Nómadas digitales en busca de trabajo remoto, surf y naturaleza viven la pandemia en Costa Rica

ICT pide la aprobación del proyecto de ley 22.215 para atraer a más extranjeros que no dependen de una ubicación fija y utilizan la tecnología para realizar su trabajo

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Los extranjeros catalogados como “nómadas digitales” y que buscan destinos más naturales podrían ser una de las claves para la reactivación del turismo en Costa Rica, en un contexto económico y social donde la recuperación del sector podría extenderse hasta por tres años más, luego de las afectaciones provocadas por la pandemia.

Este tipo de turista llega al país con planes de estadías prolongadas y para trabajar remotamente desde el territorio nacional.

Costa Rica, según cuentan algunos de ellos, les ofrece la posibilidad de combinar las labores de sus países de residencia con actividades como el surf y visitas a ecosistemas de montaña.

“Los turistas nacionales pero especialmente los internacionales que se hospedan por lapsos más largos en los destinos turísticos redistribuyen mucho más su dinero en las cadenas de valor generadas por el turismo. Es una apuesta que ya han dado otros destinos en el mundo, por eso es importante que el país avance ”, explicó Gustavo Segura, ministro de Turismo.

La portuguesa Viviana Gomes, directora financiera y de estrategia de una consultora en México, es una de las nómadas digitales que escogió a Costa Rica como destino para teletrabajar. Según manifestó al ICT, si a una persona le gusta la naturaleza y el surf el país podría convertirse en el lugar ideal.

Gomes arribó al país en febrero del 2020 para quedarse tres semanas, pero la pandemia la tomó por sorpresa en suelo costarricense y extendió su estadía en Santa Teresa de Cóbano hasta que se lo permitió su permiso de permanencia.

“En primera instancia es un país increíble. Han controlado muy bien la pandemia, una de las principales razones que me hicieron quedarme y no irme a Ciudad de México, mi ciudad de residencia”, según se cita a la portuguesa en un comunicado de prensa enviado por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).

Otro ejemplo es el emprendedor Raúl Reeves, un chileno que desde enero emprendió su viaje a Costa Rica y ya conoce destinos como Jacó, Nosara, Tamarindo, Santa Teresa y Monteverde.

“Las playas son maravillosas para surfear, el trato cariñoso de la gente en todos los pueblos es sobresaliente, el clima me ha encantado, al igual que la naturaleza y los parques nacionales. Costa Rica es ideal para venir a trabajar de forma remota”, comentó Reeves.

Asimismo, el estadounidense y consultor financiero Stephen Johnson también viajó para cumplir su jornada laboral desde las playas costarricenses y utilizar su tiempo libre para practicar del surf. Ya cumple un mes de trabajar desde Jacó, Puntarenas, menciona la institución.

Los hoteles también se preparan para mejorar las condiciones tecnológicas y espaciales para recibir a un turismo diferente del que había antes de la pandemia en Costa Rica.

Megan Kennedy, jefa de la oficina país de la empresa de hospedajes Selina en Costa Rica, explicó que en su caso están mejorando aspectos como la velocidad de Internet y creando lugares más privados para el coworking y las llamadas laborales.

El concepto de nómada digital ha sido parte de esta cadena desde sus inicios, lo que les ha permitido experimentar un aumento en el número de huéspedes de todas partes del mundo que vienen para laborar remotamente desde suelo costarricense.

“El beneficio para Costa Rica es obvio porque la gente va a venir a vivir aquí, a comprar su comida, su ropa, a rentar un carro, participando en la economía mientras continúan trabajando”, comentó Kennedy.

Esta experiencia podría atraer pronto a más personas que no dependen de una ubicación fija y utilizan la tecnología para realizar su trabajo, pues en la Asamblea Legislativa se analiza el proyecto 22.215: Ley para atraer al país trabajadores y prestadores de servicios remotos de carácter internacional, señaló el ICT.

De aprobarse el proyecto de ley en la Asamblea Legislativa, los trabajadores remotos obtendrían un permiso de permanencia por un año en el país, prorrogable por un año más; además tendrían la posibilidad de abrir cuentas bancarias y el uso de la licencia de conducir de su país de origen, entre otros.