Ministro Daniel Salas aconseja a futuros jerarcas de Salud tomarle el pulso a la pandemia en los hospitales

Cifra de casos, o tasa de contagio, seguirán siendo insumos para una referencia más, pero, ahora más que nunca, las hospitalizaciones dan pauta, dijo el titular.

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Al comenzar el próximo gobierno, en menos de un mes, las nuevas autoridades de Salud deberán enfrentarse con una pandemia que muestra una cara mucho más amigable que la vista en los dos años anteriores, con menos casos, hospitalizaciones, muertes y ocho de cada 10 ticos con al menos dos dosis de la vacuna.

Sin embargo, la alta circulación de la enfermedad se mantiene, la pandemia no ha acabado y las reinfecciones son más comunes en quienes ya se infectaron una primera o segunda vez y, muy posiblemente sigan siendo la tónica en un virus que busca escabullirse de las defensas que ya generó.

Daniel Salas, titular de Salud, comentó que en una época como la que se vive actualmente, debemos ver más hacia las hospitalizaciones que el virus causa, que hacia los casos o velocidad de transmisión.

Los internamientos siempre han sido el termómetro más fiable de lo que sucede con el virus (dado que desde el inicio de la pandemia no todos los casos se han reportado), pero, desde que la variante ómicron llegó, el medir el impacto de la enfermedad a través de las hospitalizaciones es todavía un indicador más fiable del daño que puede causar la enfermedad.

“Ya vimos que puede haber una disociación entre contagiados y hospitalizados graves, esa es a final de cuentas la relación que más nos deba importar en estos momentos, porque al final, la enfermedad puede seguirse transmitiendo con cierto nivel”, destacó Salas en entrevista con La Nación.

Y añadió: “Hay que reconocer el trabajo de quienes trabajan en proyecciones. Ha sido una herramienta importantísima que nos ha acompañado en toda la pandemia. Sin embargo, en este momento, justo por esa disociación que les indicaba, hay que tener cierta mesura sobre todo en la proyección de hospitalizaciones graves y fallecimientos”.

El momento de la pandemia

Para Salas, el momento de la pandemia que atraviesa Costa Rica hace que todavía se notifiquen menos casos de los reales.

Desde inicios de la pandemia, se ha dado un subregistro de casos, pero desde que ingresó la variante ómicron, más contagiosa, pero causante de síntomas mucho más leves, y desde que la vacunación previene de las manifestaciones más graves, son menos las personas que buscan hacerse una prueba diagnóstica. Estos datos no se reflejan en los números y por eso la estadística es menos certera.

“Entonces, de repente confiar mucho en el número de reproducción, o el conocido R, ya no es tan fiable como lo fue hace un tiempo atrás. Son cosas que hay que considerar eventualmente a la hora de ver qué tan confiables pueden ser todas las proyecciones, no solo las de una persona.

“En este momento, hay que tener cierta reserva, sobre todo a esa parte: qué tanto los casos cuando se elevan verdaderamente, representan una presión fuerte sobre los servicios hospitalarios, especialmente en casos de gravedad, y que es lo que tratamos de evitar”, recalcó el jerarca.

Los hospitalizados definen mejor la situación porque, por un lado, los casos más graves tienen una prueba diagnóstica que los determina, y si no la tenían antes, en el centro hospitalario, se las realizan.

Además, es lo que realmente pone en foco el impacto real de la pandemia, el cuánta capacidad se tiene para atender no solo covid-19, también otras enfermedades o lesiones que requieren de un hospital. Esto ha ido cambiando con el tiempo.

“Antes era: aumentan casos, medidas restrictivas. Porque sabíamos que si aumentaban casos casi que era lineal el aumento en hospitalizaciones. Pero en enero y febrero del 2022, ya vimos que tuvimos un 30% de todos los casos de toda la pandemia, y apenas fue un 13% o 15% de todos los casos de UCI. Hubo una disociación mucho más marcada que lo que hubiéramos esperado con otras variantes del virus”, puntualizó Salas.

Sin embargo, el jerarca coincide en que su sucesor debe tener en cuenta que la pandemia no ha acabado y apoyarse no solo en lo que sucede en territorio nacional, también en el exterior, pues de la experiencia de otros países se pueden sacar enseñanzas.

“No podemos aislarlo todo al contexto costarricense”, concluyó.

Para el demógrafo Luis Rosero, los futuros ministro de Salud y presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) podrían enfrentarse con una nueva ola, que ya sorprende a países de Europa y Asia.

“Mi pronóstico es que estaremos por encima de 1.000 casos al día. La cantidad de personas hospitalizadas también estará en aumento, y el primer lunes de gestión habrá hasta 500 camas ocupadas con pacientes con covid-19, luego de haber llegado a un mínimo de 380 con posterioridad a la Semana Santa”, afirmó Rosero en una columna de opinión al referirse sobre cómo estará la situación de la enfermedad el próximo 8 de mayo.

Rosero, sin embargo, aclaró en su columna que las proyecciones no tienen un valor predictivo de causa- efecto y que hay otras variables para tomar en cuenta. El punto del mensaje es que la pandemia no ha quedado atrás.

“Al margen del valor predictivo de estas proyecciones -que no es alto, el punto de esta ensalada de cifras es que las nuevas autoridades no deben ni soñar con que se encontrarán con un escenario rosa, en que la pandemia ha quedado atrás”, especificó.