Tres agencias importadoras de automóviles se han manifestado disconformes con los resultados del estudio del margen bruto de comercialización de vehículos eléctricos. Este análisis fue publicado por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), el 20 de diciembre pasado.
La institución analizó siete estilos de vehículos eléctricos que se venden en Costa Rica y encontró que los precios al consumidor final son entre 37% y hasta 109% más alto que el valor de internamiento, el cual incluye el costo de los vehículos, del seguro internacional, del flete internacional hasta el puerto de destino y los impuestos correspondientes.
Para el cálculo del precio de internamiento, el Ministerio utilizó como base la información estadística de la Dirección General de Aduanas del Ministerio de Hacienda, y para obtener el precio al consumidor se visitaron agencias, obteniéndose la información en dicha visita, o mediante la información publicitada por la agencia en su sitio web.
La importación de vehículos eléctricos cuenta con incentivos fiscales temporales para impulsar esta tecnología en Costa Rica, según la Ley de incentivos y promoción para el transporte eléctrico, (la número 9.518), modificado por la Ley de Incentivos al Transporte Verde, (número 10.209).
Entre las quejas de las empresas en relación con el estudio está que el precio de internamiento corresponde a un automóvil con características diferentes al del precio al consumidor final.
“En el caso del Audi e-tron, están utilizando un precio final al consumidor de una unidad más equipada pero utilizan el costo de internamiento de una unidad menos equipada”, comentó Ana Lucrecia Vargas, directora de Mercadeo del Grupo Danissa que distribuye el E-tron Sortback 50 Quatro y el Nissan Leaf.
Juan Ignacio Sansó, gerente Comercial de BMW Costa Rica, también indicó que la información publicada por el MEIC se utiliza el costo CIF (costo, seguro y flete) del BMW iX en su versión más económica pero se difunde el precio de la versión más equipada y costosa, entre una y otra versión hay una diferencia de $20.000.
También hay descontento entre los empresarios porque no se detallan todos los costos que se deben cubrir con el margen de comercialización.
Ana Lucrecia Vargas, directora de Mercadeo del Grupo Danissa, citó los desalmacenajes, traslados, seguros, almacenamientos, alistado del carro, y muchos otros más. Para la gerente un estudio que pretende mostrar lo que gana un importador con la comercialización de un vehículo eléctrico, la información debe ser clara, veraz, oportuna y completa.
“Me sorprendió la noticia porque los números que vemos no son los correctos, desconocemos el contenido a fondo del estudio que hizo el MEIC, pero al menos en los cuadros que han circulado hace falta bastante información”, añadió Gerardo Beita, gerente general en Royal Motors de Costa Rica RMC, que distribuye el modelo eléctrico MG ZS.
Beita citó que no se detallan los costos de internamiento, de agencia, de bodegaje, de avistamiento, los gastos de inscripción, los costos que implica poner un cargador, que en su caso dan un cargador adicional y adaptadores porque hay diferentes versiones de tomas, entre otros.
Sansó citó también gastos como traslados internos, el cargador de 220 voltios y la instalación que le ofrecen a cada cliente, la revisión técnica vehicular y el marchamo 2023 del que solo se exonera un 80% en este caso.
Carlos Aguilar, director ejecutivo de la Asociación de Importadores de Vehículos y Maquinaria (Aivema), informó de que solicitaron al MEIC el estudio y las hojas de trabajo con las cuales se efectuaron el informe porque de la información que conocen no se incluyeron una cantidad de aspectos necesarios.
“Si el estudio se realizó de la manera que se presentó yo creo que necesita precisar muy bien los números y va a ser necesario por parte de las autoridades aclarar los márgenes reales”, dijo Aguilar.
La Nación consultó al Ministerio de Economía sobre las observaciones de los empresarios y se espera respuesta.