Válvula hecha en Costa Rica da esperanza a personas con problemas graves en corazón

800 costarricenses participan en la manufactura de válvula aórtica Navitor; dispositivo ya se coloca en el Hospital México

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Una válvula cardíaca hecha en Costa Rica es la nueva esperanza para pacientes con una enfermedad llamada estenosis aórtica o estenosis de la válvula aórtica.

En el proceso participan cerca de 800 ticos entre ingenieros en diferentes disciplinas, así como microbiólogos, médicos y especialistas en dispositivos médicos.

Luego de su manufactura, esta válvula se exporta a decenas de países, pero también se utiliza en el nuestro, pues la semana pasada ya se le colocó a tres pacientes en el Hospital México. Costa Rica es el primer país en América Latina en utilizarlo.

La sustitución de válvulas aórticas es un procedimiento que se realiza desde hace varios años. Sin embargo, este nuevo dispositivo, llamado Navitor y desarrollado por la empresa Abbott en su planta en Coyol de Alajuela, promete aplicarse con un procedimiento mínimamente invasivo con mayor calidad de vida. Esto es especialmente importante para las personas más frágiles y que podrían ver su vida comprometida.

La enfermedad

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Esta nueva tecnología brinda una nueva oportunidad y mayor calidad de vida a las personas con este padecimiento en la válvula aórtica, que está ubicada entre la cavidad inferior izquierda del corazón y la arteria principal del cuerpo (aorta).

Por la enfermedad, la válvula se estrecha y no se abre completamente, lo que reduce o bloquea el flujo sanguíneo del corazón a la aorta y al resto del cuerpo.

De acuerdo con la Clínica Mayo, en quienes tienen este mal, el corazón tiene que trabajar más para bombear suficiente sangre a la aorta y hacia el resto del cuerpo. El esfuerzo adicional que hace el corazón puede hacer que el ventrículo izquierdo se engrose y se agrande. La presión puede provocar que el músculo del corazón se debilite, lo que puede llevar, finalmente, a una insuficiencia cardíaca y a otros problemas graves.

Cristiam Arancibia, especialista clínico de Abbott, manifestó que esta es una enfermedad progresiva y los primeros síntomas son fatiga, falta de aire, pérdida de conocimiento repentino y dolor de pecho que puede confundirse con un dolor al corazón.

“Esto se da porque como la válvula no puede abrirse, falta oxígeno no llega a los órganos y estos síntomas aparecen ya tarde. Los pacientes comienzan a fallecer por las patologías asociadas”, afirmó.

Luis Gutiérrez Jaikel, cardiólogo intervencionista del Hospital México que ha colocado esta válvula, explicó que la estenosis aórtica afecta a 1 de cada 20 personas mayores de 65 años (el 5%).

El procedimiento usual para atender esta condición es una cirugía a corazón abierto. No obstante, en algunas personas se considera un procedimiento de alto riesgo debido a las posibles complicaciones. Esto principalmente se da por situaciones derivadas por la edad, la fragilidad o la presencia de muchas otras enfermedades o afecciones.

La válvula Navitor surge entonces como opción menos invasiva al reemplazo quirúrgico de la válvula aórtica. Esto permite reducir los síntomas y mejorar la vida de los pacientes.

¿Cómo es esta válvula?

Navitor es de un tipo de dispositivos llamados última generación de implantación transcatéter (TAVI, por sus siglas en inglés). Está indicado para quienes no pueden ser sometidos a cirugía porque es de alto riesgo para ellos.

“Son personas que antiguamente quedaban con tratamiento para sus síntomas, pero no se solucionaban el problema”, especificó Arancibia.

Juan Diego Trejos, director de la planta de manufactura de Estructura del Corazón, en Abbott Costa Rica, comentó que la válvula tiene una base de nitinol, un material especial que permite comprimirse para poder alojarlo en el corazón a través de un catéter. Tiene un tejido de poliéster y también tejido biológico, de pericardio bovino. Este tejido permite el flujo de la sangre en un solo sentido, como lo hace la válvula que todos tenemos en el corazón.

Esta tecnología se utiliza con el sistema de colocación llamado FlexNav, que promete minimizar las fugas de sangre y facilita el “navegar” incluso por las arterias más difíciles del cuerpo.

Arancibia comentó que esta tecnología es muy nueva para saber la vida útil, está en proceso de estudio. Sin embargo, las válvulas normalmente tienen de 15 a 20 años de durabilidad.

“Lo bueno es que si el tejido biológico se deteriora, podemos colocar otra válvula dentro de aquella por la misma vía, y esto le devuelve la esperanza al paciente”, señaló el especialista.

¿Cómo se coloca este implante?

Gutiérrez detalló que esta implantación se realiza en una sala de cateterismo, un procedimiento que ya se hace para “desbloquear” el paso de la sangre por las arterias.

El paciente no requiere anestesia general, sino local.

El primer paso es hacer una punción en una arteria, normalmente la femoral, en la pierna. Luego se coloca la válvula en un catéter. La válvula avanza montada en un catéter hasta llegar al corazón. A través de radioscopia se ve cuándo llega justo al lugar donde se desea y allí se fija.

Al paciente se le monitorea la presión arterial, saturación de oxígeno y ritmo cardíaco.

El procedimiento toma entre 45 y 60 minutos. Los pacientes costarricenses que ya fueron sometidos a este implante fueron dados de alta a las 24 horas.