Triddi muestra su irreverencia musical combinando rock, reggaeton y hasta marimbas típicas

Su nuevo disco titulado :( –sí, como una carita triste– es un disco para bailar y para huirle al “mal ride”. Triddi nos cuenta sobre cómo su vida ha sido un juego de azar.

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Hay pocas bandas nacionales que dejan boquiabiertos a cualquiera que los vean en el escenario y Triddi es una de ellas. Originalmente era un grupo de funk, pero pronto empezaron a empaparse de metal, reggae y hasta ritmos de reggaeton o merengue para poner a bailar a la gente.

La banda que toca en conciertos está formada por cinco músicos menores de 25 años que se lucen una y otra vez por su energía y profesionalismo. Pero en el estudio, Triddi es solo Esteban Molina, que a sus 24 años acumula una década de componer canciones y grabarse él solo, además de cientos de anécdotas e historias que se revelan en sus canciones.

Podríamos decir que Triddi es un hijo no reconocido entre el funk de Red Hot Chili Peppers, la sensualidad cruda de Nine Inch Nails, los genes latinos de los primeros discos de Gandhi, los memes de Tusa y una antología de videoclips de Moderatto.

En otra época diríamos que es rock latino o ecléctico, pero no sería suficiente. Triddi es Triddi.

Él sorprendió con el disco Olla e’ carne espiritual (2018), en el que cantaba de juergas en “La Cali y La Calle” y de espíritus que le hablan al oído, todas historias reales que pasan por cuentos bailables.

“Creo que Triddi solo pudo haber nacido en esta época”, señala el fundador del grupo. “La gente ha perdido el tabú hacia los diferentes tipos de música y una canción de Triddi puede sonar a una cosa y luego sonar a totalmente otra”.

En su nuevo disco llamado :( –se pronuncia “carita triste”– hay nuevos cuentos para disfrutar y reírse de las desgracias.

“La cara triste es simplemente un simbolismo del mal ride, de la tristeza pura. Estoy acostumbrado a plasmar ese sentimiento como una fiesta. No sé si es algo cultural de los ticos, pero mis compas cuando tienen problemas personales, familiares, emocionales, van a pegarse la fiesta a La Cali.

”Todo el mundo disfraza el mal ride con la fiesta y quería hacer eso, disfrazar el puro mal ride con música de fiesta”, explicó Esteban Molina, quien también es conocido como Triddi.

:( se publicó en Spotify y plataformas digitales el 12 de febrero y –aparte de los conciertos– es la mejor oportunidad para adentrarse en el mundo de Triddi.

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Caos y orden

La disciplina y el desorden que componen Triddi es lo que hace de esta banda tan emocionante. Los conciertos están llenos de saltos, baile o hasta chistes, pero han pasado muchas cosas para que ese show tome forma. Empezando por los dos ensayos semanales del grupo que se extienden por al menos dos horas.

En su adolescencia, Esteban Molina grabó por sí solo más de 20 canciones (que por cierto ya borró de todos los rincones internet). Toda esta música la grabó en su cuarto, de forma obsesiva pero comprometida con su idea de hacer música funk extraña.

“Él (Esteban) empieza con ganas de hacer algo, tal vez mezclar dos géneros, pero eso se va transformando en el camino”, explicó Luis Bermúdez, primer guitarrista de Triddi y el único miembro que lo ha acompañado durante los 7 años del grupo.

Lucho –como le dicen todos– ha estado en las buenas y en las malas con Triddi, es decir, está hoy en la entrevista cuando la banda se ha profesionalizado (¡tienen mánager!) y también lo estuvo cuando no había chance de tocar en festivales ni plata por tocar conciertos.

“Hubo muchos conciertos que terminaron o empezaron mal. Realmente odié esos tiempos”, señaló Lucho, quien me cuenta que un día se dio a golpes con Triddi (Esteban) antes de un concierto en barrio La California, pero que luego en el escenario se dieron un beso.

En una larga conversación, el líder del grupo admitió que su consumo de drogas y su irregularidad tomando medicación para la psicosis lo llevó a cometer muchos errores en su adolescencia, con los que alienó a músicos e incluso al público.

Triddi siempre trataba de poner a la gente incómoda con comentarios y ponerse a sí mismo en situaciones de mucho estrés, pero luego comprendió que extirpar esas partes de su proceso artístico significaba encontrar empatía con el público y con él mismo, aún cuando sigue teniendo momentos retadores.

“A veces estoy en el ensayo –siempre canto viendo a la pared–, y de pronto me entra un pánico porque siento que los músicos son solo proyecciones de mi mente. Eso significa Triddi (el nombre de la banda): trastorno de identidad disociativo.

”Empiezo a paniquear y me voy de mal ride, pero cuando me concentro en como suena todo, me siento mucho mejor”, contó Triddi, quien afirma que el grupo está más unido que nunca.

