Randall Salazar: ‘Buen día le dio a mi vida mayor libertad y la oportunidad de poderme replantear muchas cosas como persona’

Tres décadas han pasado desde la primera vez que el comunicador se plantó frente a una cámara para iniciar un apasionante viaje que lo llevó a hacer escala en varios medios del país. Canal 7, de Teletica, fue el destino final del periodista, quien repasó parte de su carrera profesional con ‘Viva’

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En los últimos 16 años, Randall Salazar ha acompañado los amaneceres de miles de televidentes de canal 7.

Primero lo hizo desde la revista matutina Buen día, el proyecto que marcó sus inicios en la televisora de La Sabana; más tarde desde Telenoticias, donde llegó impulsado por una inesperada cobertura de un desastre natural en Quepos que ocurrió cuando él se disponía a realizar un reportaje especial del Parque Nacional Manuel Antonio; y desde hace casi cuatro años, acompaña a la audiencia del canal nuevamente desde la casa de Buen día, programa que relanzó en febrero del 2016, unas semanas después de haber asumido la dirección del espacio.

Esos años en canal 7 él los resume como un viaje; sin embargo, toda su carrera profesional ha sido un periplo con escala en varios medios del país, siendo Teletica su destino final.

De esa trayectoria, que en total suman las tres décadas, Salazar habló con Viva. Lo que le ha aportado la televisión, las altas luces de su vida profesional y algunos aspectos de su vida personal, fueron parte de la conversación que sostuvo el comunicador, de 48 años, con La Nación.

Usted tiene cerca de 16 años de trabajar para canal 7, ¿cómo resume este tiempo en pantalla?

Como un gran viaje. Es en realidad una experiencia que le agradezco a la vida y a quienes tuvieron que ver con que yo llegara a canal 7. Ha sido un viaje en el que he crecido mucho como periodista, pero sobre todo como ser humano, porque he conocido gente maravillosa que marcó mi vida profesional, gente que, en lo personal, se quedó conmigo porque representan a personas que quiero mucho y que respeto.

¿Cuál ha sido la fórmula para que, a pesar de tantos años de exposición, usted siga siendo una figura fresca frente a las cámaras?

Es que uno tiene que saber escoger dónde estar y en dónde aparecer. El hecho de que la gente te quiera y reciba bien en la casa no quiere decir que debés estar a todas horas, todos los días y en todo. Parte del secreto ha sido saber escoger dónde quiero estar y en qué momentos quiero aparecer. Otra cosa es ser uno mismo; siento que la gente me percibe como soy: un hombre sencillo y sin poses. Yo no construyo un personaje para salir en televisión, yo soy yo y creo que eso la gente lo valora y lo agradece. La oportunidad de asumir Buen día siento que, también, me ayudó con un relanzamiento.

¿Efectivamente percibió Buen día como un relanzamiento suyo?

Claro, total. Yo trabajé como 11 años en Telenoticias y de todo ese tiempo como ocho o nueve (años) los trabajé en la edición matutina y fue un reto muy importante, una oportunidad muy valiosa y una gran ventana, pero sí fue muy desgastante porque tenía un horario en el que me levantaba a las 3 a. m. todos los días de lunes a viernes. Entonces, cuando llegó la oportunidad de Buen día, yo estaba ya un poquito buscando qué hacer distinto dentro del mismo canal, porque lo quiero mucho y quiero estar ahí muchos años más.

¿La televisión fue su norte desde siempre?

Siempre me vi en un medio electrónico, pero la vida me fue llevando por la televisión y ya son como 30 años que tengo de ejercer el periodismo. Mi primer trabajo fue en (el desaparecido) canal 2 con Amelia Rueda, ahí estuve como seis años; luego estuve en Repretel como tres años; en una agencia de comunicación por ahí de un año y Radio Reloj como dos años más. Estando en la radio me llamó Édgar Silva para ofrecerme trabajo en Buen día y luego del proceso de selección volví a la tele.

¿Qué le ha dejado la televisión?

