Cuarta dosis a todo mayor de edad reactiva vacunación contra covid-19, pero la cobertura infantil va más lenta

‘La Nación’ conversó con jefes de Enfermería de cinco áreas de salud que cuentan los desafíos de vacunar en medio del hackeo que enfrenta la institución

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Este lunes, muchos centros de vacunación en Costa Rica amanecieron con una demanda que hace tiempo no veían. La razón: la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) había autorizado que las personas entre 18 y 49 años pudieran recibir una cuarta dosis contra covid-19, cuatro meses después de aplicada la tercera. Antes de esto, en estas edades solo podrían obtener un segundo refuerzo quienes tenían males inmunitarios o trabajaban en primera línea de atención a la pandemia.

La Nación solicitó información a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y conversó con encargados de vacunación de las áreas de salud de Santa Ana, Tibás, Desamparados 2 y San Francisco de Dos Ríos sobre los retos que se tienen en este momento, donde coincide la campaña contra la influenza y el hackeo a los sistemas informáticos.

“Mucha gente había venido a preguntar por cuarta dosis y antes no se había podido. Ya desde el sábado, vimos mucha gente interesada en cuartas dosis y que salieron con esa vacuna”, afirmó Vilma Malespín, jefa de Enfermería del Área de Salud de Tibás, bajo administración de Coopesaín.

Los entrevistados comentaron que en este momento también tienen, aunque poca, cierta afluencia de individuos que no habían recibido una sola dosis y que ahora, porque vencieron miedos, o porque se les solicitaba para un trabajo, o para salir de viaje, buscaron comenzar su esquema.

“Sí, a estas ‘alturas de la vida’, digo yo, estamos viendo a personas que apenas vienen por la primera. Pero esas son formas de aprovechar oportunidades de vacunación y ahí ni nos preguntamos por qué, nada más las aplicamos”, aseguró Laura Bolaños, del Área de Salud de San Francisco de Dos Ríos, administrada por Coopesana.

Los equipos no pierden oportunidad para recordar la importancia de este biológico.

“Nuestra mayor defensa es tener el sistema inmune activado, ante ello, la mejor es colocarse los refuerzos necesarios. Muchas personas entienden y ya hoy (lunes) hemos visto un aumento de gente por cuartas dosis, incluso hay papás de adolescentes que la buscan y esa no está autorizada, pero en otras personas cuesta más”, manifestó Kathlen Barquero, jefa de Enfermería del Área de Salud de Santa Ana, administrada por CoopeSana.

Los retos: los niños y los reticentes

La baja en los números de vacunación ya se veía desde antes del hackeo. Los últimos datos, difundidos el 31 de mayo anterior, indicaban que en la última semana se había visto una reducción del 23,08% de inoculados. Para ese entonces, el 86,73% de la población nacional ya tenía al menos una dosis. Las segundas dosis habían llegado al 81,08% y las terceras al llegado al 45,45% de los habitantes. Además, 174.759 individuos ya se han inoculado cuatro veces.

José Leonel Morúa, jefe de Enfermería del Área de Salud de Desamparados 2, dijo que desde antes del cambio de gobierno ya se veía una disminución en terceras dosis, pero esta se acentuó con la nueva administración y el decreto de vacunación y si esto era o no obligatorio. “A partir de ahí ha bajado todavía más”, destacó.

La CCSS ya era consciente de esta disminución desde antes del hackeo.

“Semanas antes de hackeo, la asistencia a aplicar vacunas contra COVID-19 había bajado en todos los establecimientos de salud. En las últimas semanas, efectivamente, se ha observado que la tendencia continua de esa manera”, indicó la Subárea de Vigilancia Epidemiológica de la CCSS a través de la oficina de prensa.

“Había bajado tanto al punto de que habíamos tenido que salir a la comunidad a lugares públicos a aplicar dosis y ni así nos iba bien. Ahora, con la cuarta dosis en más población, reactivó todo, antes estaba mucho más limitada”, expresó Bolaños.

Para Barquero, abrir la cuarta dosis a toda la población es buena forma de no desperdiciar vacunas y, además, aumentar la protección en grupos más amplios.

