¿Una baja en tasa de contagio de covid-19 nos da un respiro? Sí, pero no para bajar la guardia

El hecho de que el crecimiento de los nuevos casos del virus se haya estancado y comience a bajar no es sinónimo de relajación, pues la tendencia puede revertirse si no se toman las medidas necesarias

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La tasa de contagio de covid-19 registró su nivel más bajo desde finales de abril. Esto significa que la velocidad de los nuevos contagios comienza a ser más lenta.

No obstante, especialistas en epidemiología señalan que no puede cantarse victoria, porque este indicador es muy volátil y, si las personas se descuidan y no toman las medidas necesarias para evitar infectarse, la situación podría revertirse.

Para esta semana, según análisis del Centro Centroamericano de Población (CCP-UCR), esta tasa se ubica en 0,96. Comenzó a bajar a mediados de agosto y desde entonces muestra esa tendencia.

La tasa de contagio, también llamada tasa R, indica a cuántas personas podría contagiar, en promedio, cada enfermo.

Este indicador toma en cuenta las infecciones producidas hace seis días aproximadamente, dado que ese es el plazo promedio entre el momento del contagio y los primeros síntomas (periodo de incubación).

Si es igual a 1, quiere decir que cada paciente enfermará, en promedio, a otra más, y esto mantendrá la infección constante.

Si está en 2, en promedio, cada persona enfermará a dos más y la velocidad de transmisión se duplicará.

Lo ideal, por eso, es que esta cifra sea inferior a 1, que es señal de que el ritmo de casos nuevos va hacia la baja, lo que sucedió este miércoles después de más de cinco meses de estar por encima de 1.

Un índice de 0,96 quiere decir que un individuo con el virus podría transmitirlo a 0,96 personas en promedio. O, visto de otro modo, 100 personas que porten este patógeno podrían dar origen a una generación de 96 casos. O cada 1.000 portadores darían origen en promedio a 960.

“Hay que ser claros que estos 1.000 darían origen a 960 si y solo si seguimos cumpliendo los protocolos. La distancia es fundamental, no puedo andar rompiendo burbujas sociales. Es tomar esa decisión autónoma de la restricción personal para poner de mi parte”, explicó Juan José Romero, coordinador de la maestría en epidemiología de la Universidad Nacional (UNA).

También debe tomarse en cuenta que no es lo mismo una tasa de 1 en un país con 1.000 casos activos a una con 500 casos diarios. La misma R=1 dará más contagios diarios en el 1.000 que en el de 500.

El viceministro de Salud, Pedro González también es enfático sobre la necesidad de continuar con los cuidados.

“Hay esperanza, pero con cautela, porque podría ser un efecto pasajero. Entonces llamar a la población a no bajar la guardia, a seguir tomando medidas.

"Seguir haciendo las actividades económicas y productivas, pero cumpliendo con los lineamientos y con ese cuidado personal”, manifestó.

¿Cómo funciona R?

Romero es claro en que R es el promedio de cuántas nuevas personas infectadas podrían ser generadas por quienes están actualmente enfermos.

“No es que si R está en 1 cada una de las personas infectan directamente a otra, es un promedio. Hay muchas personas que no infectan a nadie y ahí se corta esa cadena, pero habrá otras que infectan a dos, a tres o a más”, expresó.

De acuerdo con el epidemiólogo, hay personas o situaciones en las que se pueden dar contagios de forma más masiva.

Son los también llamados eventos de superdiseminación, que pueden darse en lugares cerrados y con poca ventilación; en actividades masivas, sitios donde las personas gritan o cantan; donde no se utilizan mascarillas y no hay distanciamiento físico entre las personas.

También puede suceder que una sola persona, por su tipo de trabajo, esté en contacto cercano con muchas personas y que, si no toma las medidas del caso, pueda transmitir el virus a muchas otras, como un masajista, un fisioterapeuta, un médico, un odontólogo, o un estilista, entre otros.

En las últimas dos semanas, estudios realizados en Hong Kong y en India, publicados en las revistas Nature y Science, respectivamente, indican que cerca del 80% de los casos son transmitidos por aproximadamente el 20% de las personas. Una gran mayoría de los portadores del virus no lo transmiten a nadie más.

“En muchos, la infección termina en ellos y no se transmite a alguien más, pero ¿cuál es el asunto clave? Imaginémonos un grupo de 100 personas portadoras del virus, cualquiera de esas 100 puede ser uno de esos 20 que sí transmita el virus. Si me dan un resultado positivo tengo que cuidarme como si yo fuera a ser uno de esos 20, para no pasarle el virus a nadie más”.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mejor forma de bajar los riesgos lo más posible (porque nunca habrá un riesgo cero) es evitar los grupos donde se mezclen diversos núcleos familiares, los espacios cerrados y los contactos cercanos con personas que no vivan bajo nuestro mismo techo por más de 15 minutos, aun cuando se utilice mascarilla.

No necesariamente estamos bajando el pico

El CCP-UCR indica que esta baja en R es señal de que ya se está bajando el pico de esta ola de la pandemia y a partir de este momento se bajará.

Pero ni Romero ni González lo afirman de forma tan tajante.

“Aparentemente, es una meseta en cuanto a la cantidad de infectados. Sin embargo, hay que tomar en cuenta varios elementos; por ejemplo, podríamos estar haciendo más pruebas a nivel nacional; entonces podríamos estar dejando a personas por fuera sin diagnosticar. Sí hay una posible meseta, pero se está tomando con mucha cautela”, reconoció González.

Romero es de la misma opinión: “yo no estaría tan seguro de que bajamos el pico. Creo que estamos en una fase de meseta y que vayamos lentamente hacia la baja, aunque sean 100 casos menos en promedio por día”.

Según el epidemiólogo, un R de 0,96 nos haría ver descensos a diario en los infectados reportados, pero sería lenta. No obstante, esto podría revertirse con los descuidos.

Por eso se debe tener cuidado, porque, como humanos estamos cansados del virus y de la situación, pero el virus no se cansa de nosotros y busca su forma de seguirse replicando.

“Yo no canto victoria, pienso que estamos en meseta y que debemos trabajar para no subir”, agregó el epidemiólogo.

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Las otras buenas noticias

Para el epidemiólogo de la UNA, los últimos datos de la enfermedad sí nos dan espacio para la esperanza.

“Creo que hay un respiro. No tanto porque la cantidad de casos se estacionó y ha tendido levemente a la baja; sino que los casos internados, tanto en general como en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) han mostrado leve tendencia a la baja”, subrayó.

Los datos que se ven hoy indican que, de mantenerse la situación así, no se estaría saturando el sistema hospitalario.

Y añadió: “en cuanto a las muertes, hubo un incremento enorme, proporcionalmente hablando, en julio y agosto. Y ya se detuvo el ritmo ascendente exponencial”.

Los fallecimientos que vemos hoy, aclaró, corresponden a las personas que fueron infectadas entre hace 7 y 15 días, o tal vez más, dado que el virus no mata de inmediato, pasan sus días para enviar a la persona al hospital y, usualmente, días en cama antes de su muerte.

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