Conozca cómo mejorar sus finanzas este 2021 y las claves para endeudarse saludablemente

Evite comprometer más del 30% de su salario o ingreso en deudas

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Mantener un porcentaje del salario comprometido con deudas no necesariamente perjudica las finanzas personales. Sin embargo, antes de tomar decisiones sobre la cantidad de ingresos que desea utilizar en deudas deberá tomar en cuenta aspectos como capacidad de pago, tipo de pasivo y posibles beneficios a corto y largo plazo.

Para establecer un presupuesto saludable las personas deberán definir sus objetivos y metas a corto y largo plazo. Pese a que el 2020 representó grandes retos económicos para muchas familias, expertos consultados por La Nación aseguran que es posible manejar unas buenas finanzas personales con un porcentaje del salario comprometido.

Las personas tienen necesidades diferentes, por lo que no es posible generalizar una recomendación igual para todos. La creación de metas para este nuevo año deberá iniciar con un plan en el que cada persona establezca el porcentaje de su salario comprometido en pasivos, la cantidad de ingresos fijos y variables, las obligaciones usuales como agua, luz, telecomunicaciones y educación, entre otras.

Hugo Villalta, director de mercadeo y ventas de Coopeservidores, explicó que una vez establecidas las necesidades y obligaciones de los deudores es recomendable que la persona identifique cuánto de sus ingresos mensuales se dedica a la atención de deuda. Del total no más del 30% o 40% debería estar comprometido en este rubro.

Es decir que, si la persona realiza la sumatoria de las cuotas mensuales del pago del crédito de vivienda, del vehículo y cualquier otro crédito que mantenga, sea en una entidad financiera regulada o no regulada, casa comercial o cualquier otro acreedor, esas cuotas totales no deberían superar el 30% o 40% de los ingresos mensuales.

“Un porcentaje menor al 30% podríamos hablar de un endeudamiento sano, entre el 30% y 40% un endeudamiento tolerable y más de allá de esa cifra, es recomendable analizar la situación para definir planes de acción que permitan disminuirlo”, explicó Villalta.

Por otra parte de acuerdo a Laura Céspedes, gerente senior de inversiones y depósitos de Scotiabank, en un escenario ideal, del total de ingresos, se debe destinar un 50% para cubrir gastos fijos, un 20% para ahorros, un 20% para diversión y educación y un 10% para otros gastos.

En materia financiera, Céspedes recomienda incorporar pequeños hábitos en las actividades cotidianas para lograr un mayor bienestar financiero. Dentro de estos hábitos uno de los más importantes es establecer metas realistas, es decir que los gastos se ajusten al ingreso real y no a un supuesto pues es en ese momento donde se empieza a perder control del presupuesto.

“A pesar de habernos propuesto algunas metas para el 2020, pocos podrían haber anticipado una crisis sanitaria y las consecuencias económicas que la pandemia trajo consigo. Y aunque muchos no estaban preparados para afrontar esta situación, este año nos enseñó que debemos tener un músculo financiero más fuerte para cuando suceda algún imprevisto”, explicó Céspedes.

Uno de los principales aprendizajes que dejó la crisis económica como consecuencia de la pandemia fue mantener siempre un fondo de ahorro para emergencia, por lo que de cara al 2021 este debería ser un factor en el desarrollo del presupuesto.

Un fondo de emergencia le permitirá cumplir con sus obligaciones en caso de enfrentar situaciones inesperadas como la pérdida de empleo. Si sus ingresos actuales le permiten cubrir todos los gastos esenciales del hogar, es un buen momento de incluir en el presupuesto un ahorro destinado a emergencias. Esto le dará mayor estabilidad y seguridad financiera en un escenario de crisis.

Otro aspecto importante para mantener un presupuesto saludable es controlar lo que los expertos llaman ‘gastos hormiga’ que son las pequeñas cantidades de dinero que se gastan todos los días y no se contemplan en el presupuesto. Por ejemplo, ir al supermercado y comprar golosinas, consumir a diario en pulperías y sodas por pereza a cocinar.

Mantener un ahorro adicional para cumplir un propósito puede incentivar la reducción de gastos no prioritarios.

Desaceleración económica

En tiempos de desaceleración, Villalta asegura que es fundamental postergar o disminuir la mayor cantidad posible de gastos. Por ejemplo, si la modalidad de trabajo cambió y, actualmente, hace teletrabajo, los gastos asociados al transporte disminuirán. Esta es una oportunidad para destinar este dinero a gastos esenciales del hogar o a un fondo de ahorro.

Es importante recalcar que las adaptaciones para las deudas que había realizado el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) durante la época de pandemia ya fueron derogadas. Desde el pasado 1.º de diciembre las reglas cambiaron y las entidades financieras deberán degradar, en caso de ser necesario, la calificación del deudor, en acato a un mandato emitido por Conassif.

Villalta advirtió que es importante que el deudor considere la posibilidad de cancelar o amortizar deudas para reducir los costos financieros asociados a préstamos, como el pago de intereses, lo cual le permitirá tener mayor liquidez a futuro.

“La principal recomendación es elaborar un listado de las responsabilidades crediticias, ordenarlas de forma descendente de acuerdo con las tasas de interés y empezar a cancelar las de mayor tasa. Asimismo, se recomienda cancelar las deudas pequeñas para tener más dinero disponible en el corto plazo”, agregó Villalta.

Eliminar deudas que no tienen un monto fijo de pago, será fundamental para mejorar la liquidez del presupuesto.

“Cuando solicitamos un crédito, pagamos un precio por el dinero que nos prestan, ese precio está determinado por la tasa de interés. Este es uno de los factores que debemos considerar a la hora de analizar las diferentes opciones de crédito del mercado. El otro factor es el plazo, entre menor sea el plazo, la sumatoria de los intereses totales pagados al acreedor al final del plazo es menor”, explicó Villalta.