Mal ride

El bajón, la depre, o el dolor existencial (hay miles de formas de llamarlo) definen a Triddi y ahora, su nuevo disco.

A Triddi lo inspira el conflicto, las situaciones y emociones turbulentas que los jóvenes viven todos los días y que señalan como “mal ride”. Esas palabras podrían fácilmente ser el nombre de este álbum, señaló el líder del grupo.

Eso no quiere decir que :( es una sopa de baladas nostálgicas para sobrellevar la cabanga, al contrario, las mezclas musicales de Triddi regresan en canciones tan eclécticas como Retorcida, que inicia con un ritmo de jazz, se transforma en rock y de pronto entra una marimba acompañada de un sintetizador.

Retorcida fue escrita hace más de diez años, cuando Esteban tenía 13 años.

“Recuerdo que mi papá la oyó y –siendo mi papá muy inexpresivo– me dijo ‘esto es lo mejor que he escuchado’. Ahora que la grabé y le agregamos marimbas reales y todo lo demás me soltó, ‘¡yo no me hago responsable si esto no funciona!’”, contó Triddi entre carcajadas.

Lucho, el guitarrista, asegura que ninguno en el grupo tiene una “musicalidad frágil”, es decir, nunca le arrugan la cara a probar los experimentos que les propone su líder.

Triddi confiesa que tiene miedo de no tener material nuevo o perder la chispa componiendo y por eso tiene suficiente material para hacer unos cinco discos a futuro, incluyendo :), que se publicaría en abril.

La dictadura

Esteban dice que la banda es una dictadura, pues él es quien define qué sale a la luz y qué no, pero poco a poco ha incluido a sus compañeros en el proceso.

“Yo lo conozco hace siete años, y ya tenemos cierta confianza”, contó Lucho. “Como él siempre ha tenido tanto material yo me involucro ayudando a escoger. Es literal sentarnos en el patio de mi casa a buscar entre todos los gigas de información que tiene ahí guardado”.

Triddi se encargó de grabar el disco en su casa en Tibás, donde la dictadura se fue abriendo poco a poco.

“Es chiva porque Lucho me puede proponer arreglos de guitarras acústicas, venía Pollo (Carlos Guillén) y proponía un fill en la batería, Josué fue el productor de las percusiones y Dago (guitarrista) le dio mucha sexualidad a Cuidado afuera. Propusieron cosas que no me hubiera imaginado, ellos han ayudado al grupo a mejorar”, apuntó Triddi.

Su objetivo es seguir sorprendiendo a la gente y lo cumple con creces desde la primera canción Florentino, que empieza con merengue, se transforma en reggae para luego dar paso a un rock alternativo de voces dispersas y lejanas.

Florentino es de esas canciones que desde que uno escucha se puede imaginar a Triddi cantándola frente a miles de personas en un estadio.

“Tocar en conciertos me ha hecho pensar más en el público y Popeye (Jorge Noguera de Conquista Records) me dio ese consejo, que me imaginara momentos con el público a la hora de componer, eso me ayudó a darle más estructura a todo”, señaló Triddi.

El disco empieza más “pop” si es que Triddi puede caer en esa categoría, pero los últimos dos temas, Retorcida y Quiero morir, se encargan de sacudir a los nuevos escuchas y encantar a los que gustaron del disco anterior.

“Me da miedo que la gente nos diga ‘¿por qué cambiaron la vara?’, pero yo no quiero que todo sea siempre igual”, dijo Molina.

El azar

Triddi asegura que ya ha sabido domar muchos de sus demonios, entre ellos la ansiedad de publicar música.

“Felipe de la banda 424 me dio un consejo muy útil y fue no obsesionarme por mucho tiempo con cómo iba a quedar grabada la canción. Un disco es una foto y al final una canción puede cambiar más adelante en concierto o en otra versión, eso me ayudó”, explicó Triddi.

Como este consejo, Triddi repite muchos otros durante la entrevista. El dictador poco a poco se ha vuelto más estudiante y más atento de lo que puede hacer. Uno de los consejos que más aprecia fue el del diseñador David Cubero de Estudio ÉSM de relacionar su disco con los juegos de azar.

“El azar es súper importante en una banda, en todo de la vida. Cubero nos propuso hacer algo con cartas y ahí fue cuando surgió la idea darle un tema de juegos de azar en los sencillos. Usted no sabe cuándo va a estar bien y cuándo va a estar mal y no puede escoger nada, la vida es una moneda al aire, es un juego de azar”, comparte Triddi.

Es claro que ha pensando esto por mucho tiempo, pero que ahora encontró una forma menos destructiva de sacudirse estos pensamientos. En el sencillo Kerry canta “no cuestionemos la vida, pongámonos a bailar en seguida”. Esa es su lección.