El ingeniero que ganó en ‘La dulce vida’ tras imitar a presidentes, figuras deportivas y caricaturas

El cuarto programa, que se transmite por Repretel, estuvo repleto de originalidad y gracia, sin embargo, fue Sebastián López, de 21 años, quien destacó por su versatilidad.

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Imitaciones en inglés y español, unas más serias y otras más cómicas, pero todas con una chispa de fisga coronaron a Sebastián Lopéz, de 21 años, como ganador del cuarto programa de La dulce vida, transmitido por canal 6 de Repretel.

El herediano compitió con el cuenta chistes William Mora, con Steven Salas (en la categoría de personaje) y con Kevin Calderón (quien presentó su show de Stand up Comedy). Sin embargo, su versátil trabajo fue reconocido por los jueces y por las risas y palmas del público que gozó tanta variedad expuesta en cuatro minutos.

Su noche

Las personas presentes en Plaza Tempo se carcajearon cuando Sebastián empezó a imitar a los ratones Pinky y Cerebro, a Micky Mouse y hasta varios de los personajes más icónicos de la película Madagascar. Las risas se extendieron cuando el muchacho empezó a emular las voces de figuras deportivas como Mario McGregor, su exactitud emocionó a los asistentes, quienes tuvieron un flashback hasta el mundial de Brasil 2014, en el que Costa Rica se destacó.

Las risas volvieron cuando en las imitaciones aparecieron el técnico portugués Guilherme Farinha y luego Mauricio ‘El Chunche’ Montero.

El último bloque de su presentación, Sebastián lo dedicó a la política nacional e internacional. Parte de las líneas de uno de los discursos del mandatario estadounidense Donald Trump fueron puestas en escena por el imitador. Llegaron aplausos y luego asombro, pues una voz idéntica a la del presidente de la República, Carlos Alvarado, se escuchó en el recinto.

Sebastián imita a más de 70 personajes. Desde muy pequeño descubrió la habilidad cuando copiaba la voz y gestos de sus tías o de alguna figura conocida de su comunidad. Fue hasta los 10 años cuando en radio escuchó Pelando el Ojo y cayó en cuenta de que lo que él hacía tenía un nombre y que había quienes se ganaban la vida haciéndolo. El tiempo pasó y continuó puliendo y sacando nuevas imitaciones.

Al inicio tenía un poco de pena de exponer lo que sabía hacer, paulatinamente “se soltó” y empezó a presentar sus imitaciones en actos cívicos de su colegio o en otros centros educativos a los que le invitaban.

Cuando conocían su trabajo, muchos le invitaban a presentarse en actividades o fiestas familiares y desde entonces su popularidad y su banco de imitaciones han crecido.

“Mis papás siempre me han apoyado. Uno aprende a meterse en el personaje para no sentir pena. Hace como dos o tres años hago humor de manera más formal. Me presento en fiestas y voy ahorrando para mis gastos”, contó Sebastián, quien estudia Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Costa Rica.

El joven humorista siente gran pasión por la ingeniería, mas el humor ha sido un área en la que quisiera ejercer más constantemente alternando con sus estudios.

“Mi sueño es trabajar haciendo imitaciones”, dice.

Sebastián vio en La dulce vida la oportunidad de exponer masivamente su talento. Ganar fue una sorpresa, pues aunque sabía que su rutina era buena, la practicó tantas veces que los personajes ya no le resultaban tan asombrosos. “Entre tanto cálculo, pensé que ya no iba a gustar”, agregó Sebastián, quien participa por primera vez en un programa de humor.

Tras su triunfo en el programa que busca al mejor humorista de Costa Rica, Sebastián envía un mensaje a personas jóvenes que están intentando destacar en distintas áreas.

“No hay que desmotivarse. A veces se cierran las puertas y uno se siente triste, pero eso tiene que dar más ganas de demostrar que uno sí puede hacerlo bien”.

Aún hay oportunidad

Aunque Sebastián recibió la puntuación más alta de la noche, los demás participantes continúan en competencia. Sus puntuaciones irán a una tabla global en la que también se colocarán los puntos que obtengan los concursantes de las siguientes semanas, esa será la dinámica hasta llegar a semifinales, donde se revisarán los puntajes de la tabla para elegir a los semifinalistas de cada categoría, luego al ganador según modalidad y finalmente de esos cuatro ganadores saldrá el nuevo “mejor humorista de Costa Rica".