Costa Rica no puede apostarle a vacunas de menor efectividad, coinciden especialistas

Bajar la calidad de los fármacos contra covid-19 podría ser más dañino a largo plazo que quedarse con los que se aplican en este momento

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El ritmo de vacunación contra la covid-19 en Costa Rica se ha acelerado pero sin llenar las expectativas de sectores que piden más opciones de fármacos, como los desarrollados en China o Rusia, para alcanzar más población en el menor tiempo posible.

Para especialistas consultados por La Nación, en este momento, en el que los envíos han aumentado en frecuencia y cantidad esto no sería tan necesario, a no ser que se garantice que las vacunas tengan una efectividad similar a las que ya se aplican en el país.

“Traer vacunas chinas o rusas habría valido la pena en diciembre o enero, cuando AstraZeneca y Covax no habían enviado dosis y Pfizer iba a cuentagotas, ahora la realidad es otra.

“En este momento ya tenemos un buen flujo de vacunas de alta calidad, no tendría sentido importar vacunas de menor efectividad”, puntualizó el demógrafo y salubrista público Luis Rosero Bixby.

Además, negociar con más empresas no implica que estas tengan disponibilidad para entregar sus productos antes de lo que pueden hacerlo las firmas con las que se tienen contratos vigentes.

El país tiene convenios bilaterales con las farmacéuticas Pfizer y AstraZeneca, y otro acuerdo con el mecanismo Covax. Este último solo ha dado vacunas de AstraZeneca, pero en un futuro podría traer de Moderna, Johnson & Johnson y Pfizer.

Requisitos

La Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) trazó los requisitos que debe tener una vacuna para ser aplicada en nuestro país.

1- Estar en la fase III y final de ensayos clínicos en seres humanos.

2- Que sus desarrolladores publicaran sus resultados de las fases I y II en revistas científicas de peso.

3- Que tuvieran buena respuesta inmunitaria en la generación de anticuerpos y células de defensa.

4- Que los desarrolladores tuvieran el aval y respaldo de agencias reguladoras estrictas o precalificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Costa Ricatiene parámetros de 11 instancias reguladoras,las más famosas son la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) o la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

5- Que las fechas previstas de entrega no fueran “muy lejanas”.

6- Que su precio fuera accesible.

De las 15 vacunas que ya cuentan con algún tipo de autorización de uso de emergencia hay cinco que cumplen casi todos los requisitos: la de Pfizer y BioNTech, la de AstraZeneca con la Universidad de Oxford, la de Moderna, la de Johnson & Johnson, y la del laboratorio chino Sinopharm (el único de los tres fármacos chinos que cumple los requisitos).

Sin embargo, solo los dos primeros tienen tiempos de entregas que pueden ser compatibles con los del país.

“Un componente muy importante para calcular la inmunidad de rebaño es la efectividad de la vacuna. Las vacunas que se están usando aquí están probadas como muy efectivas.

“Hay otras vacunas que circulan con una efectividad bastante menor. Estas son las vacunas chinas”, añadió.

El ejemplo de Uruguay y Chile

Para la infectóloga pediatra y especialista en vacunas María Luisa Ávila los requisitos para que Costa Rica deje entrar una vacuna no pueden ser ligeros, pues se busca garantizar no solo tener vacunados, sino también que la vacuna sea efectiva.

“En este momento usted puede ver un país como Chile, que ha logrado tener una cobertura vacunal muy alta, pero sin embargo sigue teniendo muchísimos casos. ¿Por qué? Porque la vacuna que ellos utilizan de forma predominante, aunque es muy buena para evitar hospitalizaciones y muertes, no es así para evitar casos”, explicó.

En Chile, al igual que en Uruguay, se optó en un inicio, de forma mayoritaria, por la vacuna Coronavac, del laboratorio chino Sinovac.

Chile tiene al 53% de su población vacunada, y Uruguay al 46%, mucho más del doble que Costa Rica, que tiene solo el 13,3% de su población vacunada con ambas dosis (y un 24% con al menos una).

Sin embargo, ninguno de estos países ha logrado bajar la tasa de casos. La eficacia de ese producto en ensayos clínicos llegó al 50%, lo cual dista del 79% de AstraZeneca o el 95% de Pfizer.

El fármaco adquirió hasta el pasado 1.° de junio la precalificación de la OMS, sin que de momento tenga respaldos de otras agencias reguladoras estrictas.

Para el médico intensivista Pablo Álvarez, la apuesta de Costa Rica por la vacuna, aún con un proceso de vacunación más lento, ha dado mejores resultados.

“Yo estoy convencido de que, si no se hubiera vacunado con los productos que se han utilizado, que son los más eficaces, no estaríamos igual”, manifestó.

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Protección más allá de los vacunados

La vacuna de Pfizer, la más utilizada hasta el momento en nuestro país, también protegería a las personas no vacunadas.

Un estudio realizado por científicos israelíes (el país en el que más se aplicó con mayor velocidad este fármaco) indica que la vacuna no solo protege a quienes ya están inyectados, también baja la transmisión, y con esto, las infecciones en quienes no han sido inoculados.

El reporte, publicado este miércoles en la revista Nature, analizó 177 comunidades en donde las infecciones habían sido bajas (y por ende no había muchas personas con anticuerpos generados por la enfermedad).

Los científicos analizaron el comportamiento de las infecciones en los menores de 16 años, que no habían sido cubiertos en la campaña de vacunación.

“En promedio, cada 20 puntos porcentuales de personas que han sido vacunadas en una población están relacionados con un decrecimiento del doble en las infecciones de los no vacunados”, cita el documento.

Más adelante, el texto señala: “encontramos que altos niveles de vacunación se asociaron con mucho menores registros de infección en los grupos no vacunados. Aun cuando consideramos que la protección de los no vacunados sí está relacionada con la vacunación y esto es motivador”.

Los investigadores, sin embargo, hacen una salvedad: se requieren más estudios sobre cómo estas campañas pueden promover la inmunidad de rebaño y una eventual erradicación de la enfermedad.