Comida casera, tecnología y transporte se mezclan para entregar un menú semanal

Pequeños negocios hacen que los almuerzos y cenas preparadas de toda la semana lleguen a la puerta de su casa con tan solo dar un clic

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Si lleva un estilo de vida ajetreado, por el trabajo, los estudios y la familia pero le gusta la comida casera y saludable, los alimentos preparados son una opción por considerar.

Pimiento Rosa, Kuker y Slim Box son algunos de los negocios costarricenses que nacieron con el objetivo de ofrecer un menú variado, sano y como hecho en casa, que resuelven esa falta de tiempo.

La dieta saludable y lista para comer, se condimenta con la tecnología y el transporte para facilitarle la compra. Esta se realiza al dar un solo clic desde la computadora o celular y luego llega hasta la puerta de su casa u oficina.

Estos negocios buscan diferenciarse de los alimentos preparados de venta en los supermercados, mediante la oferta de un menú saludable y de platillos ajustados a las necesidades de cada persona, que además le son enviados a domicilio.

Los precios de las comidas rondan entre los ¢2.800 y ¢5.000, por lo que también apuestan a competir con las que ofrecen los restaurantes.

Esta receta les ha funcionado puesto que sus clientes crecen como pan el horno.

El servicio empieza desde la comodidad de la casa o el trabajo. El cliente ingresa a los sitios web de estos negocios, escoge los platillos del menú que desea comprar, los paga con tarjeta de crédito o débito y días después recibe los alimentos listos para calentar y consumir.

Se puede elegir entre diversos platillos de un menú que incluye desayunos, almuerzos, cenas y hasta meriendas. El consumidor decide si requiere únicamente algunos tiempos de comida o todos.

Existe una fecha límite para realizar los pedidos, que son entregados un día a la semana. Ese día recibirá la alimentación que adquirió para toda la semana.

Así trabajan Kuker y Pimiento Rosa, mientras que Slimbox ofrece un servicio distinto.

Este último negocio está concentrado en brindar comidas gourmet personalizadas, de acuerdo a una dieta que elabora el nutricionista, por lo que el primer paso es acudir a la consulta nutricional. Luego, le es entregado el plan nutricional individualizado y se procede a la preparación, empaque y entrega del producto, también a domicilio.

En general, utilizan recipientes de plástico y en el caso de Kuker los alimentos se empacan al vacío.

Respecto al transporte, estos negocios acuden a la tercerización para así enfocarse en los alimentos.

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¿Cómo trabajan estos negocios y qué ofrecen?

Pimiento Rosa cuenta con una planta de producción de más de 200 metros cuadrados, en donde produce unos 5.000 platos cada semana dirigidos a unos 300 clientes. El negocio inició con solo 30 consumidores, con una oferta más limitada de alimentos.

La oferta inicial incluía solo almuerzos y cenas, pero ahora ofrece desayunos, postres y meriendas. Además, hace entregas en toda la Gran Área Metropolitana y en algunas zonas de Guanacaste y Jacó, explicó Marianela González, dueña de Pimiento Rosa.

Los pedidos en pimientorosacr.com se realizan de lunes a jueves y se entregan el lunes siguiente. El cliente puede comprar un plan semanal o hacer el pedido mensual – que de igual manera llegará cada semana a su puerta –.

Los precios rondan entre los ¢3.500 y ¢4.000 en almuerzos y cenas, pero el precio dependerá del objetivo que el cliente quiera seguir con su alimentación.

La empresa ofrece menúes: fit (para aumento de masa muscular), low cal (bajo en calorías), zero carbs (cero carbohidratos) y veggie (vegetariano).

El cliente puede pedir cada platillo por separado u optar por paquetes semanales según su objetivo nutricional. Por ejemplo, el paquete de almuerzos bajos en calorías cuesta ¢18.750, para toda la semana.

Kuker nació en el 2016 de la mano de Diana Subirós y Diana Vargas, una nutricionista y una diseñadora publicitaria que se mezclaron para fundar este negocio ante la falta de tiempo y de ganas de cocinar de la población trabajadora.

Su servicio de alimentación llega a más de 800 familias en la Gran Área Metropolitana (San José, Heredia y Alajuela), según el horario de conveniencia de cada una.

La idea inicial del negocio era llevar alimentación a jóvenes independientes que trabajan, pero se han topado con familias donde todos los miembros trabajan y no tienen tiempo de cocinar o inclusive con adultos mayores, explicó Diana Vargas, una de las propietarias.

A través de kukercr.com los clientes realizan los pedidos, ya sea eligiendo productos o planes semanales o mensuales. Una vez elegida la compra en el “carrito”, se ingresa la información de entrega y se elige el método de pago, con tarjeta o por medio de transferencia.

La producción se realiza en Santo Domingo de Heredia, donde preparan aproximadamente 1.200 porciones por semana.

“En el último año, hemos trabajado en que el negocio sea robusto, mantener la calidad y mejorar en mejorar todos los procesos, y por así decirlo hacerlo 'franquiciable', afirmó Vargas.

Los pedidos se realizan cualquier día de la semana en la página web, pero los lunes a medianoche se hace el corte de órdenes que serán entregadas entre sábado, domingo y lunes.

Un almuerzo puede costar entre ¢2.800 y ¢5.000, pero debe pedir un mínimo de ¢15.000.

El plan semanal de un tiempo de comida para cinco días tiene un costo de ¢18.500, y el plan semanal de tres tiempos de comida para cinco días tiene un costo de ¢37.000.

Slim Box nació a cargo de Marietta Flores y David Cubero como una solución integral para los pacientes que acudían a consulta de nutrición cumplieran las indicaciones del profesional.

Esta pyme atiende a los clientes en una consulta con nutricionista, elabora el plan de alimentación y luego entrega los alimentos. Si el consumidor cuenta con su propio plan nutricional, desarrollado por otro profesional, Slim Box también le prepara los alimentados ajustándose a ese plan.

La entrega de pedidos se realiza dos veces a la semana (lunes y miércoles) y para ello utilizan tanto transporte propio como tercerizado.

Cada platillo, incluyendo la consulta nutricional y transporte, tiene un valor promedio de ¢4.900.

Los consultorios se ubican en Escazú (en el Hospital Cima) y Curridabat, mientras que su planta está ubicada en Curridabat. Ahí producen cerca de 2.500 platillos por semana.

Sus clientes van desde triatlonistas hasta personas que desean bajar de peso o padecen de una enfermedad crónica como diabetes, triglicéridos altos, entre otros.

Además del servicio personalizado, Slim Box se encarga de administrar el comedor institucional de empresas.