Muchas enseñanzas. En primer lugar la importancia de la humildad, de ser ubicado en esta tierra y de entender que la televisión ejerce una magia especial, esa de que usted sigue siendo usted fuera de cámaras. También me ha enseñado a ser agradecido con el cariño y la confianza de la gente que nos ve y a ser responsable con el mensaje que quiero dar y que quiero que perciban de mí. La televisión tiene cosas maravillosas, el cariño de la gente es algo que yo valoro muchísimo y que asumo con humildad. A veces cuando la gente es muy exitosa, y no digo que sea mi caso, como que se eleva un poco y pierde su piso, yo siempre me he preocupado mucho de que eso no ocurra.

Resuma tres acontecimientos memorables vividos durante este ‘tiempo al aire’.

Creo que el paso de Buen día a Telenoticias fue un hecho importante y una casualidad. Édgar (Silva, su primer jefe en canal 7) me mandó a hacer un reportaje de un aniversario del parque Manuel Antonio. Recuerdo que salimos un viernes, tenía que hacer una cobertura en Jacó antes y luego ir a Manuel Antonio (Quepos). Como a las 5 p. m. de ese día empezó a llover brutalmente mientras íbamos de Jacó a Quepos y empezamos a ver cosas que te indican que algo no iba bien: ramas y árboles caídos, filas de carros… Cuando llegamos a Quepos nos dimos cuenta que estaba ocurriendo una de las inundaciones más catastróficas del cantón y me tocó darle cobertura a la emergencia. Pasamos una semana metidos en Quepos. Después de eso, doña Pilar (Cisneros) me llamó un día y me planteó la posibilidad de pasarme al noticiero y era mi sueño de toda la vida y fue un hecho que marcó mi vida porque me permitió desarrollar la vena periodística de la noticia dura.

”Otra cosa fue el terremoto de Cinchona y también fue de pura casualidad. No me tocaba presentar ese día la edición del mediodía de Telenoticias pero Marcelo (Castro) había pedido libre y entonces me tocó presentar con doña Pilar. Nos agarró el terremoto en media edición y cuando yo estoy nervioso me da risa, entonces al principio yo me estaba riendo mucho y fue porque tenía miedo. Estaba muy asustado. Al final de cuentas, ese hecho me enseñó muchísimo porque yo me preguntaba cuántos periodistas de televisión tenían la oportunidad de estar en medio de un terremoto y seguir transmitiendo. Al día siguiente le dije a doña Pilar que quería que me mandara a cubrir el desastre, ella me entendió esa necesidad y me mandó. Estuve una semana en el sector de Sarapiquí (Heredia) con Natalia Romero.

”El tercer acontecimiento fue la oportunidad de volver a Buen día en el 2016 y de relanzar el producto televisivo y relanzarme yo.

¿Qué ha sido lo más retador que le ha planteado su carrera en televisión?

Toda la resistencia que hubo al principio en la primera etapa de Buen día (canal 7 relanzó la revista matutina en febrero del 2016 bajo la dirección de Salazar). Los primeros 10 meses fueron bien duros porque la gente estaba acostumbrada a una revista con un formato establecido y a las mismas personas que habían estado con ellos acompañándoles y llega un grupo nuevo con una propuesta distinta. Hubo mucha gente que reaccionó de una forma negativa y eso es difícil de enfrentar. Cometimos un par de errores al principio que hizo que nos criticaran de machistas, xenófobos, racistas y, si bien es cierto no era así, fue duro comenzar a ver esas críticas, algunas fundamentadas y otras no tanto. Fueron momentos duros, complicados, en los que yo dudé, incluso, de si haberme pasado a Buen día había sido la decisión tácticamente inteligente o algo precipitado que me estaba afectando.

¿En esa coyuntura se planteó la posibilidad de salirse o dejar la televisión?

De irme de la tele no, de retirarme tampoco. Cuando yo asumo algo lo llevo para adelante. Cuando a mí me ofrecen Buen día lo pensé bien y tomé la decisión convencido, pero en ese momento lo que me decía era en qué me había metido.

