Mejora fiscal abre oportunidad para acelerar reducción del endeudamiento

Meta se logrará siempre y cuando los recursos adicionales se utilicen en la deuda y continúe el ajuste fiscal.

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La mejora fiscal que experimenta el país abre una oportunidad para acelerar la reducción en la deuda pública y por esta vía avanzar más rápido en mejorar la situación económica de los ciudadanos.

Este año los ingresos por impuestos crecen más de lo esperado y el gasto baja más de lo previsto. Esto llevó a las autoridades económicas a anunciar, el viernes 30 de julio, nuevos resultados fiscales para el Gobierno Central.

Uno de los resultados más importantes es que para el 2022 se prevé tener un superávit primario de un monto equivalente al 0,2% de la producción. El superávit primario es un exceso de ingresos sobre los gastos del Gobierno, que no son intereses y tiene un papel importante en la reducción de la deuda pública, que es el objetivo.

Para este año las autoridades prevén que la deuda del Gobierno representará un 72,3% de la producción, cifra que traspasó la frontera del 60% de la producción considerada aceptable para nuestro país.

Finanzas del Gobierno Central

FUENTE: MINISTERIO DE HACIENDA / BANCO CENTRAL DE COSTA RICA    || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

La última vez que el Gobierno experimentó un superávit primario fue en el año 2008; sin embargo, se utilizó para aumentar el gasto permanente y esto ocasionó, en parte, la crisis fiscal actual. Ahora el país vuelve a tener otra oportunidad y una de “oro”, según el economista Rodrigo Bolaños.

“Si el actual gobierno mantiene esas tendencias y se aprueban pronto las reformas pendientes (empleo público e impuestos), le heredará esta mejor situación fiscal al próximo gobierno y si este continúa con el esfuerzo de reformas en la hacienda pública para hacerla más sostenible y eficiente, el país podrá mostrar más pronto de lo esperado una mejora en su crecimiento económico y en los niveles de vida de la población. Es una oportunidad de oro para el país. Ojalá no la desperdiciemos”.

— Rodrigo Bolaños, expresidente del Banco Central.

¿De cuánto es la mejora?

La mejora fiscal del 2021 está por encima de las situaciones particulares que se registraron este año.

En el 2021 hay tres efectos que influyen sobre los resultados fiscales: el periodo fiscal especial de 15 meses del impuesto sobre la renta, del cual se pagó en marzo del 2021, en lugar de diciembre como se hacía antes; la incorporación de los ingresos y los gastos de los órganos desconcentrados al presupuesto del Gobierno Central y también hay un “efecto base” porque los datos se comparan con un 2020 en el cual los ingresos bajaron y los gastos subieron por la pandemia.

El Banco Central realizó un ejercicio, con datos del Ministerio de Hacienda, en el cual excluye los efectos del periodo fiscal especial de 15 meses y de la incorporación de los órganos desconcentrados y obtuvieron un aumento de 12,6% en los ingresos del Gobierno en el primer semestre del año respecto al mismo periodo del año anterior. (Si se incluyen ambas situaciones el aumento es de 36,3%).

Dicho crecimiento es significativo pues supera el aumento de la producción nominal (prevista en 5,5% para este año) y ha contribuido a llevar la recaudación por encima de lo que se estimó en el presupuesto ordinario 2021, explicó Isaac Castro, viceministro de Ingresos del Ministerio de Hacienda.

Los impuestos surgen de la actividad económica, de las ventas de las empresas, del trabajo, y si aumentan por encima de la producción nominal (los bienes y servicios multiplicados por su precio) implica un aumento en la carga tributaria o en palabras del viceministro, un mayor “rendimiento” de los impuestos.

“La buena noticia es que los ingresos se están comportando con un mejor desempeño del que inicialmente habíamos estimado”, dijo Castro.

En el lado del gasto los resultados también son importantes. Si se excluye el efecto de la incorporación de los órganos no desconcentrados, el gasto total baja un 3,5% en el primer semestre de este año respecto al mismo periodo del año anterior (aumenta un 5,9% con dichas entidades) y el primario (excluye el pago de intereses) se reduce en un 7,1% (subió un 4% con las entidades).

Castro explicó que no todo el gasto de los órganos desconcentrados pasó a sumar al gasto del Gobierno pues el Ministerio de Hacienda también le hacía transferencias las entidades.

Algunas de estas entidades también podían financiar su gasto solicitando préstamos propios y ese gasto sí suma, pues antes no estaba contemplado en otras partidas del presupuesto nacional.

El resultado final en el balance financiero y primario de los primeros cinco meses del 2021 sobre bases comparables es menos favorable respecto al que se tenía sin ajustes, pero la buena noticia es que sigue siendo mejor al del 2020. VEA: gráfico.

