Zapping: El ‘Fashion Police’ de la Asamblea Legislativa

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Si usted quiere saber cuánto irrespeto le tienen los medios de comunicación y conocer de primera mano el desdén que aparentemente tienen con el país, solo debe esperarse al 1.° de mayo de cada año. Ese día, en el que la agenda informativa se puede nutrir con noticias de peso, nuestros medios siempre se las ingenian para mostrar lo peor de sí.

El primer día de mayo resalta en el calendario porque es cuando la Asamblea Legislativa elige a su directorio, algo que resultará tremendamente relevante para el desarrollo del congreso en los próximos doce meses. Por si fuera poco, la Presidencia del país está obligada a entregar un informe de labores, también en la Asamblea.

Sabiéndose que el gobierno busca la forma de implementar nuevos impuestos y que los diputados tienen proyectos de ley esenciales en la mesa, naturalmente uno tiende a pensar que el domingo pasado el edificio josefino daría para jugosos bloques informativos, pero eso sería subestimar una epidemia mediática que solo se puede llamar por lo que es: una vil estupidez crónica.

Claro está que hubo medios dedicando muchos recursos a la cobertura política del primero de mayo, especialmente la prensa escrita y Canal 13, que transmitió todo lo sucedido en el congreso ese día. No obstante, siempre hay espacio grande para el tema menos importante de la jornada: el protocolo de vestimenta del grupo de diputados.

A los editores de medios podría enojarlos, por ejemplo, que haya diputados que ponen sus creencias religiosas por encima de los derechos humanos, o que el congreso haya sido incapaz –en 20 años– de respetar la cuota mínima de participación femenina (40%, solo logrado en 2010), algo que hizo bien en criticar la diputada Marcela Guerrero, quien llegó vestida de hombre, la figura más común en la Asamblea. Pero no, les enoja más que los diputados no se vistan como dice el reglamento.

Así las cosas, en la edición dominical de Telenoticias de la semana pasada, la cual dura si acaso media hora, le dedicaron cinco minutos al tema de cómo maquillaron sus cuerpos los diputados. Al día siguiente, La Nación le dedicó una página entera al tema y Buen día habló del asunto durante 15 minutos, con expertos en la materia, cual Fashion Police del parlamento criollo.

“¿Qué hubiese pasado si un diputado llega vestido de mujer?”, se preguntó el presentador Víctor Carvajal. Mirá, quién sabe, de pronto no tendría sentido porque los hombres no son una minoría vista tan por debajo del hombro que les ponen cuotas mínimas de participación y ni aún así se las respetan.

El panel de Buen día tuvo invitados que parece que viven en un planeta distinto al nuestro. “La novia deslució a Otto Guevara”, dijo Christy Marín, experta en protocolo; una frase que da acidez. El historiador Milo Junco se enojó porque una diputada dijo que el presupuesto no le dio para comprar ropa nueva, y terminó el segmento explicando que las legisladoras Maureen Clarke y Epsy Campbell no cumplieron con el protocolo porque son “las sobrinas de Cocorí”. ¡Las sobrinas de Cocorí, el personaje que han dicho incontables veces que no las representa!

Por otra parte, CR Hoy nos informó sobre que “la sobriedad acompañó a la mayoría de congresistas”, quienes optaron por usar negro. ¡Aleluya! ¡Qué salvada! Paralelamente, La Prensa Libre tituló una nota así: “¡Vestida de hombre! Así llegó esta diputada”. ¡Guau!

¿Ven lo que digo? Los medios no tienen respeto ni por los diputados (pararrayos justificados de todo racismo, misoginia y clasismo). Entonces, ¿cómo esperar que tengan respeto por la audiencia, por la gente que sumada conforma el “público meta”?