Bogotá. EFE. El mandatario electo de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que en su segundo gobierno buscará eliminar la figura de la reelección, de la que él se benefició en los comicios del domingo, para ampliar de cuatro a “cinco o seis años” los periodos presidenciales.
Santos explicó con detalle sus planes sobre esta figura en la primera conferencia de prensa que ofreció el lunes como ganador de los comicios, en el marco de las “profundas reformas” que prometió en su discurso de victoria.
“Vamos a presentar una serie de reformas dentro de las cuales está la eliminación de la reelección y la ampliación del periodo presidencial”, afirmó.
En cuanto a la duración del tiempo de mandato para la jefatura del Estado, Santos afirmó que todavía no se ha decidido: “Eso lo vamos a decidir con el Congreso, si sería de cinco o seis años”.
El reelegido presidente ya había mencionado esta posibilidad durante su primer gobierno, cuando dijo que preferiría gobernar dos años más antes que ser reelegido.
Sin embargo, al no existir esa posibilidad buscó la reelección para el periodo de 2014-2018, con el fin de darles continuidad a sus políticas y sobre todo sacar adelante con éxito el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que inició en noviembre de 2012 en Cuba.
La Carta Magna colombiana de 1991 estableció periodos presidenciales de cuatro años, pero a través de una reforma constitucional se integró a la legislación la reelección, algo que le permitió seguir en el poder al entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010).
Santos fue reelegido el domingo por el 50,95% de los votos, mientras que su rival, el uribista Óscar Iván Zuluaga , recibió un 45% de los apoyos, y los votos en blanco correspondieron al 4,03%.
En busca de la paz. Santos hizo extensiva la invitación alrededor de la paz a “todos los colombianos, no importa de qué partido político sean”, incluidos Zuluaga y su gran opositor, el expresidente y senador electo Álvaro Uribe, quien acusó al mandatario de compra de votos.
Incluso, retomó el mensaje de reconciliación del discurso de victoria del domingo, cuando dijo no tener enemigos ni guardar rencor.
Por ello, el presidente interpretó el apoyo como un mandato que le obliga a “ meterle alma, vida y sombrero” al diálogo con las FARC .