‘Black Summer’: la serie de Netflix de la que nadie habla y que muestra la cara ‘honesta’ del apocalipsis zombi

De los mismos creadores de la caricaturesca ‘Z Nation’ llega una serie frenética, caótica y sin gente guapa con aires de liderazgo: solo quienes corran más rápido podrán salvarse del mordisco de los muertos vivientes

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Imagínese The Walking Dead, solo que sin los líderes carismáticos, las intrigas y conflictos naturales de la convivencia humana ni muertos vivientes de caminar lento. Porque, para ser honestos, en el apocalipsis zombi no habrá tiempo para hacer estrategias o dar discursos motivadores. No habrá calma y, menos, descanso.

Sin mucha fanfarria, Netflix estrenó hace unas semanas Black Summer, serie terrorífica de ritmo frenético acerca de un puñado de sobrevivientes que se ven unidos por las circunstancias en las primeras semanas de una epidemia que arrasa a la humanidad. No se explica por qué, pero el asunto es que todas las personas parecen estar contagiadas y cuando alguien muere, casi de inmediato, se reanima como un voraz, agresivo y prácticamente imparable zombi.

La serie es corta, con una primera temporada de solo ocho episodios, los cuales se van rápido (ningún capítulo pasa de los 44 minutos). Además, el ritmo de la historia es más que acelerado, muy a tono con la desesperación propia de quienes deben correr para salvar su vida. En otras palabras: en una tarde-noche de fin de semana, puede verla de cabo a rabo.

Corre, zombi, corre...

La comparación fácil para Black Summer es, sin duda, The Walking Dead (TWD), serie emblemática acerca de la lucha humana en medio del apocalipsis zombi. Desde hace ya casi una década, el drama del canal AMC (transmitido en Latinoamérica por Fox y disponible en streaming en plataformas como Fox Play y Netflix) ha cautivado a millones de televidentes con su relato sobre distintos grupos que deben lidiar no solo con las hordas de muertos vivientes, sino también con las disputas de poder entre las nuevas comunidades de sobrevivientes.

Sin embargo, TWD está muy enfocada en los dramas emocionales de sus protagonistas, quienes a pesar de todo siguen enamorándose, odiándose y tratando de recrear una sociedad lo más cercana posible a la que tuvieron antes de la catástrofe. Además, todos sus actores son ágiles, atléticos y bien parecidos (lo cual no está mal, pues no es nada nuevo en la televisión).

Black Summer no es eso, sino todo lo contrario: sus personajes son seres normales, con todo lo que eso implica. Usted o yo –que poco nos parecemos a Rick, Michonne o Daryl– bien podríamos ser parte de la nueva serie de Netflix.

Si el mundo efectivamente se viera consumido por una enfermedad capaz de reanimar a los muertos, el caos sería la tónica. Black Summer así lo entiende y cada episodio es una descontrolada carrera por la sobrevivencia. La atención se centra en una decena de individuos de quienes no sabemos mayor cosa, pues no hay tiempo para presentaciones. En aquellas circunstancias no importa quiénes fuimos antes de que todo se fuera al infierno: no hay ley ni estratos sociales; cada persona vale según el grado de ayuda o amenaza que signifique para los demás. La solidaridad no es desinteresada, sino regida por la conveniencia.

Conforme avanzan los episodios el grupo de protagonistas se desarma y recompone, a medida que algunos mueren y otros se incorporan. La figura principal es, en apariencia, Rose, encarnada por Jaime King, única intérprete medianamente conocida en el elenco. Rose es una madre que, en medio de la desordenada evacuación de su vecindario, se ve separada de su hija, por lo cual emprende la larga marcha para reencontrarla en medio del caos. En el camino se alía con figuras como Sun, una coreana que no habla inglés; Spears, un criminal que asume la identidad de un soldado al que mató; Velez, un trabajador de líneas eléctricas, y Lance, un joven del que no se da mucha información. Ninguno de ellos está especialmente preparado para arreglárselas en medio de tiroteos descontrolados y zombis que corren como maratonistas, siendo el caso de Lance especialmente llamativo, pues parece la persona menos probable para sobrevivir al apocalipsis de los muertos vivientes: temeroso, sin condición física ni aptitudes especiales; el instinto es su pastor.

La serie recibió un espaldarazo de lo más alto cuando el escritor Stephen King externó su aprobación por medio de Twitter: “Justo cuando creías que no quedaban más sustos en los zombis, sale ESTO. Infierno existencial en los suburbios (...)”, dijo el popular autor, quien, además, resaltó que no echó de menos los largos diálogos, los adolescentes gruñones y los flashbacks innecesarios de otras producciones.

Black Summer es una creación de The Asylum, la misma compañía productora detrás de Z Nation, producción también ambientada en el apocalipsis zombi, pero con un tono mucho más cercano al humor negro.

Ambos programas son parte del mismo universo narrativo, aunque es improbable que se dé un crossover entre ellos, dado que Black Summer se desarrolla durante las primeras semanas de la crisis, mientras que Z Nation transcurre unos años después, cuando la gente ya está habituada a los muertos vivientes (Z Nation consta de cinco temporadas y originalmente se transmitió en el canal Syfy. La ya concluida serie está disponible en Netflix).

Black Summer es una serie que apela a quienes buscan entretenimiento frenético, intenso, sin diálogos profundos. Doble puntaje si la ve de noche, y con todas las luces apagadas.