Las luces y sombras de Patricia Figueroa

Presentadora de Repretel repasó con ‘Viva’ sus casi 25 años de carrera en la pantalla local, una trayectoria que gestó lejos de su natal Perú y que la ha consagrado como uno de los rostros más populares de la televisión costarricense.

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Frente a las cámaras y tras ellas Patricia Figueroa irradia felicidad y simpatía, pero el rostro risueño de la principal figura de Repretel se apaga cuando alguna situación aqueja a sus seres queridos o cuando habla de su primera hija, Tamara, quien falleció apenas siete días después de nacida.

Cuando la presentadora de Giros se refiere a ese capítulo de su vida –el más triste experimentado hasta ahora– respira profundo, dirige su mirada a un punto incierto y pierde el brillo que, comunmente, irradian sus ojos.

Figueroa se refirió al episodio que enlutó a su familia hace más de dos décadas durante una extensa entrevista que sostuvo con Viva, una conversación en la que habló de las luces y sombras de su extensa trayectoria en la televisión nacional (próxima a cumplir 25 años) y en la que también ofreció pinceladas de su vida personal.

Esta es parte de la conversación con la empresaria gastronómica (es propietaria de los restaurantes La Cebichería y Chancay) y de belleza (recientemente abrió en Pavas el salón y spa Look).

¿Cómo resume casi 25 años de carrera en la televisión local?

Como toda una aventura que me ha llenado de alegrías y de muchos logros a nivel personal, pero sobre todo de mucha satisfacción porque he podido realizarme en algo que he disfrutado y que me ha permitido tener contacto con tanta gente, que es lo más lindo que puede tener uno cuando se desarrolla en un medio de comunicación.

Esa aventura la gestó fuera de su país natal. ¿Cómo fue abrirse trillo en Costa Rica?

Estudié mi carrera (Ciencias de la Comunicación, Publicidad y Relaciones Públicas) en el Perú. Cuando vine aquí prácticamente no conocía a nadie, solo a mi esposo y a muy poquita gente. Al año de estar aquí empecé a trabajar en el Departamento de Mercadeo de canal 7, estuve ahí como dos años y pico; luego renuncié porque quería poner un negocio propio de gastronomía peruana y mientras atendía ese proyecto y trabajaba con mi mamá en una empresa de uniformes, me llamaron para presentar noticias en NC4. Nunca había hecho nada igual, hice el casting y me contrataron. Tiempo después quedé embarazada, salí de Canal 4 para dedicarme al embarazo y tras el nacimiento de mi hija Estefanía y un viaje que hicimos a Miami me encontré con directivos de Repretel que me ofrecieron incorporarme a una revista (Aló qué tal) y ya pasaron 21 años desde aquello.

Entonces de cierta forma llegó a la televisión por casualidad...

Pura casualidad. Digo que son Diosidencias porque nunca fue nada buscado. Prácticamente el primer trabajo (en canal 7) fue porque sabían que yo había estudiado eso y teníamos cierta relación con los Picado (propietarios de Teletica) y me ofrecieron ese trabajo. Pero después fue mera coincidencia porque en un restaurante Ignacio Santos fue el que me dijo que si quería presentar noticias (NC4) y con Repretel el ofrecimiento fue fuera del país. Fueron oportunidades que se dan en la vida y que uno las toma.

Durante estos años ha participado en distintos proyectos, ¿cómo siente que ha sido su relación con la audiencia en este tiempo?

Han sido públicos muy diferentes. La plataforma de las noticias (NC4 y Noticias Repretel) fue una oportunidad espectacular que me dio mucha seriedad y mucha credibilidad que en este medio es muy importante. Luego en la revista Giros viene otro tema que es ser más uno, donde se comparte de una manera diferente y que si bien es cierto hay mucho entretenimiento también hay mucha información y es, precisamente, en la revista donde se suma el factor de si se le cae bien a la audiencia, de si se gusta o no la manera en que se entrevista, en cómo maneja a los invitados o en cómo se relaciona. Entonces es difícil determinar cómo ha sido esa relación porque los dos públicos son importantes, pero a la misma vez muy diferentes.

