Este domingo 1.° es el domingo de todos los domingos en los Estados Unidos: se juega el Super Bowl de la NFL; en otras palabras, la final del fútbol americano. Este día, sencillamente, se paraliza Estados Unidos.
No hay nada que se le compare: es el espectáculo cultural, deportivo, gastronómico, publicitario y deportivo en la tierra del Tío Sam.
El fútbol americano es el deporte nacional estadounidense. Las otras ligas de los otros tres grandes deportes profesionales de los Estados Unidos (NBA, NHL o MLB) están a la zaga.
Ojo: los equipos de fútbol americano juegan 16 partidos en su temporada regular; en contraste, las novenas de las Grandes Ligas disputan 162 encuentros a lo largo de su campaña; aún así, la NFL arrolla con su juego final.
Tan mágico es el Super Bowl que es el único programa en el cual los televidentes no se levantan de sus asientos durante los anuncios, pues estos son parte fundamental del show.
Es que el Super Bowl es un asunto de la televisión: desde 1990, la audiencia no baja de 80 millones de televidentes y el año pasado alcanzó el récord de 111,3 millones de personas que vieron a los Seahawks de Seattle (que repiten este año) vencer a los Broncos de Denver.
Además –gracias a la tele y al streaming – este duelo cumbre no se circunscribe a los Estados Unidos: por lo menos desde hace 30 años captura la atención más allá de sus fronteras.
Este año, de acuerdo con la cadena ESPN, el Super Bowl XLIX será seguido en 170 países y 25 idiomas distintos.
Como de todo hay en la viña del Señor, la Asociación Americana del Juego calcula que los estadounidenses gastarán casi $4 millones en apuestas ilegales. Todos quieren sacar alguito de este superdomingo.
En lo estrictamente deportivo, los Seahawks buscarán este domingo 1.° ser el primer equipo en una década en alcanzar el bicampeonato.
Los últimos en lograrlo fueron, precisamente, los Patriotas, que buscan su cuarto título de la NFL y el primero desde el 2005 (Super Bowl XXXIX). 1
Véalo. Super Bowl. Domingo 1.°. ESPN. 4:00 p. m.
Los juegos de Guardiola
A Pep Guardiola le gustan los juegos mentales con respecto a su futuro: manda señales veladas acerca de lo que hará, no se deja chantajear por los plazos, no dice no, tampoco dice sí y deja que la incertidumbre anide en el espíritu de sus patronos.
El contrato de Guardiola con el Bayern Múnich finaliza en junio del 2016 y el presidente del gigante bávaro, Karl-Heinz Rummenigge, ya dio muestras claras de que desea mantener a su técnico, pero...
En un acto reciente con aficionados muniqueses, el estratega catalán se declaró feliz de haber entrenado y que su estancia en Múnich fue un sueño hecho realidad (nótese el uso del tiempo pasado). Además, dijo que no había prisa para hablar de una renovación..., como pasó en su momento cuando dejó su cargo en el F. C. Barcelona.
Mientras Pep deshoja la margarita, el Bayern Múnich recibirá al Shalke 04 este martes 3.
Martes 3. 12:55 P. M. ESPN