¿Qué nos ha enseñado ómicron sobre la pandemia?

Un infectólogo y un virólogo comentan las lecciones que han obtenido de esta variante y sus subvariantes en el manejo de la covid-19

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“Este es un virus que no tiene palabra de honor y no se mantiene. Es inestable, furtivo y caprichoso. Y a veces sorprende con nuevos síntomas, las manifestaciones que veíamos con las primeras variantes son unos, con delta cambiaron, con las distintas subvariantes de ómicron han cambiado. Todo esto es parte de los disfraces para seguir entre nosotros”.

Así describió el infectólogo mexicano Javier Ortiz la dinámica del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19. Ortiz atiende una unidad de covid-19 en su país y ha visto al virus pasar por las diferentes etapas.

“Ya estamos viendo algo de luz al final del túnel, pero no hemos salido”, dijo la mañana de este viernes en una actividad con médicos de varios países que se celebró en Costa Rica. El especialista señaló que el virus no desaparecerá, que llegaremos a una endemia y a tener menos casos, pero todavía estamos en pandemia y no hay una fecha para que esta termine.

Con ómicron las reglas del juego han cambiado, en muchos aspectos para bien, pero hay aspectos que siguen intrigando. Uno de ellos es que la infección natural ahora está protegiendo por menos tiempo de una nueva infección y pueden verse cada tres o cuatro meses.

De acuerdo con el especialista, ya quedaron atrás los días en los que las unidades de cuidado intensivo estaban llenas y las camas se desocupaban si alguien moría, pero todavía hay poblaciones vulnerables, como las personas inmunosuprimidas, en las que el sistema de defensas está muy disminuido. Esto las lleva a dos problemas: por un lado, el sistema inmunitario no puede montar una respuesta fuerte cuando es vacunado y esto no los protege tanto, por otro, si llegara a infectarse, sus defensas no tienen la suficiente fuerza. Estas personas son la principal preocupación.

Ómicron, en sí misma ha representado varios retos, pero también ha sido una maestra. Las subvariantes más recientes BA.4 y BA.5 (presentes en Costa Rica), han mostrado ser más transmisibles y evadir los anticuerpos generados por las vacunas o una infección previa. Otro de los retos está en que, en un inicio, estas subvariantes se escabullen más fácilmente de las pruebas diagnósticas.

“Vemos pacientes con todos los síntomas que dan negativo una primera vez, pero que si les haces la prueba a las 48 horas dan positivo. Nosotros nos estamos moviendo a diagnósticos más clínicos (por los síntomas)”, señaló.

Cambiante

Lo más normal en un virus es cambiar su genética, o mutar. Eso lo hacen todos los virus, algunos con más velocidad que otros. El virólogo colombiano Jaime Castellanos tomó la palabra durante el evento para explicar que, pese a que seguiremos en pandemia por un tiempo indefinido, el cuadro no es tan sombrío y mucho menos apocalíptico.

“La evolución de este virus no es tan rápida, es más lenta, muy por debajo de la de la influenza. Son variantes de adaptación, el virus hace lo que debe hacer para permanecer entre nosotros”, expresó.

“Los estudios dicen que los anticuerpos decaen con el tiempo, pero estos son solo un componente de la inmunidad que levantamos, también están las células de defensas, que nos pueden proteger por más tiempo. La inmunidad celular es fuerte”, añadió.

Sin embargo, uno de los principales problemas está en que la inequidad de la aplicación en las vacunas a nivel mundial hace que se formen “bolsos de susceptibles”, en los que hay más probabilidades de que surjan variantes que puedan generar algún tipo de preocupación.

Adelantarse a las variantes, de la mano de la inteligencia artificial

De acuerdo con Ortiz, hay un potencial de tener variantes que puedan cambiarnos las reglas del juego aproximadamente cada seis meses.

Varios institutos de información y farmacéuticas buscan leer los cambios que va teniendo el SARS-CoV-2. Una de las formas es monitorear si hay cambios en los síntomas que podrían dar señales de una nueva variante, realizar más análisis genómicos (en los que se estudia gen por gen muestras del virus) y, con base en inteligencia artificial ver si se está ante una nueva variante o saber cuándo podría llegar.

“Las vacunas funcionan hasta el momento contra enfermedad grave y muerte. Es algo que tenemos monitoreado, por ejemplo, para saber si debemos hacer cambios y adaptar nuestras vacunas”, concluyó Carmen Moreno, directora médica internacional de vacunas y enfermedades infecciosas de AstraZeneca.