¿Pero sí siente que hay una relación sana entre la audiencia y usted, y viceversa?

Creo que tengo una relación muy linda con las señoras amas de casa, que son el fuerte de público de nuestro programa Giros. Me siento muy cómoda con ellas y les agradezco todos los comentarios y muestras de cariño.

En la era de redes sociales todos somos blanco de críticas, ¿cómo asume usted los comentarios de sus detractores?

Uno las procesa de una manera muy distinta: los respeto porque todos tienen opiniones totalmente diferentes en cuanto a un trabajo o una persona, pero con la consideración de que a veces es difícil emitir un criterio de alguien si realmente no la has tratado. Todo el mundo tiene derecho de tener una apreciación diferente sobre algo o alguien, pero yo construyo a partir de lo que leo y que me pueda ser válido; lo otro nada más se desecha, pero sin resentimiento ni dolor de panza.

Repretel ha sido su casa y usted un referente de esa televisora. ¿Qué representa para usted esa empresa?

21 años no cumplen todos los días en una sola casa. Cuando pronuncio eso (21 años) me cuesta digerirlo porque es casi la edad de Estefanía (su hija). Amo la empresa y le tengo una lealtad fuertísima, ha sido mi casa y yo he sido una figura de ellos por años. Siempre he respetado mi trabajo y lo he tratado de hacer con excelencia. Repretel y yo hemos sido cómplices porque también hemos crecido juntos: el Repretel donde empecé a trabajar no es ni la sombra de lo que es ahora.

¿Qué implica para usted ser figura estelar de ese canal?

Nunca me he puesto a pensar en esto, pero sí, si yo dijera que voy a hacer una cosa diferente en medios de comunicación tengo el sello de Repretel en la frente, pero me enorgullezco y me siento plena con el trabajo que he hecho y en los programas en los que me he desarrollado que prácticamente son revistas y noticias. Quizá nunca he estado tampoco motivada al cambio porque estamos en un medio pequeño, ahora gracias a Dios está creciendo con otras oportunidades.

¿Qué ventajas le da ser una figura ícono de televisora?

Sentirme muy querida y con mayor confianza en muchas cosas, pero hay que ubicarnos, uno es parte de una empresa, sos un empleado y lo que le toca a uno es cumplir con su trabajo y hacerlo con la mayor excelencia como nos toca a cualquiera en donde nos desarrollemos. Me siento plenamente en casa cuando entro y camino los pasillos por la mañana.

¿Ha sido tentada con alguna oferta en otro medio?

No, ni tampoco nunca lo busqué. Hubo ahí algunas cosillas de cambio, pero estaba concentrada en los negocios de la familia y trabajando duro. El canal ha sido siempre muy importante para mí porque disfruto mucho lo que hago pero también porque te abre una ventana importante al público y eso es un plus para lo que hagás fuera, en la calle.

Varios proyectos televisivos en Repretel iniciaron con usted, Giros entre ellos ¿Qué siente de ver tan consolidado un proyecto al que usted vio nacer y crecer y del cual sigue siendo parte?

Me siento feliz y realizada, no puedo sentirme menos que eso porque el programa ha cambiado, ha evolucionado, ha dado giros diferentes hasta ser lo que es hoy. Giros es un programa con gran posicionamiento al que la gente le tiene gran cariño.

El placer de ser parte de Giros usted lo transmite en pantalla. ¿En todos los proyectos en los que ha estado ha sentido la misma satisfacción?

Tuve una experiencia una vez justamente cuando terminé el ciclo de Aló qué tal. En aquel momento el canal me pide que me quede, que no me vaya a otro canal porque venía un proyecto muy bonito de concursos. Pasaron unos meses mientras construían ese proyecto (Justos por pecadores) y cuando nace no era lo que yo pensaba. No es por criticar el proyecto, es que todos nos ajustamos a un concepto y ese proyecto era como las animadoras muy ‘sexapilosas’, mostrando mucho y con mucho humor y chiste, y yo la verdad soy cero en ese sentido. Me sentía muy comprometida con el canal entonces grabé como tres o cuatro programas, no recuerdo porque no estaba tan feliz. Después del segundo programa yo empecé a llorar y llorar. ¡Hasta pensé en renunciar! No había manera que me identificara con ese concepto!

