Inspector Gadget: con la lupa en el futuro

Imaginar cómo será el futuro ha sido una de las grandes inquietudes de la humanidad. Treinta años después de que se emitió la serie, muchos de los avances se convirtieron en una realidad

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Este no es el futuro que nos prometieron Los Supersónicos , Terminator , Viaje a las estrellas o el célebre filme Volver al futuro . Aún no hay autos voladores, robots por doquier con intenciones de destruir a la humanidad, teletransportación ni patinetas con levitación cuántica.

Quienes sí acertaron fueron los visionarios creadores de Inspector Gadget : Bruno Bianchi, Jean Chalopin y Andy Heward.

Hoy, 30 años después de que se emitió el primer episodio del policía biónico, las gadgets que sorprendieron e hicieron volar la imaginación de sus seguidores, se comercializan al detalle.

La realidad de este 2013 es bastante parecida a las simpáticas escenas que hicieron memorable la serie. ¿Quién no ha usado un celular o un dispositivo de GPS para salir de algún apuro?

Pablo Fonseca, el bloguero detrás de Cazador de software , define gadget como “cualquier dispositivo tecnológico de un tamaño pequeño, que puede ser manipulado con facilidad. ¡Como los que tenía el Inspector Gadget! Los celulares, las tabletas, los relojes inteligentes, calculadoras de bolsillo, todo lo que sea manejable de esa manera es un gadget” .

Aquel alto y flaco inspector que nació en la pantalla chica en setiembre de 1983 era un tipo bastante despistado e ingenuo, pero con envidiable determinación y seguridad en sí mismo.

Era la más nueva ficha en el departamento policial de Metrocity. Para cumplir con las misiones que le asignaba el jefe Quimby, por medio de los famosos mensajes autodestructibles, Gadget se valía de su instinto, la astucia que creía tener y, sobre todo, de los artefactos electrónicos cargaba bajo la gabardina y los que saltaban de su sombrero a modo de navaja suiza.

“No sé cómo lo ha conseguido, Gadget, pero buen trabajo”, decía el comisario luego de cada hazaña. El inspector, orgulloso, aceptaba los reconocimientos sin imaginar siquiera que la mente maestra detrás de su éxito era su sobrina Penny, ayudada por el perro Sabiondo.

La niña cargaba siempre un libro electrónico que bien podría jactarse de ser el predecesor de las tabletas que hoy conocemos. Dentro de sus páginas, Penny tenía un teclado, pantallas e, incluso, un puerto similar al de USB para conectar esta especie de ordenador con una máquina de escribir.

“Lo que interesante es que 1983 es también el año en que, según una grabación recientemente descubierta, un joven llamado Steve Jobs habló sobre algunas de las cosas que a Apple le gustaría desarrollar en el futuro y terminaron por predecir varios desarrollos modernos, como el wifi, la tienda de iTunes y, por supuesto, el iPad. De hecho, mencionó las palabras ‘queremos poner una gran computadora en un libro que se puede llevar con usted’”, detalla el sitio Craked.com .

Aunque Jobs dio esa charla algunos meses antes de que la serie estuviera al aire, la visión de los creadores de Inspector Gadget se adelantó 27 años a la creación y comercialización del iPad.

Aquel libro que primero existió en la ficción de los dibujos animados tenía además la capacidad de activar otros dispositivos sin siquiera estar conectado a ellos. Esto es lo que hoy llamamos wireless .

Este curioso libro también es visualmente comparable con una de las primeras laptops de la historia, la Toshiba T1100, lanzada en 1985.

A través de su libro, Penny podía acceder a inmensas bases de datos para buscar información en segundos y así ayudar a su tío a combatir el crimen.

Cuando esta serie se comenzó a transmitir, Larry Page y Sergey Brin, los creadores de Google, eran apenas unos niños de 10 años. El buscador que revolucionó al mundo de la Internet se puso en marcha una década y media después.

El aparato, que entonces podía considerarse tecnología de punta, también le permitía a Penny utilizar lo que ahora se conoce como servicios de geolocalización. La chica podía ver dentro de su libro algo muy similar a Google Earth para revisar la trayectoria de un objetivo, podía ver una interfaz parecida a Google Maps y, además, tenía un GPS integrado para llegar a los más exóticos destinos.

Penny mantenía estrecha comunicación con su cómplice, Sabiondo, quien siempre debía arriesgarse para mantener a salvo a Gadget. Para estar al tanto de cada nueva ocurrencia de su tío, ella usaba un reloj inteligente de muñeca, concepto muy similar al producto que recién sacudió el mercado de la tecnología: el Samsung Galaxy Gear.

Sabiondo se valía de un aparato de comunicación sin cables para escuchar las llamadas de Penny, algo así como un incipiente bluetooth .

En la acera contraria, el malvado Dr. Claw no se quedaba atrás. Él era un fiel adepto de las videollamadas a través de su computadora de escritorio, al mejor estilo de Skype, para planear matráfulas contra Gadget junto con los agentes de M.A.D.

Inexplicablemente, también podría ver, desde su PC, cada uno de los movimientos del inspector, como si tuviese una red de cámaras de vigilancia por doquier.

Un contrasentido. Pese a su cuerpo mitad robot y mitad humano y a su icónico nombre, Gadget era, en realidad, el menos tecnológico de la serie.

De su sombrero salía una serie de artefactos útiles, pero mucho menos avanzados que los de su sobrina y Sabiondo, y que hacían juego a la perfección con su absoluta torpeza. Sus artilugios iban desde una gabardina inflable, hasta un foco, una lupa, un mazo o unas ruedas de patines.

Sin embargo, Gadget hacía gala, en cada episodio, de un dispositivo que compite en ingenio con el zapatófono del Súper Agente 86: el gadgetófono, guante de cuyo dedo pulgar salía una antena telefónica para comunicarse con su jefe.

Aunque pueda parecer cómico, esto ya existe. Una compañía italiana llamada Hi-Fun comercializa el guante Hi-Call , que se puede conectar mediante bluetooth con los aparatos de Apple.

Aquel recordado inspector también tenía unos binoculares que poseen alguna semejanza externa con los Google Glasses. “Es en alguna medida sorprendente que no hubiera lentes de computadora portátiles en Inspector Gadget al estilo del esperado Google Glass. Pero los gadgetobinoculares le cubrían los ojos y lo hacían ver tan ridículo como a los empleados de Google”, describe el sitio de la revista Vanity Fair .

En el episodio El reemplazo de Gadget , el ingenuo policía de Metrocity fue reemplazado por la Computadora del Crimen, la cual respondía a los comandos de voz del comandante Quimby, algo que hoy ya no resulta tan sorprendente gracias a asistentes de voz como Siri o el S Voice, de Samsung.

Lo cierto es que, independientemente de lo desarrollada que pareciera entonces la serie o lo retrasado que pueda estar el mundo real, hay una verdad que desde 1983 comenzaba a calar desde la ciencia ficción: la brecha tecnológica. Penny era una nativa digital; su tío, un torpe al que la tecnología lo convertía en una amenaza andante.