Seguridad, agilidad y protocolos en el concierto de Malpaís y Son de Tikizia

El primero de los dos planes piloto para reactivar el sector del entretenimiento, pasó bien la prueba. El espectáculo de música nacional se llevó a cabo en Parque Viva este sábado 6 de noviembre.

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Diego Zamora es tal vez uno de los fans más pequeños que tiene la agrupación costarricense Malpaís. Con apenas 10 años el niño acompañado por sus padres vivió emocionado lo que para él sería el primer concierto de su vida y que para muchos ticos significó el regreso a los espectáculos masivos tras más de un año de pandemia. Diego y sus papás fueron a ver a Malpaís y a Son de Tikizia este sábado 6 de noviembre en Parque Viva, en medio de un sentimiento general de emoción y alegría por volver a este tipo de eventos.

“Esta es mi primera vez en un concierto, estoy muy emocionado porque yo quería ver a Malpaís, me gustan mucho. Soy su fan”, dijo visiblemente emocionado Diego. Pero curiosamente algo que el pequeño alabó desde que ingresó a Parque Viva fueron los protocolos de salud que se siguieron para que el público pudiera ingresar a las instalaciones de La Guácima a disfrutar este concierto, el primero de los dos planes piloto que se ponen en práctica para la reactivación del sector del entretenimiento en el país tras más de un año de haberse detenido por causa de la pandemia.

“Muy ordenado todo, entramos muy rápido”, dijo Diego y con él concordaron sus papás Mario Rodríguez y Dunia López. La pareja se mostró también muy feliz de volver a los espectáculos masivos ya que desde siempre han sido seguidores de la buena música y les gusta ir a los conciertos.

“Los protocolos están muy bien, no fue nada difícil entrar al lugar”, dijo Dunia.

El público hizo caso a la recomendación de la producción del espectáculo y comenzó a llegar a tempranas horas al parque. Además, como parte de los protocolos aplicados para asegurar la rapidez del ingreso del público, las entradas estaban marcadas por horas de llegada para evitar aglomeraciones, algo que se cumplió a cabalidad.

En el trayecto desde el parqueo hasta la entrada de las boleterías, los asistentes fueron guiados por personal de la producción para apoyarlos en el proceso de revisión del código QR para comprobar que todos tuvieran el esquema de vacunación contra la covid-19 completo. En la entrada al recinto había dos opciones para ingresar: quienes ya habían generado su código lo presentaron a personal que contaba con un lector especial y quienes no lo tenían, pudieron ser guiados por un equipo de personas que revisaron la vacunación contra la cédula y el carne de vacunas en el sistema de la Caja Costarricense de Seguro Social.

El acceso del público fue fluido durante toda la tarde hasta minutos antes de que el espectáculo diera inicio. Entre las primeras personas en entrar al concierto estuvo la pareja conformada por Cassandra Valverde y Grace Ávila, de Heredia. Ellas por primera vez asistieron juntas a un concierto de Malpaís, así que su emoción por llegar a Parque Viva era doble: volvían a escuchar música en vivo y debutaban en un show de su banda favorita.

El caso de Grace y Cassandra para la revisión de las vacunas fue curioso ya que Grace sí había generado su QR, pero Cassandra no. El proceso de Grace fue rápido, en unos 30 segundos ya el personal había revisado su QR y solo tuvo que esperar un par de minutos más a su novia, a quien en el stand de revisión la ayudaron a comprobar por medio del sistema de la Caja que efectivamente ya se había aplicado las dos dosis de la vacuna.

Aunque la mayoría de las personas le dieron una buena nota a los protocolos que se aplicaron en Parque Viva para el espectáculo, no todo fueron buenos comentarios. Un grupo de tres amigos expresaron que no llegaron al lugar con el código QR generado ya que no lo pudieron realizar directamente por los medios que el Ministerio de Salud ha puesto a disposición de la ciudadanía, así que llegaron al parque con la esperanza de poder generarlo en el stand dedicado a este servicio; sin embargo, no pudieron realizarlo y al final de cuentas solo debieron de presentar su cédula y carne de vacunación para que los encargados confirmaran la vacunación.

Tras la revisión del QR y la vacunación, el público que entraba al parque tenía a disposición lavamanos y personal que les aplicaba alcohol en sus manos para la desinfección.

Amenidades

Para entrar al Anfiteatro Coca-Cola y ocupar los espacios indicados en las entradas, el público fue dirigido por más personal de la producción del show. Las sillas en el anfiteatro estaban ubicadas en burbujas sociales de grupos de dos, tres y hasta cuatro personas, según fueron compradas las entradas de la actividad.

Las sillas estaban separadas por bastante distancia entre un grupo y otro con el fin de evitar aglomeraciones.

En el área de comidas, aunque en un momento hubo una extensa fila para entrar, las mesas y sillas también respetaron el distanciamiento del protocolo de salud. Cuando el lugar estuvo lleno en su totalidad, los asistentes debían de esperar a que alguna mesa se desocupara para poder ingresar, siempre respetando los lineamientos.

Malpaís y Son de Tikizia, el primero de dos experimentos sociales en temas de protocolos e ingreso de público, resultó con muy buena nota.