¿Cómo está Buen día hoy?

Muy bien. El programa no solo está muy fortalecido sino que el nivel de audiencia se ha consolidado más, y con esto hay que tener cuidado porque audiencia o rating no significa calidad y eso lo tengo claro. No necesariamente el programa más visto es el mejor programa, eso lo tengo clarísimo, y se lo digo a los muchachos todos los días. Nosotros procuramos hacer un programa que tenga buena audiencia pero también que tenga buen contenido, un programa que a nosotros nos satisfaga como periodistas y que a la gente le sirva. Esa es la fórmula.

¿Qué le ha permitido hacer Buen día, personalmente, que anteriormente no podía hacer en Telenoticias?

Tener una vida más parecida a la normal y similar a la de mucha gente. Un horario como el de Telenoticias, que fue una etapa muy rica que agradezco, no me permitía muchas cosas, ahora tengo un horario más manejable que me permite entrenar para una maratón todas las mañanas y llegar luego al canal. Me permite poder salir por las tardes a tomarme un café, tener una vida social, ir al cine y comer. Tener un horario donde puedo disponer más de mis cosas. Buen día le dio a mi vida mayor libertad y a los casi 50 años (tengo 48) me dio la oportunidad de poderme replantear muchas cosas como persona. Hace tres años dije que quería volver a correr porque antes lo hacía pero lo había dejado por mi horario complicado y lo hice. El año pasado hice la maratón de Chicago, este año haré la de Berlín, quiero hacer un triatlón el otro año… Esas cosas que son objetivos que a mucha gente le parecerán insignificantes, para mí tienen mucho significado porque es algo que a mi me gusta, que quiero y que me ayuda a tener una vida mejor.

¿Qué bríos tiene su vida hoy?

Todos. No le digo que a mis casi 50 años quiero hacer un triatlón. Ese va a hacer mi regalo de los 50.

¿Cómo ha hecho para lograr ese balance entre su vida privada y pública a pesar de tantos años en la televisión?

La clave está en qué tanto dejás que la gente vea de tu vida. Es que la vida privada de las personas es algo que compartís con tu círculo más cercano, y yo no quiero abrir ese portillo tan grande porque hacerlo, es permitirle a la gente que pase y me vea, y ya luego tengo que aceptar que se metan en cosas que a mí no me gustan que vean. Entonces he entendido que la clave es cuánto deja usted que la gente se asome por la ventana suya y cuánto muestra usted de su vida por esa ventana. He tenido la capacidad de mantener ese balance de que la gente me conozca sin ir más allá.

¿A qué aspira ahora usted en sus facetas profesional y personal?

Me gustaría quedarme algunos años más en Buen día. De momento me siento pleno y tranquilo. Buen día sigue siendo un reto diario de constancia y disciplina. Quiero seguirme sintiendo ilusionado con el proyecto y subir el siguiente escalón que es consolidarlo más y hacer más cosas con el programa, como que más marcas comerciales nos apoyaran para visitar a más comunidades. Por el lado personal, quiero que el programa siga siendo retador para mí como periodista y que me siga ilusionando a levantarme todos los días para ir a trabajar.

¿Hay algún otro proyecto que le gustaría cumplir en televisión?

Me gusta cocinar, no soy profesional, no tengo técnica, nunca he llevado un curso y lo que he aprendido ha sido viendo, pero me gusta la cocina y me encantaría un formato de programa que me permitiera cocinar con público en vivo y con invitados a los que podamos conocer mientras cocinamos. Sé que esto existe, que se hace en otros países, pero me gustaría eso. Es que creo que alrededor de la cocina pasan tantas cosas, se tejen tantos comentarios… La gente resuelve el mundo alrededor de la cocina.

¿Qué palabra resume integralmente a Randall Salazar?

Pasión. Soy una persona apasionada . Hacer las cosas con pasión conlleva a cosas adicionales. Cuando uno asume las cosas con pasión es porque cree en ello y porque está dispuesto a dar su mejor esfuerzo. La pasión ha sido un elemento importante en mi vida.