‘Two and Half Men’: ¡Por supuesto que Charlie está muerto!

La comedia Two and Half Men llega a su final luego de 12 temporadas al aire. Se acabó la fiesta en la casa de la playa en Malibú

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Cuando a Jon Cryer le preguntaron si se dejaría algo del set de Two and Half Men, se quitó “la piel” de Alan Harper y pronunció unas palabras imposibles para su personaje: “No, no me voy a llevar nada que no sea mío”.

Más agarrado que un trapecista novato y “chupasangre” como una sanguijuela, el personaje de Cryer –sobre todo el de las últimas cuatro temporadas– habría caído con un soponcio.

Alan Harper pasó de ser un “limpio-salado-buenazo-enamoradizo” a ser un verdadero parásito, pegado a cualquier billetera ajena.

Para decirlo de otro modo: el personaje Alan Harper perdió el foco..., justo y como le sucedió a Two and Half Men desde que el productor Chuck Lorre, harto, echó a Charlie Sheen (Charlie Harper), en la inconclusa octava temporada (ocho capítulos nunca se se grabaron).

La salida de Angus T. Jones (Jake Harper) fue el jaque mate: a un banco de tres patas, le faltaban dos, a pesar de que le pusieron una calza llamada Ashton Kutchner (en el rol del billonario Walden Schmidt).

El episodio debut de Kutchner ( Gusto de conocerlo, Walden Schmidt ) fue el de mayor audiencia en la historia de la serie.

Sin embargo, eso fue una mera ilusión y la serie se fue como un tango que canta Carlitos Gardel: cuesta abajo en la rodada.

La serie era Charlie Harper/Sheen y alrededor de él giraba el ensamble de Two and Half Men (Alan, Jake, Berta, Evelyn, Rose, Herb, el pizza-man , el boticario drogo , etcétera): uno de los mejores jamás formados para un sitcom ; tan bueno, que se puede comparar con las míticas Taxi o Friends.

Nada es para siempre

Two and Half Men era un muerto y nadie le había avisado a Chuck Lorre. Como último recurso, la serie “saltó sobre el tiburón”

Esta frase forma parte de la jerga de la industria de la televisión estadounidense. Se trata de un giro radical en el argumento, cuando la audiencia va en disminución.

Debe su nombre a una escena de 1977 Happy Days, en la que Fonzi salta sobre un tiburón, para demostrar su arrojo. La serie estaba mal de rating y luego duró siete años más.

El “salto del tiburón” para TAHM fue casar a Walden y Allan y hacerlos padres adoptivos de un niño afromericano. Simplemente, no funcionó.

Tampoco hubo forma de parar la caída en picada de la serie (andaba por ocho millones de espectadores); entonces, vino la decisión: terminarla en el episodio 16 de la temporada 12.

¡Por supuesto que está muerto! es el punto final de Two and Half Men , un especial de dos capítulos en uno solo (como para terminar todo de una vez).

En este se revelará que Charlie Harper no estaba en el otro lado –como se dijo en el primer episodio de la temporada nueve–; pero , tampoco, andaba de parranda.

Sí está, pero no aparece..., en carne y hueso. Esto causó el disgusto, en redes sociales, de los fieles que vieron los episodios de cierre en Estados Unidos, el pasado 19 de febrero.

Lorre aseguró que le ofrecieron Charlie Sheen regresar para que una vez más se pusiera la camisa de boliche y los shorts . Según Lorre este se negó.

“Sabíamos que existía ese deseo (entre los fanáticos) de verlo, pero no funcionó”, le comentó Lorre a Entertainment Weekly .

Sheen, por su parte, escribió en Twitter, a sus 11,4 millones de seguidores.: “Yo voy donde está el amor” .

Como sea, Two and Half Men es historia, y de la buena en la historia de la televisión.

A Ashton Kutchner –quien tuvo unas sentidas palabras de despedida para Jon Cryer– le preguntaron si se iba a llevar algo del plató de Two and Half Men, al terminar el último día de trabajo. “Por supuesto, todo lo que pueda y lo voy a vender en E-Bay”, respondió. Lleva razón: es ya una serie de culto.