Sin embargo, con la población de 5 a 11 años ha sido más difícil. Los entrevistados coincidieron en que en esta población ha sido más difícil completar esquemas que en los adultos.

“Debemos ser claros que hay niños que han estado en cuidados intensivos y fallecimientos en niños. Jamás en las magnitudes de los adultos, pero sí. En salud no hay nada seguro y mejor tener a los niños bien vacunados”, señaló Malespín.

Este lunes 4 de julio, ya se cumplían los cinco meses de la segunda dosis para mucha de la población pediátrica y, a partir de este momento ya podían colocarse la tercera, la cual es parte del esquema básico y, por ende, obligatoria.

“Tenemos compañeros llamando a los niños que hoy cumplen los cinco meses y la mayor respuesta ha sido de rechazo. Con la primera dosis llegamos al 100%, con la segunda dosis quedamos solo a 200 chicos, que ahí se recuperan poquito a poco, ahora con la tercera ya estamos viendo más rechazo”, afirmó Morúa.

Complicaciones por el hackeo

El hackeo también complicó la situación logística de las campañas de vacunación, puesto que se necesita tener el carné físico o alguna prueba de las dosis colocadas anteriormente y las fechas.

“Estar sin el EDUS es muy difícil. La mayoría de las personas sí han venido con su carné, pero hay quienes vienen sin el carné y sin otra forma de demostrar cuántas dosis tienen y en qué fechas. En algunos casos hemos tenido que decir que así no podemos inyectarlos. Uno que otro se han ido enojados, pero no podemos jugarnos el chance”, dijo Barquero.

Morúa coincidió: “Hay quienes no tienen el carné, pero de alguna forma se comprueba, por ejemplo, gente conocida que siempre se ha vacunado así y el vacunador lo conoce y recordaba sus fechas o recordaba que no lo había vacunado. Pero no siempre. Sin embargo, hay gente que nada más dice que vuelve cuando haya sistema y eso es triste porque son oportunidades perdidas”.

Laura Castro, directora del Área de Salud de Pavas, administrada por Coopesalud, recalcó que aunque el hackeo sí complica la situación, los equipos se mantienen activos a través de redes sociales para llegar a la población.

Otro reto, comentó Morúa, es que con las lluvias de los últimos días, las personas están dejando de salir de para ir.

Dosis desperdiciadas

Los entrevistados indicaron que sí se han perdido dosis pediátricas. Esto se debe a que por la composición de la vacuna, una vez abierto el vial (frasco) y preparadas las vacunas, estas tienen seis horas de vida útil para aplicarse. En adultos, el problema no ha sido tal porque el vial contiene seis dosis, pero la vacuna pediátrica contiene 10 y esto ha hecho las cosas más difíciles.

“Todas las áreas de salud hacen todos los esfuerzos posibles para que no se pierda una sola dosis, lamentablemente sí ha ocurrido en algunas ocasiones”, dijo Castro.

Malespín complementó: “Hicimos dos rondas de visitas a las escuelas públicas con vacunación de covid-19 y de esquema básico, pero en algunos lugares encontramos padres que no estaban de acuerdo con la vacuna, y a nosotros no nos toca meternos con eso, solo hacer el reporte del Ministerio de Salud, algunas dosis se han perdido”.

Bolaños también admitió que en algunas ocasiones se han perdido algunas dosis pediátricas, algo que no ha sucedido con los adultos.

No obstante, todos los entrevistados aseguran que no se han dado desperdicios de dosis por vencimiento, pues a la CCSS se envía una proyección de cuántas dosis serán necesarias durante la semana y estas siempre han llegado con suficiente tiempo.

“Las vacunas tienen fechas de vencimiento como todo medicamento. Y un riesgo cuando se acerque las fechas de vencimiento es que se pierdan dosis. Sin embargo, durante estos próximos meses no hay riesgo de pérdida por fecha de vencimiento”, destacó la respuesta enviada por la CCSS.

Morúa afirmó que sí se han dado casos puntuales de áreas de salud en los que sí se ha estado cerca del vencimiento, pero entre todas se colabora para que las que más afluencia tienen puedan administrarlas. Hasta el momento ha sido así.