otras cosas, 350.000 pesos en efectivo (¢63.000), anillos de oro, una pistola que al parecer es traumática, un proveedor, cartuchos, 6 celulares, varias SIM, y más de 15 facturas con distintos valores.

La Fiscalía dispuso que peritos determinen si el arma es letal o traumática y si presenta modificaciones para usar balas. En otra vivienda, donde residían las personas acusadas de actuar como ‘marcadores’, los investigadores encontraron siete celulares, una cámara de fotos y algunas prendas de ropa que coinciden con las que vestían algunas de las personas que aparecen en los videos de seguridad obtenidos en Cartagena.

Estas personas, dijeron los investigadores, tienen varias anotaciones por delitos como hurto y tráfico de estupefacientes. Para la Fiscalía es clave acceder a la información de los celulares incautados a los capturados al considerar que todas las coordinaciones para el homicidio se hicieron por teléfono y en ellos podrían encontrar nuevas pistas.