¿Qué le chocaba?

Esa parte de verme demasiado expuesta como mujer no me gustaba. No estoy criticando a las que sí les gusta, pero no era algo que se adaptara ni a mi imagen ni a mi personalidad.

¿Le falta algo por hacer en la televisión?

No sé si ya tenga tiempo, ni si se dé la oportunidad, pero siempre me ha parecido espectacular y he tenido el gusanillo por un programa de entrevistas a profundidad con personajes. Me fascina entrevistar.

Con los años usted ha ido adquiriendo mayores responsabilidades como empresaria. ¿Eso la ha llevado a plantearse el tema de su retiro de los medios para dedicarse a sus negocios?

Es una pregunta que uno se hace de vez en cuando, pero sigo disfrutando tremendamente esto que hago y vieras que mientras más viejo se hace uno, esto se disfruta más plenamente.

En Giros siempre se le ve jovial, risueña y simpática. ¿Qué queda de Patricia cuando las cámaras del programa se apagan?

Todo. Soy la misma, quizá un poco más jacarandosa con los amigos, pero soy la misma. Esa soy yo. Soy una mujer a la que le encanta estar bien, conversar con la gente, ser jovial, disfrutar, aprender de las personas jóvenes… Siempre estoy feliz y trato de no enojarme.

¿Qué la doblega o le roba la paz?

Hoy por hoy muy pocas cosas. Quizá la tristeza de mi hija por alguna situación, algún problema de salud de mi familia o de alguien a quien ame.

¿Cuál ha sido el mayor dolor al que le has tenido que poner el pecho?

La muerte de la primera hija que tuve, Tamara; nada se le parece. Tamara nació, el embarazo venía bien. Fue cesárea. La gorda venía con un problema de corazón que no se pudo detectar antes y tuvo el primer infarto recién nacida, se le reventó un pulmón a las pocas horas, lograron contenerla, pero entre el sexto y sétimo día tuvo otro infarto y no hubo manera. Fue un ángel pasajero que Diosito nos dio en el hogar. Pasó hospitalizada los siete días de vida que tuvo. Digo que siempre nos ha estado cuidando desde el cielo, pero el dolor de perder a mi hija ha sido el más grande que he podido experimentar.

¿Cómo se sobrepuso a eso?

Solo Dios y solo la fe. Muchas veces me he puesto a pensar en cómo hará la gente que no cree, pero para mí el ancla más grande fue descansar en el Señor, poner mi dolor sobre Él y confiar en que las cosas iban, de alguna manera, a menguar de cómo yo me podía sentir en el principio. Porque perdí a mi bebé y el matrimonio no es que se desestabilizó pero mi marido se hizo añicos y de repente los hombres, siento yo, que les resulta más difícil superar situaciones así de tanto dolor (…). Esa bebé que tocaste con tus brazos, que besaste y que amaste desde el día uno que estaba en la pancita sigue en tu corazón y está en el cielo. Ahí nos está esperando.

Está a semanas de llegar a los 50 años (los cumple el 21 de junio). ¿Cómo llega a esa edad?

Feliz. Me siento plena y eso me encanta. Me siento bien, contenta con mi familia, satisfecha en mi matrimonio, con mi hija Estefanía y con lo que ella ha venido construyendo (estudia Derecho en la Universidad de Costa Rica) y eso lo llena a uno de muchísima felicidad. Le pido a Dios que tenga misericordia conmigo para que pueda seguir disfrutando de mi vida, y para que mi familia siga construyéndose: que pueda tener nietos y seguir adelante y emprendiendo porque es otro de los gusanitos que son parte de nosotros.