“Si bien es cierto los resultados no son tan buenos, sí tenemos una mejora muy significativa, comparando papas con papas”, resumió el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero.

Ley de Fortalecimiento da frutos

La mejora proviene principalmente de la aplicación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.

Dicha Ley transformó el impuesto de ventas en un impuesto al valor agregado (IVA) y lo amplió a los servicios (antes se aplicaba principalmente a bienes), eso generó un aumento en la recaudación de dicho tributo. El cambio se realizó en julio del 2019 principalmente y quedaron algunos sectores con incrementos escalonados en los siguientes meses.

Esta ampliación fortaleció también el impuesto sobre la renta porque ahora el Ministerio de Hacienda tiene gran cantidad de información de los ingresos de las empresas que venden servicios, además de las que venden bienes y las cuentas entre ambos tributos deben calzar en las declaraciones tributarias.

Del lado del gasto, también influye la Ley de Fortalecimiento, la cual cambió la forma de calcular los incentivos (por ejemplo, las anualidades son ahora un monto fijo y no un porcentaje del salario), también ajustó la cesantía a ocho años, excepto para los trabajadores cubiertos por convenciones colectivas y realizó cambios en el cálculo de la dedicación exclusiva y la carrera profesional. Además contiene la regla fiscal que congeló los incrementos salariales debido a que la deuda del Gobierno Central superó el 60% de la producción.

Oportunidad para bajar deuda

Estos resultados abren una oportunidad para que el país pueda mejorar sus resultados fiscales más rápido, según coincidieron Castro y el expresidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños.

Si el Gobierno tiene ingresos por encima de lo que había presupuestado entonces deberá hacer un presupuesto extraordinario para detallar en qué los va a utilizar esos recursos y el objetivo. Según Castro, sería cambiar la fuente de financiamiento de una porción de los gastos ya presupuestados; es decir, financiarlos con ingresos por impuestos en lugar de deuda.

“Nosotros estamos esperando un poco para ver cuáles eran los efectos de las medidas de cierre temporal que se pusieron, pero hemos venido ya internamente viendo si a como hicimos el ejercicio hacia la baja en los ingresos (el año pasado), hacemos un ejercicio de subida”, detalló Castro.

Un riesgo sería que el dinero se utilizara en nuevos gastos y no se logre entonces bajar el endeudamiento.

“Mientras esa mejora en ingresos no se traduzca en más gasto corriente, sino en poder bajar el saldo o evitar endeudarse e ir disminuyendo lo que pesa en el presupuesto la partida de intereses y de amortización, eso va dando más viabilidad a la sostenibilidad de la deuda”.

— Isaac Castro, viceministro de Hacienda, encargado del gasto.

Según Bolaños, no es descabellado suponer que esta mejora puede significar alrededor de 1,5 puntos porcentuales del PIB (producto interno bruto) en ingresos adicionales del Gobierno en el año.

“Si el gobierno mantiene el gasto primario dentro de lo que se proyectó en las cifras del acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional), la mejora en ingresos se utilizaría para pagar anticipadamente deuda pública y el gobierno podría terminar el año 2021 con déficit primario de cercano al equilibrio, en vez del 1,7% del PIB estimado en el acuerdo con el FMI. La deuda del gobierno como proporción del PIB empezaría a bajar antes de lo previsto en ese acuerdo”, dijo Bolaños.

Según el acuerdo con el FMI la deuda del Gobierno Central alcanzaría un máximo de 76% de la producción interna en el año 2023 y a partir de ahí empezaría a bajar, pero la nueva proyección del Banco Central es que dicho máximo será de 72,4% del PIB.

“Si el actual gobierno mantiene esas tendencias y se aprueban pronto las reformas pendientes (empleo público e impuestos), le heredará esta mejor situación fiscal al próximo gobierno y si este continúa con el esfuerzo de reformas en la hacienda pública para hacerla más sostenible y eficiente, el país podrá mostrar más pronto de lo esperado una mejora en su crecimiento económico y en los niveles de vida de la población. Es una oportunidad de oro para el país. Ojalá no la desperdiciemos”, explicó Bolaños.

No obstante, la aprobación de dichas reformas es un camino complicado. El economista José Luis Arce considera que dicho proceso de ajuste se pausara por el proceso electoral y la demora del Gobierno por progresar en el resto de la agenda del ajuste, posiblemente esperando el avance de empleo público y sobre todo para evitar el costo político de las otras reformas.

Nota del editor:

Se modificó el párrafo que indicaba que el Banco Central y el Ministerio de Hacienda realizaron un ejercicio en el cual excluyen los efectos del periodo fiscal especial de 15 meses y de la incorporación de los órganos desconcentrados. Los ajustes los realizó el Banco Central con información proporcionada por el Ministerio de Hacienda.