En 1990 (¡cómo pasa el tiempo!), Martin Scorsese llevó a la pantalla grande una de las mejores películas de gángsters de todos los tiempos: Goodfellas (Buenos muchachos).
Notable por muchos aspectos, uno de ellos es que trata acerca de un soplón (“rata” en la jerga mafiosa) que vivió para contar el cuento: Henry Hill.
Interpretado por Ray Liotta , Hill cantó “sin guitarra” para salvarse de dormir con los peces, como les estaba pasando a muchos de sus amigotes.
En tal circunstancia límite, no dudó en llevarse en banda a su maestro, Jimmy The Gent Burke (encarnado en esa cinta por Robert de Niro) y lo delató. Eventualmente, Burke moriría en la cárcel.
Un asesino sin piedad, a Burke no lo pudieron agarrar por el asalto a Lufthansa, en el JFK de Nueva York, en 1978; pero, como le pasó a Al Capone fue a la cárcel por otra causa.
En la temporada 1978-1979 del baloncesto universitario de los Estados Unidos, a Hill , Burke y demás compiches vieron la oportunidad de ganar dinero amañando resultados del quinteto del Boston Collegue.
No se apostaba si tal o cual ganaba; esta consistía en arreglar la diferencia de puntos por las que ganaría el BC.
Por esa razón a este amaño se le conoce como el point-shaving scandal (modismo que alude a la rasurada o recorte de los marcadores).
Tres promesas de ese equipo cayeron en las redes de ese juego sucio; cuando todo se destapó, solo uno de ellos – Rick Kuhn – fue encontrado culpable, junto con otros cuatro mafiosos.
Playing for the Mob habla con todos los involucrados en este escándalo de arreglo de partidos.
También ofrece una crítica acerca del ejercicio del periodismo , el uso de fuentes anónimas y cómo la publicación de inexactitudes puede perjudicar a inocentes que quedan indefensos ante el poder de los medios.
El documental es primo cercano de la película de Scorsese ; por eso, lo narra el propio Ray Liotta y se apoya con tomas de la misma Goodfellas .
Documental. Lunes 23. ESPN. 8:30 p. m.
La parábola del hablador
Enseña el refrán: “Cae más rápido cae un hablador que un cojo”. En el boxeo es muy fácil corroborarlo. Ricardo Mayorga lo sufrió en carne propia; para su mayor INRI, Óscar de la Hoya fue su “instructor”.
Le decían “el Matador” porque su pegada era descomunal..., como su incontinencia verbal: el adversario de Mayorga era quedaba expuesto a toda clase de insultos, que iban desde las dudas de la virilidad de su rival hasta cuestionamientos acerca de las virtudes de la familia del rival.
Mayorga adoptó el papel del “malo”, algo común en el box; pero, su descuidado modo de vida cuidados no le ayudó a respaldar con golpes sus desplantes.
Una de sus mayores víctimas, fue Óscar de la Hoya. Cuando se vieron en el “ring”, el “Golden Boy” le dejó en claro su molestia por la verborrea. ¿Cómo lo hizo? Lo verá este domingo 22, por Fox Sports 2, a partir de las 10 p. m.
DOM. 22. 10:00 P. M. FoxSports 2