15 años de cárcel a exjefe de Policía de Guatemala por complicidad en asesinatos

En dos juicios anteriores en Suiza había sido condenado a cadena perpetua

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ginebra. El exjefe de la Policía guatemalteca Erwin Sperisen fue condenado este viernes en Suiza a 15 años de cárcel por complicidad en el asesinato de siete reos en el 2006 en la cárcel de Pavón, en el tercer juicio sobre un caso de 10 ejecuciones extrajudiciales en Guatemala.

Sperisen, de 47 años, fue absuelto de la muerte de otros tres presos que se fugaron de la prisión de El Infiernito en el 2005, indicó la presidenta de la Cámara Penal de Apelación y Revisión del cantón de Ginebra, Alessandra Cambi Favre-Bulle.

Sperisen, de nacionalidad guatemalteca y suiza, había sido condenado a dos cadenas perpetuas en Ginebra: en el 2014 y el 2015 por diez asesinatos, siete de ellos cometidos en el 2006 durante una operación para retomar el control de la prisión de Pavón y tres en perjuicio de los tres fugados de la cárcel del Infiernito un año antes.

Sin embargo, el tribunal federal -la máxima instancia judicial suiza- consideró que el proceso en contra de Sperisen debía ser revisado dado que algunos testigos interrogados por escrito para el primer juicio en el 2014 no fueron convocados para confrontarlos con el acusado en el segundo, celebrado en el 2015.

En las audiencias que finalizaron este viernes, la Fiscalía de Ginebra pidió 30 años de cárcel si laCámara reconocía la coautoría de Sperisen en los hechos y, de lo contrario, 15 años si la Cámara admitía solamente la complicidad en tales hechos.

Según el fiscal, Yves Bertossa, durante la operación en la cárcel de Pavón, que cayó en manos de prisioneros, siete detenidos fueron abatidos por un comando que actuaba en secreto.

María del Socorro Vázquez, madre de Carlos René Barrientos, una de las víctimas del 2006, expresó durante el proceso que esta vez “esperaba que condenaran” a Sperisen, según afirmó su abogada en Suiza, Alexandra López.

Barrientos fue uno de los siete presos ejecutados extrajudicialmente en la cárcel Pavón el 25 de setiembre del 2006, por un comando paralelo a la Policía Nacional Civil (PNC), dirigida entonces por Sperisen.

Según su abogada en Ginebra, Vázquez ha enfrentado amenazas y presiones para intentar forzarla a viajar a Suiza para retirar su querella.

Los abogados del exjefe policial, Giorgio Campa y Florian Baier, habían pedido la absolución de Sperisen, pero al margen de los alegatos finales expresaron que se darían por satisfechos con una pena máxima de siete años y medio de prisión.

Habrá apelación

Tras la sentencia de este viernes, anunciaron que volverán a apelar al Tribunal buscando que su cliente, que dirigió la Policía guatemalteca entre 2004 y 2007, sea absuelto.

Sperisen, casado y padre de tres hijos, ya cumplió cinco años de prisión preventiva y se encuentra en libertad condicional en Ginebra, donde se instaló en el 2007, en la casa de su padre, el embajador de Guatemala en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

En su fallo del viernes, la Corte de Apelaciones del cantón del Ginebra estableció el mantenimiento de las actuales condiciones de libertad condicional de Sperisen, porque la Fiscalía no pidió el encarcelamiento tras la condena a 15 años de reclusión.

Tiene, no obstante, medidas cautelares: debe presentarse dos veces por semana ante el puesto de policía más cercano a su domicilio y lleva brazalete electrónico.

Debido a su doble nacionalidad -su abuelo paterno era un ciudadano suizo que emigró al país centroamericano-, Sperisen no puede ser extraditado a Guatemala, país que lo requiere por las acusaciones de haber asesinado directa o indirectamente a esos reclusos en el 2005 y el 2006.

La ley suiza obliga a juzgar a cualquiera de sus ciudadanos por crímenes cometidos en otro país, y Suiza no extradita a sus ciudadanos.