Artista tica encontró en el ‘blockchain’ una nueva manera de vender sus obras: esto es el criptoarte

La pintora costarricense ahora vende su arte en plataformas que permiten pagar con ethereum

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El blockchain o la cadena de bloques brinda múltiples oportunidades para las personas que buscan nuevas opciones de invertir, pero también para aquellas que quieren diversificar sus ingresos. Un ejemplo de ello es la venta de arte por medio de dicha tecnología, como lo hace la artista costarricense Daniela Muñoz.

Muñoz es artista de profesión y llegó al espacio del blockchain por medio de una aplicación llamada Clubhouse, en la que conoció más sobre ese mundo digital a través de conversaciones y la escucha.

“Soy una persona que ve una oportunidad y me lanzo, era un mundo completamente nuevo con el cual nunca había tenido relación y entonces uno se asusta, claro, es completamente otro lenguaje”, comentó la artista.

Cuando se habla del criptoarte no nos referimos únicamente a los NFTs, pinturas o imágenes, pues la tecnología es versátil y permite que se pueda comercializar música, poesía, escritura, baile y los distintos tipos de arte del mundo tradicional que pueden ser traducidos al mundo digital y ser intercambiados por criptomonedas.

Una de las características que Muñoz resalta de su actividad dentro de blockchain son las ventajas del mercado secundario, pues el artista recibe un porcentaje de la venta que haga el comprador original, si así se estipula en la compra.

“Y tiene trazabilidad, tengo la posibilidad de ver que el comprador uno se lo vendió al comprador dos y que si lo vendió en cierta cantidad de dinero, me entra un porcentaje de ese precio a mi wallet”, explicó la artista.

Los contactos se hacen poco a poco y al ser una plataforma virtual permite que la exposición sea globalizada. De esta forma, Muñoz tiene clientes de diferentes países y continentes.

Además, mantiene perfiles de Opensea y Foundation, donde se puede encontrar su arte y adquirirlo a través de un precio expresado en ethereum, por ejemplo.La persona interesada en comprarlo, puede acceder a la aplicación de su wallet desde la plataforma.

La artista participó en la exposición más grande NFTs en Pekín, China, en el 2021 y formó parte de tres exposiciones más en Nueva York.

“Fui elegida para formar parte del primer grupo de criptoartistas de SearchLight. También fui finalista en los Platzi Awars, donde impulsan la educación de NFT a nivel latinoamericano”, comentó.

Además de un ingreso extra, la pintora visualiza las plataformas como una ventana adicional a su trabajo y una oportunidad de conectar con otros artistas y coleccionistas de todo el mundo.

Francisco Angulo, senior de consultoría de EY, explicó que en la web 3.0 presenta una revolución a nivel de infraestructura descentralizada, a diferencia de otras aplicaciones que se encuentran centralizadas y manejan los datos del usuario.

“Los NFTs son la conexión entre el usuario y el contenido que genera, esa es la conexión que hay. Gracias a los NFTs por primera vez tenemos una forma de decir que un objeto o artículo virtual es único”, comentó Angulo.

Es decir, cada obra de la artista es única en el cripto-espacio, lo que le agrega valor al arte digital. Los NFT’s pueden ser vendidos, regalados, donados o hasta alquilados, si el “contrato” entre ambas partes así lo permite.

Una de las advertencias que hace Muñoz es que hay que derribar la idea de que quienes ingresar a estas plataformas a vender su arte ganarán dinero de inmediato o altas sumas.

“Habrá quienes tengan un golpe de suerte, pero no es que vas a entrar y vas a vender tu NFTs en un $1 millón”, dijo Muñoz.

Conocer cuántas personas artistas venden su arte a través de blockchain así como cuántos inversionistas o coleccionistas hay en el país es una tarea ardua, pues no se cuentan con estudios o reportes sobre el tema. Tampoco se conoce cómo se conforma la población que invierte con criptomonedas.

Tolerancia vigilante

Dentro del mundo de la cadena de bloques existen diversas monedas de intercambio, las más conocidas son el bitcóin y el ethereum.

Las criptomonedas son activos digitales descentralizados, se diferencian de las monedas fiduciarias de los países, es decir, de las emitidas por los bancos centrales o los estados, a excepción de la situación de El Salvador que se convirtió hace poco en el primer país en aprobar el bitcóin como moneda de curso legal.

Se pueden comprar a través de transacciones monetarias o de un proceso llamado minería y sus precios se mueven en gran parte de acuerdo al comportamiento de la oferta y la demanda. Por esto, se trata de monedas con alta volatilidad.

Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica, explicó en agosto del año anterior que la posición de la entidad respecto a las criptomonedas es de “tolerancia vigilante”.

“El enfoque del Banco Central es, pues, uno de tolerancia vigilante: se tolera la existencia y circulación de los criptoactivos, y se da espacio a la innovación tecnológica para permitir el surgimiento de la industria Fintech, y a la vez se da seguimiento continuo a su evolución”, señala un artículo publicado por la entidad el año anterior.