'Rockumentales' infalibles: el rock desde el lente

Algunos de los mejores documentales de la historia versan sobre estrellas de rock y sus tantas aristas; conózcalos y disfrútelos cuanto antes.

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Una de las mejores alternativas a la música para comprender el contexto y los motivos que llevaron a muchos artistas de rock a dejar su huella en el mundo, son los llamados documentales de rock o rockumentalesrockumentaries, en inglés–.

Si bien el cine y el rock han estado ligados desde los cimientos de ese género musical, la faceta documental de la vertiente cinematográfica ha sido la que mejor ha ayudado a retratar el alma, los conflictos y el ímpetu detrás de muchas de las obras musicales que conquistaron a parte de la humanidad.

Irónicamente, fue en un formato auditivo como comenzó esta historia: en 1969, los productores Bill Drake y Gene Chenault bautizaron el término rockumental con The History of Rock and Roll, una producción de 48 horas de entrevistas y comentarios sobre el creciente género, el cual se transmitió en radio abierta estadounidense.

No obstante, uno de los primeros rockumentales surgió cuando el término no había sido acuñado, en 1965, año en el que el cineasta D. A. Pennebaker le dio seguimiento a la convulsa gira de Bob Dylan en el Reino Unido, aventura registrada en Dont Look Back (sic), una de las tantas cintas que intenta explicar la esencia del poeta loco.

De ahí en adelante, la historia se fue escribiendo sola; el festival Monterrey Pop quedó documentado en un filme del mismo nombre, en 1968. Dos años después, los Rolling Stones publicaron Gimme Shelter, el cual cuenta con imágenes de uno de los momentos más desastrosos en la carrera de la banda: el capítulo del Altamont Free Concert, espectáculo recordado por sus actos violentos.

El festival Woodstock, el concierto por Bangladesh, Pink Floyd en vivo en Pompeya, la escena punk de Nueva York en 1977, Led Zeppelin, The Who y AC/DC fueron tan solo algunos de los objetos de estudio del género cinematográfico en la década de 1970.

Cracked Actor , obra de la BBC sobre el David Bowie de 1974, obtuvo notoriedad por mostrar el frágil estado del músico durante esa época, cuando era adicto a la cocaína.

El heavy metal, el punk y el new wave se apropiaron de la pantalla en los ochenta, y durante la década siguiente el enfoque siguió sobre artistas de distintas movidas. Con el cambio de milenio, se empezaron a producir muchos documentales acerca de escenas musicales y movimientos culturales ligados a la contracultura del rock, como American Hardcore y Metal: A Headbanger’s Journey, entre otros.

Valor. “Los rockumentales son importantes siempre que se hagan con personas adecuadas, las que se involucraron en ese momento, porque se necesita poner en contexto la música en el tiempo”, comenta Paul Vega, ingeniero de sonido y productor del programa de radio Rock sin Fronteras, de Radio U.

“No es lo mismo que alguien escuche el Master of Puppers ahora y que diga: ‘Nah, Metallica’, pero en contexto, en 1986, cuando salió ese disco, o en 1970 cuando salió Black Sabbath, o en 1966 con Revolver (de los Beatles), es diferente.

“Los rockumentales me hicieron entender la importancia de discos como Revolver, porque yo no estaba vivo cuando salió y no lo hubiera entendido sin eso”, dijo.

El productor radiofónico y de conciertos Darren Mora considera que hay muchos rockumentales que son prácticamente publicitarios. “Cuando el artista es joven, es material publicitario, con algunas excepciones. A menos de que sea una película seria, es un anuncio sobre la banda, pero si usted se espera años con una banda que esté probada, que no necesite el documental para pegar, seguro va a ser bueno”, explicó.

Mora alega que los documentales que hay que ver son The Kids Are Alright, de The Who; 25x5: The Continuing Adventures of the Rolling Stones y Slade in Flame; a su vez, asegura que la icónica cinta This Is Spinal Tap no es un rockumentary, pero tiene los elementos básicos para una épica del rock.

Según Vega, ver la película de la banda ficticia Spinal Tap dejaba al público con dudas: “¿Esto es de verdad o de mentira?”. Parece tan real que bien podría ser el mejor rockumental de la historia, tanto así que fue una influencia directa en el formato años después.

Profundo. El cineasta Miguel Gómez (director de El cielo rojo e Italia 90) también es fan de los rockumentales, y cree que conocer la historia de las bandas de rock y de su música lo inspiran por razones “muy intrínsecas y humanas”.

“Más allá de que alguien se deje influenciar por una aspiración de la vida del rockstar, lo chiva es que muestran la cara más humana que hay detrás. Es como en el de Metallica (Some Kind of Monster), que en una de las escenas que cortaron sale Dave Mustaine diciendo que todavía le da vergüenza que la gente sepa su historia, y uno piensa: ‘Ese mae ha influenciado a un montón de gente y todavía tiene esa espina de que lo fueron del grupo’”, comentó.

El cineasta considera que este tipo de documentales permite ver que las estrellas de rock son personas con las mismas inseguridades que cualquiera, solo con un genio metido en la cabeza y muchas formas diferentes de ver la vida. “Muestran el ego de ellos, y uno puede explorar mucho su psicología y perfil”, dice.

En el sentido cinematográfico, el director Martin Scorsese ha sido un potenciador de los rockumentales desde hace décadas, desde su edición en Woodstock hasta retratos de Bob Dylan, los Stones y George Harrisson, entre otros.

“Scorsese tiene una pasión por el tema, e incluso los largometrajes que ha hecho están influidos por la música. Él les pone demasiada sensibilidad musical a sus películas y parece estar enamorado de todo eso. Y todavía a estas alturas se toma la molestia de seguir a los Stones y documentar sus conciertos; él es lo más rock and roll del cine: sigue inmerso y le apasiona y es parte de él”, opina Gómez.