Las transformaciones de género, las canciones interpretadas por cada participante y la variada escenografía que se apreció en cada gala de esta cuarta temporada de Tu cara me suena, se planearon desde reuniones semanales previas en las que un grupo interdisciplinario decidió qué poner en pantalla.
Entre ellos figuran Paula Picado, vicepresidenta corporativa de Televisora de Costa Rica y directora de Teletica Formatos; Ricardo Cervantes, gerente de producción y operaciones; Carlos Amador, jefe de producción de Teletica; Ana Ulate, asesora externa de formatos y Vivian Peraza, productora de Tu cara me suena y Dancing with the Stars.
Vivian Peraza es una importante pieza en el engranaje que permite que el brillo y las risas lleguen por temporadas, los domingos por las noches, a la audiencia. Ella es quien se encarga de ejecutar todo lo que se acuerda en esa reunión, que procura asegurar la calidad del producto y el buen desempeño de los participantes.
Cuando el camino está trazado, es Vivian, de 31 años, quien trabaja, con un equipo a su cargo, para que el resultado “salga maravilloso”, según Ricardo Cervantes.
“En reuniones hablamos de lo que se va a cantar. Si se hace un especial. Es la cosa más macro, luego de que el camino se define, ella hace que en una semana estos participantes salgan y den un espectáculo maravilloso, tiene que hacer que la utilería esté perfecta, tiene que supervisar todos esos procesos. Estar al tanto de la parte periodística, si van a haber efectos especiales, esto hace que lo que está en papel se vea en pantalla. Es una ejecución llena de cuidados y detalles ”, agregó Cervantes, quien suma más de 15 años en Teletica.
Inicios y perseverancia
Vivian ingresó a Teletica hace más de nueve años a hacer su práctica profesional, a la vez estudiaba y trabajaba en planillas en una cooperativa; sin embargo, buscó la opción de aprender sobre producción porque una agencia no la seducía, por ello, llegaba todos los días a las 5 p. m. al canal para trabajar como asistente.
“Cuando a uno la vida no le regala todo, es mejor. Uno aprende a valorar todo, ver lo que costó. Es importante estudiar. A pesar de limitaciones siempre se puede. Si no hay plata, se trabaja”, reflexiona.
Su desempeño la hizo ascender y fue contratada. Trabajó como asistente de producción por algún tiempo y participó en proyectos como Quién quiere ser millonario y Bailando por un sueño 3. Luego produjo Ojo con la pared. Desde hace seis años se vinculó con la producción de Dancing with the Stars (ha hecho todos, excepto el 3) y seguidamente con Tu cara me suena. Esa seguidilla de oportunidades fueron su trampolín para asumir su desafiante trabajo con ímpetu.
Hace dos años ella y Ricardo Cervantes eran coordinadores de todos los formatos de Teletica; luego Peraza solicitó trabajar únicamente con DWTS y TCMS.
“Levanté mi mano y dije que solo quería producir estos productos porque son grandes y requieren mucha cabeza. Me devolvieron a productora 100% y Ricardo ahora es gerente de producción y operaciones”, recuerda la vecina de San Sebastián.
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Consultada sobre la responsabilidad de tener en sus manos la ejecución de dos de los proyectos estrella de Teletica, Vivian dice que se siente muy bien por la confianza otorgada y que esta experiencia la traduce en la palabra “gratitud”.
“Siempre siento gratitud. Yo produzco esto porque el público lo ve. Puedo hacer megagalas, pero si no tengo audiencia, no tengo nada. Me siento feliz porque es un trabajo excelente. Siempre son experiencias nuevas, aprendizajes nuevos. Siempre tratamos de dar una mejor calidad. Nos retamos como profesionales.
"Es gratitud no solo con la gente, sino con el equipo de trabajo que es comprometido, tenemos una visión igual. Con mis jefes estoy agradecida por la confianza que nos dan. Estoy consciente de que me toca lo más grande y eso es una responsabilidad. Agradezco la confianza porque hay otros productores. Ser la elegida me hace sentir gratitud por todo lado”.
La productora agregó: “Este trabajo implica demasiado sacrificio en cuanto tiempo. En temporada mi celular no deja de sonar, no dejan de entrar mensajes. Tengo responsabilidad de ejecutar. Tengo que atender a los participantes sea cual sea el formato. Hacerlos sentir bien, estar disponible para consultas. Tranquilizarlos. Darles consejos. Jalarles las orejas, ese es el trabajo más duro, uno se vuelve un psicólogo. Uno entiende que ellos están expuestos. Ellos ponen la cara, sacan buen o mal programa. Por eso trato de chinearlos”, asegura.
Como líder de un equipo, Vivian ve fundamental que su grupo esté motivado, pues gracias a ellos el trabajo sale como se estipula.