Microsoft compra Activision: las claves para entender uno de los tratos más importantes del ‘gaming’

Microsoft se embarcó hace más de un año en la adquisición de la empresa de videojuegos, pero ha tropezado con reguladores antimonopolio ante la preocupación por la posible afectación a la competencia que tendría la compra

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La empresa estadounidense Microsoft emprendió desde hace más de un año una cruzada para adquirir la compañía de videojuegos Activision Blizzard por $68.700 millones, en lo que se convirtió uno de los acuerdos más importantes en la historia de la industria del ‘gaming’.

Sin embargo, Microsoft ha tropezado con los reguladores de Estados Unidos, Reino Unido, y la Unión Europea en el trayecto para concretar la adquisición de la desarrolladora de videojuegos. Las autoridades han externado su preocupación por la posible afectación a la competencia en el sector de consolas y de juegos en la nube que tendría la compra de Activision.

Microsoft es la desarrolladora de la consola Xbox, cuya principal competencia es el PlayStation, creado por la firma Sony. El principal temor de los reguladores es que se aplique una exclusividad a los videojuegos de Activision con esta compra, que dentro de su catálogo tiene títulos altamente populares en otras consolas, como el caso de “Call of Duty”.

De concretarse la compra de Activision Blizzard, Microsoft se convertirá en la tercera mayor empresa de videojuegos por facturación, por detrás de la compañía china Tencent y la japonesa Sony. A continuación, La Nación le explica algunas claves para entender mejor este proceso de compra que lleva más de un año en negociaciones:

Más allá de consolas

Microsoft es conocida por el desarrollo de software para computadoras, pero también por su importante presencia como uno de los grandes del mercado de los videojuegos, cobijado por su producto insignia en esta industria: la consola Xbox.

Sin embargo, la compañía ha buscado expandirse más allá de las consolas, con la adquisición del estudio sueco Mojang, creador del popular videojuego “Minecraft” en el 2014 y de ZeniMax Media en el 2020, detrás de franquicias como “Elder Scrolls” o “Fallout”.

No obstante, para continuar su expansión la firma tecnológica requiere de más contenido, que se convierte en una parte fundamental para captar y retener a los jugadores de videojuegos. Por esa razón, Activision es un objetivo interesante para Microsoft y sus planes, pues además del éxito en consolas también llevan años centrados en los juegos para móviles.

Con la adquisición, Microsoft busca ampliar la oferta de videojuegos de Xbox Game Pass, una plataforma que le permite a los usuarios tanto la posibilidad de descargar videojuegos en un medio físico como también jugarlos de forma remota, a través de la nube, en dispositivos móviles como computadoras o celulares.

Implicaciones

Si se concreta la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft, esta tendrá implicaciones en toda la industria de los videojuegos, pues la tecnológica estadounidense consolidaría más poder al adquirir uno de los grandes desarrolladores del sector de los videojuegos.

El principal temor de los reguladores, y una de las grandes implicaciones que podría tener el acuerdo, es que se otorgue a Microsoft y su consola Xbox el control de las exitosas franquicias de Activision, como “Call of Duty”, lo que podría ahogar a la competencia, no solo de consolas, sino también de la creciente industria de juegos en la nube.

Por un lado, Sony ha sido uno de los grandes opositores, ya que considera que el acuerdo dará a Microsoft el poder de limitar el acceso de sus rivales a los desarrollos de la popular franquicia. Mientras tanto, la firma interesada en la compra argumenta que hacer eso no tendría sentido desde el punto de vista financiero.

Para los jugadores, una de las posibles implicaciones del acuerdo sería el desarrollo de más juegos exclusivos de Activision Blizzard que sean lanzados únicamente en la plataforma Xbox, lo que podría ser un incentivo para migrar hacia la consola de Microsoft.

También se abre la puerta a la posibilidad de que Microsoft invierta en potenciar las franquicias de videojuegos que ya están en el mercado, con el desarrollo de mejores juegos y experiencias para los jugadores en las diferentes plataformas, desde móviles hasta consolas.

‘Guerra’ de titanes

Meses atrás, Microsoft intentó contrarrestar la resistencia al acuerdo con Activision al firmar un pacto con la compañía Nintendo para gozar de las licencias de la desarrolladora, en videojuegos como “Call of Duty”, durante los próximos diez años. Para destrabar el pacto, Microsoft ofreció lo mismo a Sony, pero finalmente no hubo un acuerdo entre ellos.

No fue hasta el pasado 15 de mayo que la firma estadounidense logró una pequeña victoria en su cruzada por adquirir Activision Blizzard, que ya lleva más de un año en medio de intensas luchas con los reguladores europeos, británicos y estadounidenses.

La Comisión Europea aprobó finalmente la adquisición del gigante estadounidense de videojuegos por parte de Microsoft, ya que descartó cualquier riesgo para la competencia en el mercado de los videojuegos, a pesar de las preocupaciones de Sony por no poder acceder a los títulos de Activision.

“Microsoft no tendría ningún interés en negarse a distribuir los juegos de Activision a Sony, que es el mayor distribuidor mundial de juegos para consolas”, afirmó la Comisión, que añadió que la firma concederá las licencias gratuitas para los títulos de Activision en los servicios de juegos en streaming de la competencia y en la nube por diez años.

No obstante, pese al espaldarazo de la autoridad antimonopolio de la UE, la absorción sigue estando en entredicho, pues la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) británica bloqueó el mes pasado la compra, con el mismo argumento de que afectaría la competencia en el sector.

Al veto de la CMA también se le suma una acción legal lanzada en diciembre pasado por la Comisión Federal de Comercio (FTC) estadounidense para bloquear el acuerdo, argumentando que este pacto dañaría a los consumidores y alejaría a los jugadores de sus compañías rivales.

Esas decisiones de frenar la compra fueron ya apeladas por Microsoft, por lo que el destino del acuerdo ahora dependerá en gran medida del proceso legal en Estados Unidos y Reino Unido. Una pérdida en cualquiera de los dos países podría ser fatal para el pacto, debido a la naturaleza interconectada de la industria de los videojuegos en todo el mundo.