Banco Central mantiene su tasa de interés baja, aunque reconoce riesgos de inflación al alza

Junta directiva de la autoridad monetaria acordó dejar la tasa de política monetaria en 0,75% anual en sesión del 25 de octubre y continuar, además, con la postura de política monetaria expansiva

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La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica acordó mantener la tasa de política monetaria (TPM) en 0,75% anual y continuar, además, con la postura de política monetaria expansiva; aunque reconoció los riesgos al alza de la inflación.

“En vista de que la proyección central de inflación se encuentra dentro del rango de tolerancia alrededor de la meta inflacionaria, la Junta Directiva determinó mantener su postura expansiva de política monetaria en apoyo del proceso de recuperación económica”, indicó el Banco, en un comunicado difundido este martes 26 de octubre.

“No obstante, (la Junta) reconoce que los riesgos sobre esa proyección de inflación están inclinados hacia el alza. Por ello, el Banco Central se mantendrá vigilante, y adoptará oportunamente las acciones que se requieran para mantener la proyección de inflación dentro del rango de tolerancia”, advirtió la entidad, luego de su sesión del lunes 25 de octubre.

El Banco reiteró que en el tanto los pronósticos de inflación muestren que, en los siguientes 24 meses, esta se ubicará dentro del rango de tolerancia alrededor de la meta de 3%, continuará con la postura de política monetaria expansiva.

La entidad explicó que desde el 2018, la política monetaria en Costa Rica se basa en un esquema de metas de inflación.

Bajo este régimen, las decisiones de política monetaria, y en particular los ajustes en la tasa de política monetaria, se fundamentan en un análisis del entorno macroeconómico actual y, sobre todo, de la evolución prevista para la inflación y sus determinantes y de los riesgos alrededor de esas proyecciones. Es decir, el Banco Central conduce su política monetaria de forma prospectiva.

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Recuperación mundial se modera

En el comunicado, el Banco Central explica que la recuperación económica global y de los principales socios comerciales de Costa Rica, continúa.

“Sin embargo, los indicadores de corto plazo dan señales de moderación, ante los efectos directos e indirectos (vía mayor incertidumbre) de las restricciones asociadas a los rebrotes por las variantes del coronavirus; la brecha entre países en el proceso de vacunación; los problemas en las cadenas de suministro y los cuellos de botella en los servicios de transporte; y los efectos del cambio climático que exacerban las presiones sobre los precios globales de la energía”, indica el comunicado.

Además, el dinamismo del comercio mundial y los problemas en las cadenas de suministro y en los servicios de transporte se han reflejado en un incremento en el precio de las materias primas y de los fletes marítimos, y con ello en los costos de producción, que aunado a un efecto base, han acelerado la inflación en algunos de los principales socios comerciales del país.

Según el Banco, este aumento ha sido interpretado como transitorio por los bancos centrales de las principales naciones avanzadas, pero prevén que esa transitoriedad pueda prolongarse hasta el próximo año.

El emisor añadió que, en este contexto, los bancos centrales de las principales economías avanzadas han anunciado ajustes en sus programas de estímulo monetario mediante el retiro gradual de programas de compra de activos, mientras que los bancos centrales de muchas economías emergentes han debido acordar aumentos en sus tasas de interés de referencia ante la escalada de la inflación y de las expectativas por encima de sus metas.

Recuperación local continúa, pero desempleo es alto

En el caso de Costa Rica, la actividad económica continúa en recuperación; sin embargo, persiste capacidad ociosa (la producción está por debajo de su potencial) y una tasa de desempleo que, aun cuando ha bajado ocho puntos porcentuales desde su nivel más alto en la pandemia, es todavía alta (16,4% en el trimestre móvil terminado en agosto).

Por otra parte, el costo de los insumos importados ha venido en aumento, como consecuencia de tres factores: los mayores precios de las materias primas en los mercados internacionales, el rápido aumento en los costos globales de los fletes marítimos y la depreciación del colón.

Ello ha llevado a que el Índice de Precios al Productor de la Manufactura mantenga tasas de variación altas ya por varios meses, y alcanzara 11% interanual en setiembre.

En parte, como consecuencia de ello, y de efectos base, la inflación general aumentó ligeramente en setiembre último, con una tasa interanual de 2,1%, por lo que, por primera vez en 23 meses, retorna al rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación (3% más o menos un punto porcentual).

“De manera prospectiva, los modelos de pronóstico del Banco Central señalan que en los próximos 24 meses la inflación se mantendría por debajo de la meta de 3%, dada la existencia de capacidad ociosa en la economía y expectativas de inflación contenidas”, indicó el Banco.

No obstante, esas proyecciones están sujetas a riesgos al alza asociados con los mayores costos de producción. Estos ponen una presión alcista sobre la inflación en forma directa, y podrían afectar las expectativas de los agentes económicos, lo que a su vez podría dar lugar a efectos inflacionarios de segunda ronda, advirtió la entidad.

Presiones para variar la política

Daniel Ortiz, economista y director de Cefsa, consideró que si bien la decisión de mantener la TPM concuerda con la política monetaria expansiva, su apoyo al proceso de recuperación, además del hecho de que la inflación apenas está en el límite inferior de la banda fijada por el Banco Central (entre 2% y 4%), la pregunta que surge es: ¿por cuánto tiempo más el emisor podrá mantener sin variar la tasa de política?

“Ya Chile, Brasil y México han hecho ajustes al alza en sus tasas de política en meses anteriores. Este último país, inclusive ya hecho tres ajustes al alza”, comentó Ortiz. Según parece, añadió, las presiones inflacionarias no serán tan transitorias como se había esperado inicialmente.

“A nivel financiero el premio por invertir en colones continúa reduciéndose. La devaluación del año ya supera el 3,4% y las expectativas de devaluación a 12 meses se ubican en 5,6%. Sin duda un ajuste en la tasa de política monetaria eventualmente será necesario si quieren enviar una señal”, dijo Ortiz.

El economista Norberto Zúñiga, por su parte, comentó que algunos han venido señalando las debilidades de ese enfoque basado estrictamente en el índice de precios al consumidor.

“Si espera que la inflación sobrepase el rango meta acordado, ya podría ser muy tarde y eventualmente podría verse obligado a aplicar una política monetaria restrictiva de choque, lo cual no es conveniente”, comentó el economista.

Para Zúñiga, el premio negativo por invertir en colones, la mayor devaluación del colón, las pérdidas de reservas monetarias, las altas inflaciones reflejadas en los precios mayoristas y de la construcción, el mayor dinamismo de la actividad económica, las dudas de cumplir el convenio con el Fondo Monetario Internacional, el próximo periodo electoral, las salidas de capital y las mayores tasas de interés aplicadas por muchos bancos centrales en desarrollo son claros indicadores que deberían alertar para cambiar paulatinamente el tono de la política monetaria.