Zapping: El ‘Cosmos’ de Tyson es sublime e inspirador

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Considero difícil recomendar o defender la mayoría de programas de canales como National Geographic o History Channel, pues los he visto vapulear sus propósitos educativos en busca de mayores audiencias, con la táctica de aturdir al televidente con choques de aviones y teorías de conspiración, entre otras desgracias.

Esta semana, en cambio, quiero deshacerme en halagos a Cosmos: Una odisea del tiempo y el espacio , la serie que recién estrenó NatGeo (los martes, a las 7 p.m.). El programa es la continuación del esfuerzo del científico Carl Sagan en la serie Cosmos: Un viaje personal (de 1980), la cual consiguió brindar una perspectiva envolvente con respecto a nuestro lugar en el infinito espacio exterior.

La nueva versión es conducida por el astrofísico Neil deGrasse Tyson, un científico maravilloso con dotes de comunicador, quien tiene la facilidad de volcar nuestra atención hacia algunos de los asuntos más complicados de entender e imaginar, de manera lúcida y apasionante, tal como lo solía hacer su ídolo Carl Sagan, quien se entregó al mundo como un poeta del conocimiento científico .

En el primer episodio de Cosmos , Tyson estimula a la audiencia segundo a segundo, contando la impresionante historia del universo –hasta donde la conocemos– y el gran avance que ha hecho la humanidad explorando el tema en muy poco tiempo. El show también pretende devolverle su merecido trono a las ciencias como pilares de nuestra inspiración y, por ende, de nuestro desarrollo.

Con contenido sustancial y animaciones que transportan a lugares de la imaginación de los que no estábamos enterados, Cosmos desafía el anacronismo de sectores dominantes de la población hablando de temas como la evolución y el conflicto ciencia-religión, fundamentándose en el conocimiento obtenido a través del método científico, santo grial del progreso.

Meses atrás, Tyson respondió preguntas de usuarios en el sitio web reddit.com, y recalcó que nunca ha querido convertir a todas las personas en científicos, sino que la misión de Cosmos y de todo lo que hace profesionalmente es mostrar por qué la ciencia importa, tanto para nuestra supervivencia como para alimentar nuestra alma curiosa por saber quiénes y qué somos en el universo.

Tyson logra su objetivo en cuestión de minutos. Su obra –y la de un gran equipo de producción, que también incluye a Seth MacFarlane, creador de Padre de Familia – no solo es refrescante en el contexto de la oferta televisiva actual, sino que también es trascendental al mismo nivel que lo son la música, el cine, la comedia o la filosofía . Cosmos no es informativo, es formativo. Tampoco es un programa para niños (aunque les encantará), sino que es para todos .

En el primer episodio de la serie original, Carl Sagan dijo: “Deseamos encontrar la verdad, sin importar dónde esté, pero para encontrar la verdad necesitamos ambos, imaginación y escepticismo . No tendremos miedo de especular, pero seremos cuidadosos en distinguir la especulación del hecho”. En el Cosmos de nuestra generación, los principios de ese manifiesto permanecen intactos.

Que le brillen los ojos cuando vea la serie, que le den escalofríos cuando recuerde que somos polvo cósmico , y que se recupere cuando llegue a la conclusión de que –citando nuevamente a Sagan– “la vida es solo un vistazo momentáneo a las maravillas del asombroso universo”. Cosmos es una herramienta para sentirlo.