Shaggy –el más miedoso de los miedosos– se convierte en un monstruo gigantesco de pisadas fuertes y gruñidos espeluznantes. La inesperada transformación le ocurre en Tokio, en una de las nuevas aventuras de Scooby-Doo , o mejor dicho en uno de los episodios de ¿Qué hay de nuevo Scooby-Doo?
Shaggy todas las noches se transforma en aquella criatura abominable que, irónicamente, termina espantando a sus mejores amigos: Vilma, Daphne, Fred y el famoso perro gran danés Scooby-Doo, quienes se supone que deberían estar curados contra el temor.
Sin embargo, a pesar de su tiempo de experiencia en toparse a villanos disfrazados con los disfraces más insospechados, estos adolescentes y su socio canino siguen teniendo miedo (y en grandes proporciones). Eso parece ser secundario, pues además siguen ansiosos por resolver misterios, por seguir pistas y detener a los villanos que, por cierto, cada vez son más malignos.
Además de volver a la normalidad a Shaggy, deberán enfrentarse a personajes en casas embrujadas, macabras plantaciones de maíz, sospechosos laboratorios científicos y parques endemoniados. En las nuevas misiones se toparán con un dragón en Escocia, una momia en Egipto, un gusano de arena en México, un temido vampiro en Transilvania, un centauro en Grecia y un demonio con aletas en la Antártida.
Para acabar uno a uno con ellos, los muchachos echarán mano de los artilugios tecnológicos que les permitan develar las motivaciones que se esconden detrás de cada espanto. Curiosamente el equipo mantiene sus atuendos originales y aún viaja en la florida camioneta Máquina del Misterio, tal y como lo hacía en 1969, cuando la serie animada llegó por vez primera a la pantalla chica. Ahora, en el siglo XXI, esta es la novena encarnación de Scooby y compañía.